17. La maldición del Ángel

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Capítulo 17: La maldición del Ángel

Primero... son los colores:

El amarillo y rojo de las ambulancias y sirenas, el blanco estridente de las luces en sus ojos.

Luego, son las voces.

¿Me...

¿Me puedes escu...

¡¿Me puedes escuchar?!

- ¿Qué?

Y por último es... el dolor.

Emma despertó cuando el dolor de cabeza fue insoportable

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Emma despertó cuando el dolor de cabeza fue insoportable. Fue como salir de un océano profundo, abrió los ojos de golpe y la blancura del lugar casi la hizo gritar de dolor. La sensación de estar reviviendo algo del pasado le llenó de golpe. Sabía donde estaba mucho antes de bajar la mirada a su cuerpo.

Las mantas blancas del hospital le cubrían las piernas y parte de la cintura. Emma parpadeó cuando miró sus brazos débiles sobre las sábanas , tenían cardenales morados en sus brazos pero los sentía al igual que las piernas– al menos aún podía moverlas– y luego sintió un cosquilleo en la punta de su nariz trató de llevar sus dedos hasta su rostro y descubrió que tenía unas puntas nasales con poquito oxigeno saliendo de ellas. No se las quitó, evitó la tentación y volvió a observar su brazo derecho donde una intravenosa adornaba su muñeca. Como si estuviera soñando trato de levantarse para tomar asiento, los músculos y los huesos le dolieron de inmediato haciendo que se escapará un grito de su garganta.

- ¿Emma?- escuchó una voz conocida a su izquierda. Emma que tenía el rostro contraído por el dolor observó al hombre que estaba ahora su lado. Pablo la miraba con una mezcla de preocupación y alivio.

–Tranquila–le habló con voz baja- No te muevas, estas herida.

Emma quería decirle que eso era obvio, pero se detuvo a tiempo antes de que una mujer vestida con bata blanca atravesará el cuarto y llegará junto a ella haciendo a un lado al oficial.

- Hola Emma- le sonrió con amabilidad- Soy la doctora García ¿Recuerdas por qué estás aquí?

Emma asintió pero no dijo nada, en cambió dejo caer su cabeza en las almohadas, estaba muy cansada y los ojos se le cerraban sin consideración. - Tuviste un accidente, Emma- la voz de la doctora volvió a escucharse, Emm pensó que tenía una voz bonita, suave, relajante. - La camioneta de tus abuelos se volcó en la carretera ¿Recuerdas algo de eso?

¿Qué si recordaba?

¿Qué si...

Y las imágenes se llegaron de un sólo golpe.

Los recuerdos se hilaron como si un collar de perlas se hubiese roto y ahora pieza por pieza se volvieran a unir.

Emma estaba triste y le había pedido a su abuela... Su abuela.... que la llevará a casa. Estaba lloviendo.

El Secreto de Antuan ©Where stories live. Discover now