Final.

452 65 45
                                    




Acompañarlos al aeropuerto ya era demasiado. Cheech había regresado apenas un cuarto de hora después, argumentando que no había necesidad de empacar nada, que en cuanto aterrizaran en tierras Europeas les compraría ropas nuevas y todo lo que faltara.

— Tienes como diez minutos para decidir a quien amas—dijo Ray.

— ¿Qué?— cuestionó el pelinegro confundido.

— Vamos, amas a uno de ellos y aunque lo niegues, te dolerá la partida de ambos, están apunto de largarse tan lejos de ti pero no puedes dejar que ambos se vayan—parloteo el de afro— lo que yo pienso es que, Anthony fue una especie de amor de verano para ti, pero Frank, ¡santo cielo! nunca había visto a alguien cometer tantas estupideces y arriesgarse tanto por un chico que no conocías realmente.

« —Solo piénsalo, ¿realmente vas a dejarlo ir así de fácil?

— Aunque lo amara, él está apunto de irse a Italia a rehacer su vida, yo no puedo arrebatarle esa oportunidad por un capricho mío— suspiró— será mejor que nos vayamos, tu aun tienes que conducir mucho.

Raymond le miró con desaprobación, sin embargo ya no comento nada más. Gerard era un estúpido y si dejaba ir esa oportunidad, quizás nunca mas volvería a ver al castaño.

—Mikey, debemos irnos— informó el pelinegro al chico de anteojos, quién se limitó a asentir con una mueca.

–Adiós Frankie, suerte en tu nueva vida— murmuró abrazandolo con fuerza para después alejarse y besar tímidamente su mejilla— te voy a extrañar.

— Y yo a ti, pequeño Mikes.

Volvieron a abrazarse una segunda vez y después el menor corrió junto a Raymond, quien argumentaba que ya no tenía mucho que hacer ahí y que lo esperaban en el auto.

—No lo dejes ir— susurro en voz baja cuando paso a su lado.

Una vez que saliero de la residencia solo quedaron Anthony, Frank y Gerard. Todos compartieron miradas fugaces con cierta incomodidad.

— Sabemos que tuviste un algo con los dos— Iero mayor suspiro, jugando con el piercing de su labio y la mirada cabizbaja— no estamos molestos, te deseamos suerte en tu vida y, gracias por todo.

Frank asintió respaldando lo que su hermano había dicho y luego todo fue silencio.

¿Realmente los iba a dejar ir a si de fácil?

Habían pasado por tanto y, ¿ese era el final?

Después de eso volvería a su aburrida vida, era lo más seguro, pero se había encariñado con ambos y ahora solo se irían tan lejos de él para quizás, no volver nunca...

— Suerte— dijo mordiendo su lengua— los voy a extrañar pero suerte con sus nuevas vidas.

Los gemelos le miraron con una chispa de desilusión y luego lo abrazaron de tal manera que Gerard quedaba en medio de ellos, un poco incómodo.

— Adiós Gee.

Fue lo último que escucho, luego solo asintió quedo y salió. Entró en el auto y evitó a toda costa los comentarios de Raymond.

Si, ese era su final. Triste y miserable, pero dentro de él sabía que había hecho lo correcto.

Todos habían pasado por cosas difíciles, no iba a empeorar todo más. Como esa frase de, "si amas algo déjalo ir"

Aunque, Gerard nunca había prestado atención a la última parte.






Falta el epílogo, trank palank, aún hay esperanzas.

Hard; frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora