Capítulo 32.

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— ¿Qué no estabas muerto?— Anthony preguntó, con un hilo de voz y la sorpresa impregnada en sus palabras. Unos metros mas lejos de él, se encontraba su padre.

Era tal y como lo recordaba su pequeño yo de 6 años. Su padre... él mismo al que le habían dicho hace mas de 10 años que había muerto en un accidente automovilístico.

Luego sucedió lo inevitable, y dos pares de ojos avellana -exactamente iguales- se encontraron. Se miraron con susto, asombro, incredulidad. Eran tan iguales y al mismo tiempo tan diferentes.

Parecía que incluso el tiempo se había detenido a su al rededor. Frank se acerco lentamente y con temor hasta estar frente a su hermano.

— E-res...

— Igual a mi— completó Anthony en un murmuro, a pesar de que él si sabia de la existencia de este gemelo, era difícil de asimilarlo.

Sin ningún consentimiento, Frank tocó el rostro y cabello de su gemelo, para después imitar la acción con el mismo.

— Me gusta— murmuró, con una sonrisa.

Todos ahí se quedaron expectantes, hasta que Cheech con una señal ordenó a sus guardias que salieran. Ray, Gerard y el aún desmayado Mikey se encontraban en una esquina, los mayores claramente incomodos.

— ¿Y bien?— cuestionó el de perforaciones seco, con rencor.

— ¿Es aquí donde quieres hablar de esto, Anthony?

— Si.

Cheech se restregó la cara pero no reprochó. Miro a sus hijos, que habían crecido demasiado y cambiado en tantos aspectos y él, no sabia como perdonarse el hecho de que se había perdido gran parte de la vida de sus pequeños.

— Su madre y yo no estábamos enterados de que eran gemelos hasta el dia del nacimiento— comenzó— El primero en nacer fue Anthony. Linda estaba encantada, sus ojos brillaron pero, había alguien más; Frank llego unos minutos después. Desde ese momento Linda siempre lo consideró como "el adicional", un algo que ella no quería, por alguna razón. Un día, cuando regresé de un viaje, ella me confesó que Frank había muerto sin razón aparante, Anthony era muy pequeño y quizás no lo recordará. Realizamos un funeral, pero nunca me permitió mirar el cuerpo. Con el corazón roto seguí junto a Anthony sus primeros años de vida, pero su madre enloqueció completamente una noche y me amenazo con terminar con la vida del pequeño de 5 años si no me largaba, intenté de todo pero de otra más que mudarme indefinidamente a Italia.

« — Hace un año regresé, me enteré de que Frank estaba con vida y que Linda lo había vendido con fines de prostitución a unos viejos amigos suyos. Lo busque por todo Estados Unidos hasta que lo encontré, estaba apunto de llevarlo conmigo a Italia y... estas aquí— narró el Don.

Para ese punto, las lágrimas brotaban de los ojos de ambos de sus hijos. Se acercó sin más y los abrazo con fuerza, sintiéndose por fin después de tanto tiempo, completo. Era su familia, sus bebés.

— Incómodo— Raymond murmuró y se gano un codazo por parte del pelinegro junto a un "shhh"

— ¿Papá y hermano?— Frank cuestionó con un pizca de incredulidad. Ambos asintieron conmovidos y volvieron a envolverse en un cálido abrazo.

— Sé que es apresurado, pero despúes de tantos años en que pensé que no los volveria a ver... vengan conmigo a Italia, les daré buenas vidas y todo el amor que su loca madre les arrebató— rogó el señor, sin embargo, los hermanos miraron en la misma dirección, donde se encontraba cierto chico de ojos esmeralda y sonrisa incómoda.

— Maldición.










estos últimos capítulos de la historia ya los tenía escritos.

Hard; frerardМесто, где живут истории. Откройте их для себя