14.

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Han pasado tantos días desde la última vez que te vi, y no te extraño, si es lo que te preguntas.

Estoy rodeada de personas que si saben apreciarme, mucho más de lo que imaginas.

Pero no es el punto.

Te invito a tomar asiento, porque
voy a contarte algo... Que te dejara impactado, tanto como a mí.



Veo la fecha en el calendario de mi celular, sin poder creerlo.

Cielos, ¿han pasado tantos meses desde que llegamos acá?

Cuatro meses difíciles.
Cuatro meses de adaptación.

Dejo la taza de té sobre el mesón, y alzó la vista justo cuando Sean entra a la cocina.

Está feliz, y lo sé por la sonrisa que lleva en su rostro.

— Al parecer alguien ha despertado con el pie derecho. Buenos días Sean — digo sonriendo un poco.

— Buenos días _____, ¿por qué has despertado tan temprano? — pregunta tomando asiento.

Hago una mueca, porque la verdad no me apetece contarlo.

Así que resumo mi respuesta:

— No me siento bien, pero no te preocupes — respondo.

Él alza una ceja, dándome a entender que a pesar de haberle dicho que no se preocupe lo hará.

— Ya llevas varios días así, no me pidas que no me preocupe. Puedo ir a despertar a Camy, y llevarte al hospital o llamar a Zack —

— No gracias, en serio Sean, tal vez es solo un resfriado —me apresuro a decir.

Le doy un beso en la mejilla y salgo de aquel lugar, como siempre corriéndole a las cosas.

Sé que debo llevar más de una hora mirando el techo de la habitación que he estado ocupando y que se podría decir que es mía.

Busco en internet enfermedades relacionadas con los síntomas que he estado teniendo, y me detengo sintiendo como mis manos tiemblan.

No, no y no.
No puede ser eso.

Suspiro.

No es cien por ciento seguro, es una coincidencia.

Escucho los toques en la puerta, y grito el típico "pase".

— _____, Sean me ha comentado que hoy tampoco te sientes bien, ¿debo preocuparme? — pregunta desde la puerta.

Me quedo mirando su abultado vientre, ya tiene ocho meses de embarazo y sé que cada día siente más nervios por tener a Caseddy en sus brazos.

— ¿Puedo pedirte un favor? — preguntó escondiendo mi cara en una almohada.

La respuesta que recibo es un "Ujumm" así que muerdo mi labio inferior buscando en mi mente las palabras correctas para decirle.

— ¿Tienes alguna prueba de embarazo? —

Cierro los ojos para no ver su expresión facial. Me da miedo, porque en dado caso con la única persona que estuve fue con él, con Shawn.

— Vamos a mi habitación, en mi baño hay unas cuantas — responde luego de unos largos segundos.

Sigo las instrucciones al pie de la letra, más que nerviosa.

Miro a mi hermana mayor, quien no ha dicho ni media palabra desde que he salido del baño.

— ¿Ya apareció algo? — preguntó.

Niego varias veces.

Es entonces cuando ella toma la primera prueba en sus manos.

Mi corazón late más fuerte cuando sus ojos se abren hasta el tope.

— ¿Positivo? — preguntó en susurro.

— Así es... Pero veamos las dos faltantes —

Los golpes de la vida son así, llegan en el momento menos esperado... Como la persona que ha estado creciendo dentro de mi.

«Felicidades Shawn, serás papá »

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