Compras

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Thea

Hace casi una semana que duermo con Owen y tal y como prometió, no ha habido besos, ni roces, NADA.
Y eso me tiene un poco descolocada porque sé que me desea.

Cada mañana desde aquella primera noche que me trasladé a su cama, hemos despertado juntos, abrazados y con su erección apretada contra mi vientre.
Y aun así no ha dado el paso.
Se disculpa. Se aparta. Y se va.
Y yo estoy frustrada a más no poder.
Es por eso que ahora mismo me encuentro en el Centro Comercial con Lex esperando a Eva que ya ha vuelto de su maravillosa y romántica luna de miel.
Si no me alegrase por ella ahora mismo tendría arcadas.
El amor es para los que creen en él.
Y yo no creo. Ya no.
De todas formas lo que quiero es distraerme para así evitar pensar en otra mañana como estas últimas.
Dios... Él es grande...

*****

Hace más de una hora que estamos aquí y mi cuenta bancaria ya está temblando, pero estoy feliz con mis compras.
Necesitaba algo así y sin duda me encuentro con la mejor compañía.

Tras una llamada de Audrey, la hermana de Lex, esta se despide para irse.
Paseo tranquila con Eva, escucho como finalmente han decidido que su cachorro se llame Bolita.
Es el nombre que le puso cuando Malcom se lo regaló, ya que no se decidía por ninguno y con este se queda.

Eva me hace reír.
Cada vez agradezco más haber quedado con ellas, hasta que descubrimos una nueva tienda en la tercera planta.
Un gran cartel con las letras SEX SHOP, en un color rosa brillante me invitan a entrar. Y entro, arrastrando a Eva conmigo.

*****

Owen

Estoy cerca de perder la cabeza.
Cuando llegué junto a Eva, le pedí que omitiese hablar acerca de que yo estaba allí también.

Thea ha estado tensa esta mañana durante el desayuno y puedo asegurar que tiene que ver conmigo.
Con nuestros despertares.

Mis erecciones son involuntarias. Es natural para mi, pero desde que duermo con ella parezco un puto salido.

Estoy harto de matarme a pajas en la ducha.
Ella necesita tiempo y yo estoy dándoselo, pero no es fácil.

Cansado de seguirlas de un lado al otro, estoy agradecido de que por fin se detengan. Hasta que veo el cartel de la tienda.

Toda la sangre se dispara a mi ingle y un centenar de preguntas llenan mi mente, pero hay una que es la que más fuerza tiene.
¿Que tramas pequeña traviesa?

No es hasta media hora después que Eva y ella salen de la tienda, sin embargo, Thea es la que está guardando una bolsa dentro de su bolso.

Recibo una llamada de Garreth para decirme que viene con Malcom a buscar a Eva, y que han quedado en el aparcamiento.

Las sigo hasta el lugar y me mantengo oculto cuando Thea despide a Eva, al entrar esta en el coche con el que ahora es su marido.

*****

Saqué las llaves del coche de mi bolsillo y me dirigí hacia donde se encontraba mi coche.

Cuando iba a abrir la puerta me pareció oír a una mujer que maldecía en voz alta. Me acerqué un poco y allí estaba, de pie frente a un coche, con el bolso sobre el capó de este, rebuscando en su interior. Sonreí.
Justo cuando iba a dejarte marchar.

Me acerqué despacio. No pretendía asustarla. Solo, tan solo tocarla, sentirla entre mis brazos.
-Malditas llaves. Sé que estáis ahí.
Lo intenté pero fui incapaz de contener la risa y eso fue lo que me delató e hizo que Thea tirase el bolso al suelo sin querer y saliese todo lo que había en su interior.

Ella se apresuró a recogerlo, pero  puse mi mano sobre la de ella mientras esta cogía su nuevo juguete.

Seguro que deseaba que el suelo se abriese bajo sus pies para no vivir aquello. Me relamí mientras la miraba fijamente y por mucho que ella lo desease, era incapaz de apartar la mirada.
Tengo que besarla. Tengo que hacerlo ahora.
Inclinándome hacia delante casi podía sentir su aliento en la cara, cuando ella se apartó de repente y se disculpó.
-Eso no es lo que parece. Yo...bueno...es que...
-No tienes que darme ninguna explicación. Eres libre de satisfacer su cuerpo como desees. No voy a juzgarte y no debería avergonzarte tampoco.
-Es que no quiero que pienses que yo...
-¿Acaso le importa lo que yo piense?
-No es eso. Vivimos juntos.
-Te aseguro que soy muy consciente.
-Bueno, estoy segura de que tu te ocupas de tus propios orgasmos y yo... -en cuanto se dio cuenta de lo que había dicho, se tapó la cara con las manos y su nuevo juguete que seguía entre ellas.- Por favor, olvida lo que he dicho.
-¿Por que? Deberías darle a un hombre algo con lo que soñar.
Solo entonces puse sus labios sobre los de ella.

Un recuerdo para ti (Serie Love 15) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora