Plan B

1.9K 224 13
                                    

Owen

Thea se quedó dormida casi al momento por lo que tuve aun más tiempo para pensar.

Había dejado olvidada la bañera pero no me importaba.

-Te quedarás conmigo. No sé como lo haría sino.- susurré contra su oído esperando que ella no me escuchase. No quería que fuese consciente de lo que había despertado en mi. Algo parecido, muy parecido al amor.

Apenas me moví, pues temía despertarla. Hacia ya un buen rato que habíamos cambiado de posición. Ahora yo estaba boca arriba y ella dormía apoyada sobre mi pecho.

No dejé de acariciarle la espalda en ningún momento.

La oí suspirar varias veces y eso me hizo sonreír.

Después de nuestra última vez, había terminado levantándome para vaciar la bañera y preparar algo para la cena.

Prefería que ella descansase lo que quisiera y de paso así me mantendría alejado de su cuerpo.

Cerca de las nueve, ella finalmente despertó y yo ya estaba allí con otro tazón de sopa.

Podría haber matado por solo ver la sonrisa que esbozó.

Esta vez no se quemó, aunque no me hubiese importado solo por volver a besarla.

Me quedé con ella hasta que terminó.

-Quiero preguntarte algo.- dijo cuando me levanté para llevar el tazón de nuevo a la cocina.
-Pregunta.
-Estoy un poco confundida acerca de nosotros. Todo está sucediendo sobre la marcha por lo que no hemos hablado de ello.
-Lo entiendo. Yo no soy de relaciones. No persigo a las mujeres, pero tu...  Eres tan distinta. Cuando te conocí... Joder. -paso las manos por mi pelo tratando de encontrar las palabras adecuadas que la convenzan y de paso no me dejen como un capullo integral.
>>No mentiré. Realmente quería doblarte sobre la primera superficie que encontrase y follarte hasta que olvidases tu nombre. Y tu, me rechazaste. Ahí debió terminar todo y debería haber ido tras otra que aceptase, pero no pude.
-¿Te obsesionaste conmigo?
-Es un buen modo de llamarlo. Y te hiciste amiga de mi mejor amiga. Empecé a verte más seguido y...

Me mordí la lengua para no decir las palabras.
Aun no era el momento y de todas formas ella no me habría creído.

-Yo también debería ser sincera Owen. Me gusta mucho estar contigo pero me sentí mal con lo ocurrido en casa de Eva. Me tomaste sin que importase nada...
-¿Crees que me dejo llevar por mi entrepierna?
-Eso pensé.
-¿Y ahora? ¿Sigues pensando lo mismo?
-No sé si me has demostrado lo contrario.
-Estás aquí, Thea. Justo donde debes estar. Eso debería ser respuesta suficiente para hacerte entender.
-¿Que debo entender?
-Me cambiaste.
No permití que ella preguntase. Preferí salir de la habitación.
Había estado cerca. Demasiado.

Cuando regresé ella dormía, de modo que volví a desnudarme y me tumbé a su lado.

A medianoche me desperté al oír como ella se removía y se destapaba.

Encendí la luz de la mesita y la miré atentamente. Estaba sudando. Acerqué la mano hasta su frente. Estaba ardiendo. Me puse en pie de un salto.

-Thea, despierta nena.

Ella murmuró en sueños algo que no podía entender aunque si que repetía un nombre sin cesar. Adam.

Intenté que los celos no me carcomiesen pero no era tan sencillo.

Decidido a dejarlos de lado, fui a por una palangana de agua fría y unos paños.

-No me dejes...
-Estoy aquí cariño. Te pondrás bien.
-Por favor, no me dejes.
-No me hagas esto nena. Céntrate. Mirame Thea.

Un recuerdo para ti (Serie Love 15) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora