Brett Talbot

6.1K 212 21
                                    

Dame tu sudadera

Se encontraba mas cansada de lo que se había sentido en toda su vida, y todo gracias a los nuevos seres sobrenaturales que se habían tomado la molestia de aterrorizar a Beacon Hills: Los Doctores del Pavor.
Recientemente Scott y la manada habían descubierto un extraño libro sobre aquellos poderosos seres, mismo que la chica estaba leyendo en ese justo momento.

Era peculiarmente extraña la manera en la que la novela se resistía a ser leida. Nunca ningún texto se le había hecho tan pesado de comprender.

Con algo mas que irritación, cerró el libro de golpe y suspiro con cansancio. Esto jamás iba a funcionar; jamas descubrirían quiénes eran esos seres o qué querían. Con pesadez se levantó del sofá en su solitaria casa y se dirigió a su habitación.

Al llegar llevó instintivamente la mirada al espejo, dondé una castaña muchacha de ojos apagados y grandes ojeras la veía de regreso. A simple vista parecía una chica de quince años normal, pero lo que el cristal no revelaba, era que ella era una banshee, la chica que perseguía la muerte y gritaba cuando perdía a un ser querido. Medium, vidente, adivina... seguramente fueron llamadas así las personas de su especie en otros tiempos y en otros lugares cuando no sabían qué eran. Pero ahora, ella había tenido la oportunidad de descubrir lo que le había tocado ser, de manipular sus dones. Dones otorgados por Derek Hale, el anterior alfa que la buscó cuando quería conseguir poder.

Sin lograr evitarlo, se dirigió al pequeño cajón secreto, el compartimiento que se escondía entre la madera de su cama. Lo abrió aún con duda y tomó el viejo collar de oro y la carta manchada con gotas de sangre. Un par de lágrimas se deslizaron hasta chocar en donde anteriormente ya habían caido otras, puesto que esa parte del papel se veía arrugado.

Mi querida hija:

La carta comenzaba así, con la mejor letra de su madre.

¿Sabes qué fue lo primero que pensé cuando naciste? Que no pude haber tomado mejor desición que darte a luz. Eres mi vida y mi esperanza, y no importa qué pase esta noche, siempre te amaré.

Esto sonará tan usado, pero si estas leyendo esto, es porque yo estoy muerta.

Cariño, no sufras por mi, y mucho menos, no dejes que la culpa te consuma.

Me concentré este año en investigar sobre tus problemas mentales que habías desarrollado, las voces que escuchas, los lugares a los que vas, los muertos que has encontrado...
Nunca te lo dije, pero fue por esto que me alejé de ti este tiempo. Mis investigaciones me metieron en problemas, y es por eso que hoy me iré de tu lado.

Te juro que te curaré.

Te ama:

Mamá.

Su madre jamás se enteró que ella si sabía qué le pasaba, su madre se había vuelto loca por lo sobrenatural, su madre había muerto por su culpa, porque ella nunca le había dicho la verdad.

Un grito agudo irrumpió en su habitación, haciéndola olvidar sus penas y obligandola a pegar un brinco. El sonido no venía de ningun lado, lo cual lograba aterrarla aún más. Entonces supo que eran cosas de banshee cuando los susurros le siguieron. Eran tres palabras que aún no lograba descifrar.

De repente la carta comenzó a incendiarse en su mano, logrando que la lanzara por los aires, asustada, pero en vez de caer al suelo, la carta se volvió cenizas con una velocidad improbable y se deslizó fuera de la ventana. Entonces los entendió:

Eichen House, mamá.

Y como si algo absorbiera el sonido, la visión terminó.

Estaba segura de algo, tenía que ir a Eichen House.

ONE SHOTS (TEEN WOLF)Where stories live. Discover now