—Así que el temible Agust D, eh... —se burló.

El mencionado le observó con mucha furia, dispuesto a golpearlo y cayendo en cuenta que no podía ni siquiera moverse debido al dolor. Aquel extraño de cabello naranja terminó con su trabajo y se dirigió a lo que parecía ser la cocina. Luego de un rato volvió a ingresar a la sala, esta vez con un recipiente del cual salía vapor, tal vez era la sopa. Suga continuó observando con total desconfianza al otro, concentrado en los detalles de sus movimientos: cómo servía la sopa en un pequeño plato, la consistencia del caldo, todo. Sin embargo, no tenía sentido que le colocara algo al alimento, pues le había salvado la vida.

Ese sujeto se aproximó con el plato hondo lleno de sopa y una cuchara, y se colocó de rodillas frente a él, dispuesto a darle de comer.

—Vamos, debes alimentarte, parece que no comes desde hace tiempo —aproximó la cuchara, pero Yoongi corrió su rostro—. No tiene nada, te lo aseguro. Mira... —indicó, llevando el alimento a su boca e ingiriéndolo, demostrando que no había riesgo, pero no recibió más que una mirada indiferente—. ¿Acaso no hablas?

—¿Por qué me ayudas? —soltó con una voz ronca.

—Vaya —pestañó varias veces, sorprendido—. Tu voz es bastante gruesa, pensé que sería... ¿tierna?

—Deja las estupideces, imbécil —respondió con mucho enojo—. ¿Por qué me tienes aquí? No tengo nada para darte a ti ni a tu maldita mafia de...

—Te estoy ayudando porque parece que lo necesitas, Agust D —dijo con calma, conteniendo las ganas de volcar la sopa sobre su rostro—. Eres bastante grosero ahora que hablamos, no pareces el chico indefenso que vi en el callejón.

—Yo no estoy indefenso, no sé qué mierda fue lo que pensaste, pero me hubieses matado de una maldita vez... —bufó, observando el techo—. No es como si me importara realmente.

—¿Eso es lo que quieres? ¿Morir?

El joven de cabello anaranjado dejó el plato de sopa a un costado y llevó su mano hacia el pecho de Yoongi, quien se exaltó ante dicha acción. Sin embargo, sus pieles se quedaron en contacto, lo que le dio la oportunidad a Hoseok para empezar a preguntar, ya que así podría conocer los sentimientos de ese tan famoso asesino.

Lo observó con curiosidad, notando sus micro expresiones a lo largo de un segundo, dos, tres, y contando... Esos detalles no los percibiría cualquiera a simple vista. Le sonrió para tratar de transmitirle confianza, fue sin nada de emociones ocultas, una sonrisa sincera.

—Te ves arrepentido de lo que hiciste... —susurró.

Yoongi no respondió, pero no fue necesario que lo hiciera, sus latidos dijeron absolutamente todo lo que su voz callaba. Hoseok sintió una angustia increíble al percibir esas emociones, no entendía cómo alguien había logrado sobrevivir con semejante carga en su interior. Era inimaginable, pero lo estaba presenciando en ese momento. Posó su vista en él, quien seguía observando el techo sin ninguna expresión en particular y sintió que debía hacer algo pronto..., estaba en presencia de una persona que se había rendido frente a todo, que parecía respirar solo porque así funcionaba su organismo. Se había hecho una idea de lo que Agust D era, pero jamás pensó que vería a un joven con esas características.

—Soy Jung Hoseok, pero me dicen J-Hope —volvió a hablar—. ¿Tú cómo te llamas?

—Suga —respondió al instante, intentando calmarse.

En ese momento, Hoseok sintió cómo sus latidos se volvían irregulares. Ese apodo tenía más que simples letras en él, era algo que le provocaba dolor y necesitaba saber el motivo.

Pinky Hair Boy - YoonMin [+18] EN FÍSICO DISPONIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora