Capítulo I

131 8 0
                                    

Diciembre 24, 2017

Abro los ojos lentamente, no percibo nada, solo oscuridad. Siento un dolor punzante en la cabeza, llevo mi mano derecha a la frente, al hacerlo escucho un sonido ¿cadenas? Reacciono inmediatamente, no puedo ver nada, solo puede sentir la presión y la frialdad de algo en mis muñecas y tobillos... ¿metal? Si es metal. Empiezo a entrar en pánico, mi corazón se acelera, mi boca se seca, trato de calmarme. Fracaso. Me pongo de pie y me mareo al hacerlo. Siento la necesidad de gritar, pero no puedo, el miedo me invade, siento un sudor frio por la columna vertebral, mi respiración se acelera, empiezo a temblar. Me armo de valor y empiezo a dar pequeños pasos, pongo mis manos al frente, con mucho esfuerzo las mantengo arriba... mi corazón bombea rápido, mi respiración se me acelera cada vez más, trago grueso. Camino lentamente y con mucho cuidado, solo siento el frio suelo bajo mis pies, las cadenas se mueven con cada movimiento que hago. Empiezo a sollozar, cada vez tiemblo más, cada vez el miedo incrementa... al final mis manos tocan algo al frente, duro, frio, un segundo después sé que es pared. Sigo explorando, guiándome por la pared. A medida que camino mi corazón me traiciona, mi cuerpo tiembla por la dosis de miedo que sube con cada respiración. El silencio reina, el silencio misterioso me asfixia. Luego de lo que me pareció horas llego a la conclusión que es una habitación, con dos puertas o dos ventanas, no lo sé, todo está oscuro, hay un retrete, y lo que parece ser un colchón y una silla. Derrotada me siento en el suelo, cada vez mi corazón bombea más rápido, me coloco en forma fetal, tengo pánico, no puedo ni siquiera pensar con claridad, siento la garganta seca, mi estómago se retuerce, mi cabeza esta que revienta, siento frio, me siento sola, vacía.

Volvió mi viejo yo.

Diciembre 24, 2016.

Siempre he creído que nadie te puede destruir, que nadie te puede dañar, solo si tú se lo permites, pero que sucedería si ese alguien es uno mismo ¿Es lo mismo o diferente? Sin duda alguna, es un infierno ¿cómo salir del infierno si la otra mitad no quiere hacerlo? ¿Cómo ser feliz si amas el sufrimiento? ¿Cómo querer ser libre de remordimientos si te persiguen día y noche?

Si hace tres años me hubiesen mostrado una imagen de mí, ahora, en estas circunstancias, con las profundas ojeras bajos mis ojos, frente al espejo, con la falta de peso, en esta fría habitación que antes era cálida, aquí lista para pasar mi segunda víspera navidad sola. Mi respuesta hubiese sido una carcajada, de esas que ya no he vuelto a crear, de esas que solo George y papá me sacaban, de esas que hasta me dolía el estómago, de esas que te alegraban la vida.

Salgo a las calles donde se siente el olor a cena familiar, camino con paso lento, no hay prisa, nadie me espera. Estoy lista para pasar mi segunda navidad. Sola. Vacía. Como cada maldito día.

-----------------------------------------

-Viviendo en la realidad de las letras-

Encadenada Oscuridad.Where stories live. Discover now