3. Ross

333 24 1
                                    

ETHAN EN MULTIMEDIA!!
____________
Dejo las bolsas de compras en casa y vuelvo a salir.
Agradezco no haber desayunado porque estoy seguro que ahora estaría vomitando cada bocado desde el momento que subí a la bicicleta, pude tomar el auto de mamá pero ella lo necesita para cualquier urgencia, solo me queda manejar procurando esquivar los charcos de sangre que aparecen en cada esquina.
Puedo notar que están limpiando las calles, sus caras no muestran ningún gesto, parecen perfectamente preparados para el trabajo sin demostrar el disgusto que genera la escena que nos topamos una vez al año.
Tal vez la tasa de crimen haya bajado durante esos años, pero este día lo cuadriplica con los peores crímenes que una persona puede llegar a imaginar.
Dejo unos segundos aquellos pensamientos, veo a los lejos a Ethan agitando su mano saludándome, estaba esperando ansioso con una café en la mano, procuro dejar la bicicleta junto a las demás, y me acerco para saber que lo tiene de ese modo.

-Supongo que has comprado uno para mí –bromeo señalando el vaso descartable.

-Algo por el estilo, este era tuyo pero como demoraste no tuve otra alternativa que beberlo –da un sorbo y me mira directo para estudiar mi expresión.

-Tienes suerte que no tenga apetito, este día mi estómago rechaza cualquier tipo de alimento – contesto subiendo las escaleras del museo de historia.- ¿Alguien más de la clase se presentó?

-La mayoría decidió tomarse un día libre, algunos tal vez ni siquiera estén en condiciones para venir.-se a qué se refiere con el ultimo comentario, solo avanzo y voy viendo alrededor.

Noto que apenas hay tres personas sin contarnos a nosotros, ningún sonido se presenta, el silencio es el dueño del lugar.

-Menos gente nos ayudará a ver todo con detalle y hacer el informe de la manera adecuada.-Procure sonar de forma positiva.

-Lo que sea para aprobar, no veo la hora de librarme de esa materia.

-Haces que suene horrible.

-Lo es.- se queja.

-Te equivocas.-giro los ojos – Dejemos de hablar y veamos por donde nos toca empezar –camino entre las diferentes piezas, estas se constituyen entre pinturas valiosas, estatuas, objetos de próceres, todos en perfectas condiciones, sin sufrir ningún daño por la noche anterior, ellos tenían toda la seguridad que fuera necesaria.

Van pasando las horas, no me percato de nada, hasta que el personal de seguridad nos anuncia que era hora de irnos, hoy el museo no estaría abierto muchas horas.
Ethan me sigue atrás mientras camino a la salida, cada paso que doy organizo la carpeta procurando no dejar caer ninguna hoja, al terminar lo guardo en mi mochila y tomo la bicicleta.

-¿Dónde crees que vas? –me detiene Ethan

-A mi casa, ¿Dónde más crees que iría?

-No puede ir para encerrarte, hoy tenemos planes.

-¿Desde cuándo eres mi asistente y organizas mi agenda? –se me escapa una risa.

-Tal vez no me pagues, pero siempre lo he sido, procuro que tu vida no sea tan monótona – contesta apuntándome con su dedo.

-¿Qué quieres hacer? –lo miro esperando su respuesta.

-Es simple, un bar –contesta – Tomaríamos un par de copas para olvidarnos un par de cosas y capaz encuentres alguna chica que sea la dueña de tu calzón.

-¿Calzón? –repito lo último tratando de entender.

-Nada importante –mueve su mano frente a mi rostro – Ahora vayamos a casa, debo cambiarme y nos vamos.

-Debo ayudar a mi madre, no puedo irme –busco una excusa.

-Acabo de enviarle un mensaje y ella está de acuerdo –saca su celular del bolsillo enseñándome el mensaje.

-¿Le enviaste un emoji de corazón? –le arrebato el móvil.

-Trataba de ser dulce –se defiende adueñándose otra vez de su teléfono – Agarra tu bicicleta que nos vamos.

Supe que no podía escaparme, tendría que ir con él, después de todo si necesito distraer mi mente porque apenas llegue a casa solo me torturare con todo lo sucedido ayer.
...
Aunque Ethan me insistió en prestarme algo de ropa me negué, me sentía bien con lo que tenía puesto, era una camisa de jean y pantalón negro, simple y casual. Tuvimos que venir en un taxi porque sabemos que luego que salgamos del bar ninguno será capaz de manejar y no deseamos cometer alguna idiotez, preferimos gastar algo de dinero y procurar que nada se descontrole.

Veo el horario en mi reloj y son las once, habíamos tardado un par de horas, Ethan nunca se decidía que usar, yo aproveche para poder comer algo porque mi apetito había regresado y debía digerir algo.

Sacamos nuestra identificación para enseñarle al personal de seguridad, dan un rápido vistazo y nos permiten entrar, apenas la puerta se abre la música se hace presente, las luces estaban bajas, solo se concentraban en la pista para que las personas puedan bailar sin tropezar con alguien, nos dirigimos directo a la barra para pedir un par de tragos.

Antes de llegar reconozco algunos compañeros de la universidad, los saludamos y nos unimos a ellos, entre risas y buenos chistes pasan los minutos dejando que mi mente se distraiga.

-Me ayudarás –Ethan golpea mi hombro para captar mi atención.

-¿Debo preocuparme sobre lo que me pedirás?

-Será sencillo, yo me acercaré aquella muchacha –apunta de forma precavida a una joven pelirroja, con un vestido verde esmeralda – Cuando te haga una señal –se rasca la nariz mostrándome cuál será – Tu vendrás y me traerás una margarita.

-¿Quieres que sea tu mozo a servicio? -pregunto confundido - ¿Qué ganarás con eso?

-Deja al experto y pronto lo sabrás.

-Cada día estas peor –niego moviendo mi cabeza.
No contesta nada más, camina a su objetivo, pido el trago para tenerlo preparado cuando él me diga, observo con atención hasta que percibo su señal, camino entre las personas tratando de esquivarlos, se va complicando a medida que ingreso en el tumulto, cuando pienso que estoy por llegar una muchacha golpea mi hombro con su cuerpo al retroceder, el trago termina en el piso.

-Maldición –digo en susurro al ver como mi camisa quedo mojada por este.
-Lo lamento –mira apenada, yo no presto atención solo camino afuera de la pista.

En una de las mesas veo servilletas y las agarro, procuro ir secando la manga pero sé que no funcionará.

-Creo que te debo esto –una dulce voz se dirige a mí, toca mi hombro para captar mi atención, en su mano tenía una margarita, presto atención a la muchacha que lo sostiene, algunas de sus uñas están pintadas de negro y otras no hay rastro, se nota como se quitó la pintura de ellas.
Recorro el cuerpo de aquella chica, su piel lucía un buen bronceado, aquel mono blanco provocaba que resaltará más, tenía terminaciones en negro, su cabello estaba atado, dejo unos pequeños cabellos adelante para darle un aspecto sencillo, hasta que llegue a su ojos, no podía descifrar de qué color eran, parecía grises, no estaba seguro.

-En realidad nunca fue para mí el trago –muevo la cabeza mostrando a la pelirroja que seguía con Ethan.

-Linda novia –al decir eso noto como su frente se arruga.

-Acabas de cometer otro error –sonrió.

Por un momento solo me concentro en ella, dejando atrás a los demás, cada segundo que la observaba notaba cada rasgo, dándome la sensación que jamás encontraría una persona como ella

Depuración |Ross Lynch|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora