Especial: Kim Jongin (3/3)

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Las luces de la vieja camioneta se mezclaban con los oscuros arbustos que se encontraban a los costados de la carretera. Sulli me observaba de soslayo cada vez que tenía la oportunidad y eso me irritaba a mil. Estacionó su coche fuera de la casa de Graciela y yo abrí la puerta para buscar mi motocicleta pero se encontraba con seguro.

—joder, creo que tu puerta está dañada.—dije pero sentí sus manos acariciar mis hombros y luego su voz en mi oído.

— No, no está averiada ni dañada, yo la cerré.— y sin notarlo se montó sobre mis piernas y pegó sus labios sobre los míos.

Su lengua intentaba deslizarse a través de mi boca mientras sus largas uñas intentaban arañar mi espalda. La aparté ligeramente pero la chica no tenía intenciones de quitarse de encima así que la tomé bruscamente de los hombros y la aparté.

—Lo siento...pero me temo que no soy el hombre que buscas, ni tu la persona que yo deseo.

Abre sus ojos como platos, se ruboriza un poco y luego peina delicadamente su cabello.

—Creo que es hora de que le quites el seguro a esa puerta—digo y luego mi cabeza da vueltas. 

No lo puedo creer, he rechazado a esa chica por tener en mi cabeza al raro de Kyungsoo. Jamás había rechazado a una chica, jamás habría dejado escapar una oportunidad como esta, pero al parecer desde que el cabezota de Kyungsoo entro en mi vida todos mis planes y reglas sobre chicas de una noche se han esfumado.

El seguro de la puerta resuena y parece haber liberado la tensión acumulada durante el último par de minutos. Abro la puerta y luego quito de la guantera una botella de whisky que le robé a Krystal en el bar. La chica rueda los ojos pero ignoro su mirada y cierto la puerta, no me molesto en darle las gracias. Camino a pasos lentos hasta la parte trasera de la camioneta y deslizo la motocicleta por la pequeña rampa. Una vez que la tengo abajo la chica acelera dejando una gran nube de arena. Genial, una más que se une al club de odiar a Kim Jongin.

Deslizo la motocicleta hasta dejarla en la parte trasera de la casa, mi móvil vibra en el bolsillo trasero de mis vaqueros y lo cojo con dificultad. Es un mensaje del lame pollas de Chanyeol. 

«Gracias por desaparecer del mapa, me aseguraré de enviarte una foto cuando Kyungsoo esté en mis brazos» 

Imbécil. La rabia se apodera de mi y lanzo mi móvil sobre el césped. Me acerco a mi motocicleta y borro de mi cabeza todo pensamiento racional acerca de golpearla. Lo hago. Una y otra vez, golpe tras golpe. Las heridas no cicatrizadas de mis nudillos se abren dando paso a un ardor apenas perceptible. No quedando conforme cojo la botella de whisky y bebo un largo sorbo. Arde, quema como el fuego pero nada se compara a la sensación que alberga mi sistema.

La puerta de la cocina resuena a mis espaldas pero la ignoro y continuo bebiendo. Graciela me pide a gritos que me detenga, Graciela llora a mis espaldas, Graciela quiere que sea alguien mejor, alguien mejor que mi padre. Que equivocada estás Graciela...mi padre se llevó de mi toda inocencia y me condenó a este abismo sin fin. Como quisiera Graciela ser alguien mejor, pero me temo que cada vez que lo intento los recuerdos de esa noche entierran toda posibilidad de ser feliz.

Joder Graciela...que no daría porque no sufras por mi alma atormentada. Estoy dañado y ni tu cariño de buena abuela puede hacerme cambiar. Te quiero Graciela. 

Seca sus lágrimas y me detengo.

— Por favor tesoro, nada más, por favor...— solloza y la bilis me sube por la garganta.

— El solía decir eso...no llores bastardo tu madre intenta dormir... pero el lo sabía...¡el lo sabía joder! ¡sabía que estaba muerta y aún así no paraba de decirlo! 

¡EL IDIOTA! - KAISOO (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora