𝐌𝐢 𝐏𝐫𝐨𝐟𝐞𝐬𝐨𝐫✓

Capitulo 7 (Editado)

Me encontraba cambiándome después de salir de la piscina, ya que Mía se había ido a la cafetería con Esteban, y el profesor Diego Miller me obligó a ponerme un traje de baño que había conseguido para las chicas que no habían traído el suyo.

—¿Y tú qué?- me empujó alguien; al parecer, no estoy sola. Volteé y era Karen. -Oh, pero si la mosquita muerta se ha peleado, vaya, vaya,- se rió a carcajadas. -¿Acaso lo hiciste por un chico o te metiste con el novio de otra y la chica te arrastró?

—Si me peleé con alguien o no, no es tu problema.- la empujé, dejándola perpleja por lo que acabo de hacer.

—¿Quién te crees para empujarme?- me jaló el cabello. - Tú, que eres una cosa para todos,- me miró con odio.-tú y tu estúpida amiga me han fregado la vida desde que las conozco.

—¡Karen!- un grito de enojo la hizo voltear; sabía quién era, pero no quería que me viera - ¡Suéltala!- Ella lo hizo y se marchó de allí.

—¿Estás bien?- se acerca a mí y acaricia mi cabello.- ¿Por qué dejas que sea así contigo?  ¿Por qué dejas que te trate como a una mierda?

Limpio mi cara y arreglo mi cabello.

— Quizás porque lo soy.- salgo de allí.

—Espera.- se acerca a mí y me toma por el hombro.- sé que no es mi problema pero soy tu profesor y eso que ella hace contigo no está bien. Ven tengo que darte algo.

Vamos a su oficina y cierra la puerta despues de que entra.

—Sé que no es correcto. - se acerca poco a poco a mí.- pero después de lo de anoche no he podido pegar el ojo.- hace a un lado mi cabello y me besa el cuello.

Suelto un jadeo y muevo mi cabeza dándole espacio para que continúe.

—Espera.-me gira rápidamente, me carga y me coloca en el escritorio. Busca mi mirada y cuando lo miro me besa, no es un beso suave es un beso lleno de pasión. -Diego...

—No digas nada.- me toma del cabello y besa mi cuello.

—Espera, - lo separo y bajo del escritorio -no,- trato de regular mi respiración. -no podemos. Nada puede pasar entre nosotros.

—Lo siento, tienes toda la razón. -se acerca a su bolsa, saca una pequeña maleta. - Ten, son tus cosas.

—Gracias, profesor.

Salí de la oficina y me encontré con Mía, la cuál venía caminando.

—¿Qué hacías en la oficina del profesor?- achinó los ojos.

—No es lo que piensas.- la miré seria.- sólo me estaba entregando las cosas que dejé en su departamento.

Ella rió, me tomó de la mano y entramos al instituto.

—No puedo creer que no hayas hecho nada con ese papasito. Yo soy tú y me lo como.

—Nada puede pasar entre él y yo, soy su alumna.

—¡Ya deja de decir bobadas! Se le ve en la cara que se muere por tí, además, no es nuestro profesor solo es un practicante.

—Mejor vamos a la cafetería tengo damasiada hambre, la piscina me dió muchísima.

—¿La piscina o el papasito del profe?

—Basta, Mía.- dije con frustración - Además, tengo que contarte algo que pasó anoche además de lo que ya sabes.

—Oh vaya, sabía que algo había ocurrido entre tú y el profe. ¡Que emocionante! vamos que quiero escucharlo todo.

—Por Dios, que chica tan fustrante.

—Sé que me amas.- me abraza- Vamos, quiero escucharlo todo. Sabía que algo había sucedido.