20. Los secretos se derrumban

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Y a pesar de eso... No podía dejar de buscarlo, primero porque se había dado cuenta de que no le importaba si no le quería, no le importaba porque con lo que tenía él bastaba y sobraba, no le importaba porque hace cinco años cuando miró por primera vez esos ojos le había prometido no irse de su lado, de pertenecer aun si él no lo hacía, de permanecer junto a él porque era su mejor amigo y eso siempre lo sería.

Pero... ¿En dónde estaba? ¿En dónde se había metido? ¿Entre que gente, entre que mar de rostros ajenos? ¿Dónde estaba Antuan? Tenía que encontrarlo.

- ¿Entonces?- le preguntó  Mau alejándolo de sus pensamientos- ¿Qué vamos a hacer? ¿Quieres ir a la mansión embrujada con los chicos?

- En realidad- le dijo- Voy a salir de la escuela un momento Mauricio.

- Ah, ¿Y dónde vamos a ir?

- Mau- lo miró con detenimiento- Voy a salir solo, de la escuela un momento.

El entendimiento le atravesó la mirada de un rayo que lo partió por la mitad, Mauricio junto las cejas mirando al pelirrojo.- ¿Por qué? ¿A dónde vas?

Oscar abrió la boca para responderle que eso no le importaba en absoluto pero en ese momento seis chicos llegaron hasta ellos, uno de sus compañeros -Kevin, el guardameta- le paso un brazo por el cuello del pelirrojo abrazándolo.

- ¡Hey! ¿Qué hacen acá solos, rechazados?- bromeó mientras sus compañeros se reían, Mauricio no lo hizo se quedó ahí de pie evaluando a su mejor amigo. Oscar parecía estar incomodó con ellos ahí - ¿Vamos a comprar a los puestos?

- Sí- respondió  Gerardo otro chico del equipo- Porque si vamos al salón seguro comienzan los reclamos de que no aportamos nada a la casa embrujada y etcétera, etcétera, etcétera...

- Chicos...

- Venden Tacos los de primero- lo interrumpieron de nuevo- Y donas los de tercero.

-Oigan...

- ¡Eres un gordo! - rieron los chicos- ¡Vas a vomitar cuando andes corriendo en la cancha!

- Chicos...

- ¡Hey!- la voz de Mau se alzó por encima de las demás, todos incluidos el capitán del equipo lo miraron con atención.- Vamos, Rojo nos acompañará más tarde.

Los seis chicos lo miraron con curiosidad pero fue Gerardo quién se atrevió a lanzar la pregunta.

-¿Por qué? ¿Adónde vas?

- Eso no te interesa- le dijo Mauricio con tono tajante- Oscar tiene asuntos pendientes, llegará a tiempo para el partido ¿Verdad?

Oscar miraba con sospecha a Mauricio que apenas unos minutos atrás le había echó la misma pregunta, aún con sus dudas asintió a su dirección.  

- Así que te vas a desaparecer- comentó con sorna el guardameta del equipo- ¿No te vayas a aparecer al mariquita de Antuan? ¿Por cierto, se han dado cuenta que ese bastardo no ha venido a clases por dos meses?

- ¿Y tú por que te andas fijando si viene o no?- le preguntó Gerardo - ¿No será que eres marica y te gusta el rarito?

- ¿A quién llamas marica? - le respondió Kevin tras las risas de sus compañeros - Sólo digo que el estúpido ese puede faltar como le viene en gana a la escuela y aún así no lo expulsan.

- Debe ser que su madre se la chupa al director- dijo uno de los chicos de su izquierda- Aunque si yo fuera el director también dejaría que me la chupará, esta rica la mamá del raro.

Oscar abrió los ojos repleto de ira mientras los chicos se reían de los estúpidos comentarios, Mauricio tampoco se rió simplemente observó a su capitán, todo colérico, puños apretados como si le hubiesen dado un puñetazo en el estómago.

El Secreto de Antuan ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora