Chapitre 7.

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Las calles de St. Mort estaban completamente desiertas y silenciosas cual funeral.

La noche anterior habían incendiado la casa del único buen doctor del pueblo y le habían asesinado a él y a su, hermosa y bien conocida, familia.
Sus cuerpos yacían escondidos en gruesas bolsas de plástico afuera del hospital general y cuando el policía valiente se atrevió a abrir las bolsas; no pudo evitar las arcadas, mucho menos las lágrimas de rabia e impotencia.

En la bolsa encontró la cabeza del doctor Ferrec, el mismo que le había hecho la cesárea a su esposa y le había puesto todas las vacunas a sus gemelas. En toda la extensión de su cara tenía tallado con una navaja los nombres de las cinco calles principales.

El policía, que había dejado de sentirse valiente, sintió la bilis subirle hasta la garganta y tuvo que hacerse a un lado para vomitar.
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-¡Gerard apúrate, carajo! Que no tengo todo el día.-Gritó Ryan.

Gerard odiaba que le gritaran y más concretamente odiaba a Ryan pero no podía dejar de sentirse conforme con que al menos, Ryan lo llamara por su nombre y no diciéndole "niño".

Ryan había llegado a la casa pocos minutos atrás, con un humor horrible y la camisa llena de manchas de sangre, incluso tenía un poco en la mejilla izquierda pero Gerard sabía que era mejor no señalarlo.

A penas entró por la puerta, se quitó la camisa y desamarró a Gerard exigiéndole que la lavara.
-Pero... ¿En dónde voy a lavarla?-Le preguntó Gerard temeroso de recibir un golpe como respuesta.

-En el baño ¿en dónde más?

Gerard tomó la ensangrentada camisa y fue al baño a lavarla en el lavabo; él era muy bueno lavando ropa pero dudaba que el barato jabón que tenían fuera capaz de quitar eso.

Para Gerard no era nuevo limpiar manchas como esa, siendo el encargado de lavar la ropa de sus hermanos había visto cosas mil veces peores pero al menos en casa tenía cloro y mucho bicarbonato.

Suspiró y mojó la prenda para comenzar a tallar.

El agua se tornó roja al contacto, imitando el color que habían adoptado las manos de Gerard y el pequeñísimo cuarto se llenó de un olor casi nauseabundo que picaba la garganta.

Gerard volvió a suspirar y no pudo evitar preguntarse cuánto tardaría Frank en volver, a dónde había ido y si es que estaba con alguien más. Con alguien más interesante y fuerte que Gerard, con alguien mucho más inteligente y agradable.

Sintió sus mejillas sonrojarse y siguió limpiando la camisa, con los fuertes gritos de Ryan como música de fondo.
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Cuando Frank regresó a casa, esperaba encontrar comida recién hecha, cerveza fría y poder ver alguna película en el televisor.

Necesitaba descansar pues había recorrido todo el pueblo sólo para encontrarse con que todas las tiendas y establecimientos estaban cerrados, sólo pudo asaltar a tres chicos que caminaban solos en un callejón.

Pero al llegar a casa fue recibido con Gerard amarrado y llorando en el colchón. Frank frunció las cejas, y hasta ese momento se percató de que la motocicleta de Ryan no estaba estacionada en la entrada.

Sintió un dolor extraño en el pecho y no pudo no acercarse.

-Ey.-Frank se arrodilló a lado de Gerard y comenzó a desamarrarlo. -¿Qué pasa?

A penas le desamarró las muñecas, Gerard lo abrazo por el cuello dejándolo húmedo con sus lágrimas.

-Ey ¿qué pasa?-Repitió con mucha más histeria.

La única respuesta que Frank podía encontrar era que Gerard se sentía muy mal y posiblemente estaba muriendo. Furia comenzó a invadir su cuerpo; ¿cómo era posible que se muriera en poco menos de un mes estando bajo su cuidado?

Ryan tenía razón, era un idiota.
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Gerard había dejado de llorar pero no quería separarse de Frank. Estaban muy cerca, demasiado para el gusto de Frank y no encontraba la manera no-agresiva de alejarlo.

Así que recurrió a la manera que sí conocía.

-Ya basta, sueltame.-Frank se quitó con algo de fuerza los brazos de Gerard y se alejó, poniéndose de pie. -¿Por qué llorabas?

Gerard apartó la mirada y se escondió detrás de su cabello.

-Es muy tonto...-Susurró apenas.

-No estás muriendo ¿o sí?

-¿Qué? No... yo... es sólo... - Suspiró y pasó un mechón de cabello detrás de su oreja. -Ryan dijo, eh, algunas cosas.

Frank rió, no sería la primera vez que Ryan hiciera llorar a alguien con la brusquedad de sus palabras. Era un buen tipo, cuando tenía un acostón seguro, pero buen tipo después de todo.

-Ah ¿sí? ¿Qué te dijo?

Gerard sentía tanta vergüenza de repetir todo lo que Ryan le había dicho, no queriendo que Frank lo viera de la manera en la que Ryan lo veía.

Cuando Gerard no pudo quitar una mancha de sangre del puño de la camisa, los insultos de Ryan fueron incrementando y Gerard sintió tanto miedo de que Ryan lo golpeara.

Sus lágrimas empezaron por la indignación y la vergüenza y terminaron en ser lágrimas de puro miedo. Y necesitaba tanto que Frank regresara a casa, lo que fuera con tal de dejar de estar tan solo.

-Él...-Su voz empezó a entrecortarse. - Me dijo que soy un inútil y... y de verdad ¡no lo soy! ¡Hago tanto por ser de ayuda! ¡Tanto! Y Ryan se enojó porque no pude limpiar su camisa pero ¡no es mi culpa! y me dijo tantas cosas tan groseras... -Terminó por decir casi en susurro.

Frank volvió a reír, con mucha más fuerza que antes. Muy divertido porque todo eso sonaba exactamente como algo que Ryan haría.

Al escuchar la risa de Frank, los ojos de Gerard se abrieron muy grande y sus labios formaron un puchero pequeño.

Frank volteó a verlo, queriendo preguntarle más sobre todo lo que Ryan le había dicho, ansioso por escuchar todas las groserías que Ryan era capaz de decir. Pero su sonrisa se deformó cuando vio las cuantiosas lágrimas que salían de los bonitos ojos verdes de Gerard.

Sus bonitos ojos verdes que lo hacían tan diferente de cualquier persona de St. Mort, sus bonitos ojos verdes que retrataban un pasado marcado con sangre y tragedia.

Sus bonitos ojos verdes que lo veían con adoración y con duda, con tanta inocencia.

Frank no supo qué lo llevó a hacer eso, sólo supo que lo hizo.  Que volvió a arrodillarse frente a Gerard y limpió un par de lágrimas, para después tomarlo fuerte de las mejillas y besarlo en los labios.
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¡Muchas gracias por leer y por sus comentarios tan bonitos en el cap. pasado, preciosxs!

*sigo medio agüitada PERO mi crush de facebook de toda la vida le dio me encanta a mi foto de perfil y I'M LIVING*

-Émil.♡

St. Mort [frerard, ryden]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن