SHE

5.

Y así quería escucharte.
Quería que tus labios pronunciaran las palabras más dolorosas para tu esposa... Quería que confirmaras mis dudas Shawn, en definitiva me perdiste.

Buena suerte.

Llegué a casa justamente a las diez de la mañana; todo estaba en silencio y me pregunté si él había pasado la noche en otro lugar... Con ella.

Dejé escapar un suspiro.

Empecé a subir las escaleras diciendo las mil y una palabras obscenas que llegaban a mi mente en el momento.

Estuve a punto de soltar un grito al verlo sentado en la cama; mirando al vacío.

Sonreí con malicia.

— Buenos días... Shawn — dije dejando caer mis tacones cerca de la puerta.

Él me miró e hizo una mueca.

— Te estuve esperando toda la noche, ¿dónde estuviste ____? — preguntó de manera directa.

Rodé los ojos mientras reía.

— En alguna cama tal vez —respondí.

— ¿Que? —

Quise reír ante su cara de impresión, pero me contuve.

— No me hagas repetirlo... —Pedí entrando al baño.

Esperaba con ansias que se acercara a mi y le diera el aroma del perfume que mi hermana mayor me había rociado de su esposo.

— No puedo creerlo — murmuró.

— ¿Y tú? ¿Qué hiciste anoche a parte de esperarme? —pregunté realmente interesada.

— Estar con una chica tal vez —respondió de la misma forma que yo lo había hecho.

Parpadee varias veces incrédula.

— ¿Es mejor que yo? —

— En muchos aspectos — dijo en un tono de voz alto tomando su celular para dejarme allí sola.

Cerré la puerta dejándome caer con lentitud hacia chocar con el suelo y escondí mi cara en mis piernas dejando que las lágrimas salieran sin detenimiento.

Las personas enojadas siempre decían la verdad... Y él, me lo había confirmado todo.

No era el santo que le mostraba al mundo y eso daba asco.