Aretha tiene secretos

Capítulo 3

Ya es entrada la noche cuando despierto. Una pesadilla de nuevo, la misma desde hace unos meses, mi madre le grita a mi padre que es un desastre, mi padre parece estar drogado o ebrio, él le dice que es una zorra sin corazón y ella le apunta con un arma en la cabeza, cuando dispara, despierto. Zach e Isabelle siguen durmiendo. Mi boca se siente seca y mi rostro hinchado por las lágrimas. Decido ir a por un vaso de agua a la cocina, voy por el pasillo que conduce a esta desde la habitación de Zach pero el sonido de voces en la puerta principal me detiene.

- Ester, estas borracha, déjalas dormir hoy aquí, mañana se irán a casa. - La madre se Zach, la señora Caroline, sonaba desesperada, protectora.

- Son mías, yo puedo hacer lo que yo quiera con ellas. - mi madre patéticamente arrastraba las palabras.

- Lo se, Ester, y eso me asusta, por favor ve y descansa yo misma las llevare por la mañana ¿te parece? - se escucha el chillido de la puerta al cerrarse.

Salí de detrás de la pared y mire a Caroline recargada en la puerta, dándome la espalda, podía ver la tensión en sus hombros y me sentí responsable de eso. No me atrevi a darle las gracias, me di la media vuelta y volví a la habitación de mi amigo.

Las palabras de mi madre resonaban en mi cabeza ¿hacer lo que quisiera con nosotras?. Estaba asustada de mi propia madre, mis lágrimas querían salir de nuevo y me esforze por no derramarlas. Entre en la habitación y mire a la cama de Isabelle parecía dormir aun así que fui a acurrucarme con ella. Me estaba ganando el sueño cuando hablo.

- Aretha... ¿Por que mamá no nos quiere?. - la última palabra salio casi en susurro.

- Si nos quiere enana, es nuestra madre. - me dolió mentirle, yo me hice esa pregunta desde que papá murió.

- Pero... - se volvió para verme a los ojos -  ¿por que nos hace pasar hambre aveces?.

- Tal vez sea por que no hay dinero. -  trate de sonar inocente.

- Aretha no me mientas, ya no soy una niña ¿que le pasa a mamá? -  sus ojos estaban llenos de lágrimas y mi corazón dolía.

- Duerme ya enana, mañana sabremos que pasa ¿vale?.

Me dio un asentimiento de afirmación y  me dio la espalda. Al cabo de unos minutos se volvió a dormir y yo junto con ella.

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- Arriba, niñas hay que ir a casa -  la voz de mi madre sonaba amable y el pánico se adueñó de mi, me levante de un salto.

- ¿Que haces aquí? - sentí que Isabelle se removió a mi lado.

- Vine a por ustedes, nos vamos a casa ahora mismo, Isabelle niña, despierta. - mi hermana se sentó frotándose los ojos. -  Vamos, vamos no hay tiempo que perder, tomen sus cosas las espero afuera. - Salio de la habitación sin mirar atrás, sin darme explicación.

- Vamos, enana, es hora de partir. - le ayude a levantarse.
Comencé a sentir pánico, mi madre padecía muy tranquila y sin resaca, debo aclarar, y eso me asustaba aun más.

- Panque, lo siento, creí protegerte. -  Zach estaba en la puerta, ni siquiera lo escuche cuando despertó.

- No te preocupes Zach, todo esta bien, ella no es tan mala. -  trate de sonreír -  ve por nuestras cosas enana, mamá se pondrá impaciente.

Isabelle se apresuró.

- Quiero que me llames en cuanto puedas, pero que sea hoy ¿vale? - me miraba con intensidad, estaba realmente preocupado.

- Zach, no te preocupes, por favor. - dije con seguridad, pero mi voz salio débil.

- Si que me preocupo Ar, por dios, eres mi familia y esa mujer no es tu madre si lo fuera ella...  Ella no te haría eso. - tomo mis manos y las acarició con ternura.