1. Seis años más

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La noche era calurosa a pesar de la lluvia, a la 1:00am Marinette se encontraba en su cama sumida en un profundo sueño. Pero no era uno tranquilo, tampoco era una pesadilla.

Se removía en la cama suspirando, lanzando pequeños gemidos. Estaba soñando con él. Con Adrien, su primer y único amor, padre de sus hijos, al que esperaría por toda una eternidad si es posible.

Despertó con lentitud pues el tacto que sentía en sueños era tan vivido que parecía hasta sentir el perfume del hombre que añoraba. Quiso moverse pues se sentía calurosa, pero algo se lo impidió, algo la detuvo... Más bien alguien estaba sobre ella.

Le pareció extraño, pero antes de reaccionar sintió un violento jaloneo en su prenda superior hasta escuchar el rasgado de la tela liberando sus pechos en los cuales sentía la brisa sobar toda la piel de su torso.

—¿¡Qué!?... — la persona sobre ella le tapó la boca callándola — ¡Mmmh! — de inmediato pensó que algún ladrón había sorteado la seguridad de la aparente no tan segura mansión y ahora buscaba violarla y hacerle daño a sus hijos y a su invitada.

Pero las sospechas se disiparon cuando sintió en su rostro que unas garras se enterraban en su piel sin hacerle daño.

Dejó de luchar cuando olio aquel aroma característico de una persona, el olor que tantas veces había percibido entre las ropas de su rubio.

Sintió como aspiraban su cuello para luego lamerlo con lentitud. Aún la mantenía prisionera de sus brazos sobre su cabeza y amordazada con las garras de quien sea que la estaba amedrentando.

Se remeció fuerte logrando liberar su boca — A... ¿Adrien? — preguntó dudosa y entre cerrando sus ojos intentando en vano verle el rostro.

Pero de inmediato escuchó un fuerte gruñido que la aterrorizó... Asustada lanzó un fuerte grito que hizo alarmar a los ocupantes de los dormitorios cercanos. Al igual que al extraño ente que la tenía prisionera.

El culpable del terror de Marinette pegó un brinco cayendo al suelo como si fuera una pantera a punto de atacar a su presa. En la oscuridad gracias a unos pocos relámpagos que iluminaban la noche alegando que pronto se acercaba una tormenta, pudo observar que aquello era un hombre con todo su cuerpo negro, un considerable cabello despeinado, crecido y rubio, la miraba fija y penetrante con sus ojos brillantes como los de un felino asustado.

— ¿Qué eres? — preguntó nuevamente.

— ¡Mamá! — la luz se prendió y un joven rubio de unos catorce años entró despavorido al cuarto de su madre, alertado por los gritos de ésta.

De inmediato el hombre que acechaba a su madre brincó para lanzarse por la ventana, sin importar que estuviera cerrada este la rompió con su salto.

— ¿Qué fue eso? — la voz suave de una chica alertó a madre e hijo que estaban anonadados observando los cristales rotos de la ventana.

La chica de largos rizos negros y ojos azules abrazaba a una pequeña rubia temerosa, juntas desde el marco de la puerta.

— ¿También lo viste, Anny? — preguntó el rubio a su amiga que esa noche se había quedado a dormir junto a la pequeña Emma, ella respondió afirmativa.

Marinette saltó de la cama, cubriendo sus pechos con los restos de su blusa rasgada, corrió hasta la ventana intentando ver qué dirección había tomado el intruso — yo sentí su presencia — susurró para ella misma.

— Madre, ¡Cuidado! — alertó Louis al ver que la descuidada mujer pisaba los trozos de vidrios... Al final terminó con heridas en sus pies, pero a ella no le importaba, la curiosidad y la esperanza la tenían con la mente en otra parte.

Emma corrió a los brazos de su madre que se había sentado en la cama lejos del desastre de la ventana, escondió su rostro en el cuello de esta y enterró sus pequeñas manos en los cabellos azabaches — tranquila ni niña, no pasó nada — besó su cabellera rubia intentando arrullarla.

Anny aprovechó a buscar un cambio de ropa para la madre de su mejor amigo. En su cabeza se cuestionaba por qué se la veía tan tranquila, un pervertido había irrumpido en su habitación, aparentemente casi la había violado y ella estaba como si nada —. Llamaré a la policía — dijo la chica entregándole la blusa nueva.

— ¡No! — Madre e hijo reaccionaron al unísono.

— Mañana pondré la denuncia, no te preocupes Anny — le sonrió la azabache aun con su hija en brazos.

— Madre, ven a dormir a mi cuarto. Cuando amanezca limpiaré este desastre — Louis se arrodilló frente a ella, en sus manos tenía algodón y alcohol dispuesto a curar las cortadas en los pies de la azabache —. También lo vi — Louis se acercó al odio de la mayor.

Madre e hijo se miraron cómplices y sin decirse nada podían compartir un pequeño rato de alegría. Sabían que debían informarle al maestro Fu que se habían topado con una presencia muy parecida al gato negro de la mala suerte que ya no caminaba entre ellos hace ocho años.

🐾🐾🐾
Capitulo corregido✔️
🐾🐾🐾
Aun no hay grandes cambios en lo que ya estaba escrito n.n

Del prólogo a este capítulo pasaron 2 años (recuerden que cuando se vieron, Lou le dijo a Adrien que en 2 años habría otra luna de sangre), ahora Louis es un jovencito de 14, casi la edad de sus padres cuando empezaron a ser héroes. En total Adrien lleva 8 años en el mundo etéreo.

Gracias por leer, los amo 💖

『CANCELADO』ODIO ESTE FIC POR ESO Esta Historia Nunca ExistióWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu