Capítulo 8

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-¿Desnudarme? Si que estas loco... - le dije sin dar crédito a lo que escuchaba, me levante de la mesa. - Loco de verdad.

- Lo único que quiero es saber - dijo en tono de impaciencia.

- ¿Para que quieres saber? - solté con la misma impaciencia.

Dudó, vi la vacilación en su boca y sus ojos.

- Por que estas viviendo en mi casa. - dijo mirándome con repentina furia contenida.

Sus nudillos estaban blancos por la fuerza que hacía al apretarlos, por un momento recordé a Santiago e instintivamente me hice para atrás.

- ¿Que sucede? - Zach y Martin entraron en la cocina y miraban de mi a Luka. - Aretha ¿estas bien?.

- Si... Yo y Luka estábamos hablando. - mi voz tembló.

- ¿De algo terrorífico? - pregunto Martin.

- No, de algo personal ¿verdad? - dijo Zach, el me conocía, el pudo ver mi miedo.

- No... Luka... Me voy a mi habitación. - dije tratando de no llorar, odia ser tan débil.

Saliendo de la cocina pude oír a Martin riñendo a Luka.

- ... Así no son las cosas Luka. - le decía apretando los dientes.

-¿ Nos tendremos que ir? - la voz de tristeza de Isabelle rompió mi corazón.

- No lo se nena, no lo sé - necesitaba respirar, salir de la casa, respirar aire. - Peque ¿no quieres ir con tu amigo?

- ¡Si! - chilló saltando de la cama y llendo a la puerta.

- Espera deja voy una chaqueta. - fui hasta el closet y saque una chaqueta negra preciosa, me la puse y salí con Isa cogidas la mano.

Pasamos a los chicos en la cocina que se callaron en cuanto nos vieron. No voltee a ver a ninguno de los tres.

- ¿A donde van? - pregunta Martin a nuestra espalda.

No conteste.

- Déjala... - decía Zach pero ahogue su voz al cerrar la puerta.

Isabelle me dirigió hasta la puerta de su amigo, le dije a la madre que Isa quería verlo y si podía jugar con el en casa, la señora estaba encantada al parecer su hijo no tenía amigos y estaba fascinada con la idea de que Isa lo fuera. Le prometí que volvería por ella en unas horas.

Salí del edificio y camine por la acera, no había tantos automóviles en las calles, el ambiente parecía calmado, relajado. Note que frente al edificio había una plaza, con pocas personas. Fui hasta ahí y decidí recostarme en el césped. Cerré los ojos y trate de relajarme de no pensar en Luka y en toda la citación en general. Pero venía a mi como el agua que corre en un río, no lo podía detener. Todo esto me agobiaba, mi madre loca y sus intentos de matarme, mi padre vivo, Santiago y los muchos otros hombres que entraron a nuestra casa gracias a mi propia madre, las burlas en la escuela por mis marcas y el montón de veces que las monjas aceptaron dinero de mi madre para callar. No tenía idea de lo que haría para ganarme la vida, para mantener a Isabelle.
Comenzaba a pensar que mi vida estaba maldita que sería mejor desaparecer, pero no podía ser tan cobarde, no sería un ejemplo para Isabelle y me convertiría en una desagradecida con Zach, Caroline y Martin. Me quedé ahí tumbada con los ojos cerrados escuchando a los pájaros cantar y las voces lejanas de las personas, pensé que era un buen lugar para vivir, cuando de repente escuche pasos aproximarse, no abrí los ojos ni me inmute.

- ¿De verdad estas dormida o moriste? - era la voz de alguien a quien no conocía.

Abri lentamente mis ojos y me tope con un chico, estaba en cuclillas a lado de mi, su cabello era castaño y le caía hasta los hombros, sus ojos eran color miel y me miraba con preocupación.

Aretha tiene secretosWhere stories live. Discover now