Capítulo 4: Cuarta reclusa.

5K 604 257
                                    

Sé cómo funciona esto, lo he visto en numerosas series y he investigado sobre el mecanismo para sacarte las cosas, uno hace primero de poli bueno, y luego de poli malo si ven que no hablas.

—Bien, empecemos con esto. -dice él acomodándose frente a mí.

—Sé perfectamente lo que quiere de mí, y antes de que se ponga chulo para darme miedo y hacer de poli malo para que hable, le diré que no tiene pruebas contra mí. -digo firme.

Él frunce el ceño.

—Pareces muy segura de eso. -dice él y me enseña una fotografía. -Pero esta fotografía te relaciona con el delito de estafa que habéis cometido.

Mierda.

—Iba borracha, ¿vale?, ¿es que usted es un santo o qué? Se nota que nunca se ha emborrachado en condiciones, qué lástima.

—Voy a necesitar que abandone su postura de "soy más lista que nadie" y me cuente cómo conoció a Katherine Boyer. -dice poniéndose serio.

—Muy bien, pero si le aburro, se jode.

Días antes...

Miro una y otra vez la enorme mancha de sangre que tiene la profesora Celia en su enorme trasero. Parpadeo varias veces para ver si es real, pero lo es, y no soy la única que se ha dado cuenta, mis compañeros de clase se están riendo de eso.

Es la pesadilla de toda mujer hecha realidad, sabréis de lo que hablo, ¿quién no ha mirado el asiento después de estar varios minutos sentada en él?, ¿quién no le ha preguntado a una amiga si tiene manchado el ojete? Bueno, pues esa pesadilla estaba delante de mis narices, era espantoso presenciarlo, y vergonzoso a la vez, así que hice lo que debía.

Me levanté de la silla y me dirigí hacia ella, entonces cogí el borrador de la pizarra para disimular mientras le informaba de la situación.

—Profesora, creo que debería revisar su culo.

Ella me mira frunciendo el ceño.

—Lo digo en serio, hay una mancha roja que no encaja con el estampado de rosas que lleva en su vestido.

En el interrogatorio...

—¿Qué tiene que ver que una profesora tenga el periodo con conocer a Katherine?

—Le he dicho, que si se aburre, se jode. Ahora, no me interrumpa.

Días antes...

La profesora salió de clase para ir al aseo, cuando volvió, su cara era del mismo color que la mancha de su trasero, roja como el tomate. Lo peor no fue eso, lo peor es que me estaba mirando a mí.

—¡Señorita López, vaya al despacho del director! -dice furiosa contra mí.

Espera, ¿qué?

—Profesora, no he hecho nada. -digo indignada.

—¡He dicho que vaya! -dice aún mas roja.

Me levanto de la silla mientras todos me miran. Lección aprendida, si ves que tu profesora tiene una mancha en el culo, no se lo digas.

Justo cuando voy a salir por la puerta, me volteo y planto cara a la tomata.

—Que sepa que es injusto que por ser sincera me castigue, ¡póngase una compresa o un tampón que aguante el grifo que tiene en el coño! -digo y cierro de un portazo.

En el interrogatorio...

—¿La profesora no le puso una amonestación por su vocabulario?

Hora De Ligar, Chicas. © [1ª temporada] [Completa]Where stories live. Discover now