Promesa

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Valentina Mariana Vitale Hills, según las descripciones de Nicolás mide un metro sesenta y ocho, tiene alrededor de cincuenta años pero aparenta veintitrés, su cabello es rubio llegando a castaño, tiene ojos color azul claro, muy claros. Según Nicolás no será difícil identificarla.

–Entonces Hills estará junto a su hermano.­­–acota Cassandra a lo que Nicolás siente.–¿Y quieres que lo distraiga?–este vuelve asentir.

–Jeremy es un tanto callado, no se relaciona con nadie realmente, él y Valent son muy unidos por lo cual siempre están juntos.

–Y... hay algo que deben saber.–Bastian suspira con pesadez y todos en la habitación observamos al vigilante para que continúe.–Valent puede sentir las emociones de los demás, por lo cual deberán de estar relajados y concentrados.

Vincent hace una pequeña mueca y Cassandra asiente concentrada.

–Creo que falta el detalle más importante, ninguna ninfa en este bosque ha estado en Rusia.–agrega Marlena.

–Lo haremos a la antigua.–responde Vincent.–Tengo contactos y ellos me deben favores.

Cada vez me da más intriga saber quienes son los contactos de Vincent.

–Iremos con cuidado.–Marlena asiente pero en su rostro se puede notar que no está muy convencida, lo cierto es que el plan está hueco debido a que no tenemos recursos ni apoyo, estamos poniendo toda nuestra fe en los contactos de Vincent y la buena fe de Valent.

–Entonces creo que es hora de que partan, Karima los llevará al punto de partida.–termina por decir Marlena, Karima quien ha estado al lado de Marlena de un paso adelante y le extiende su mano a Cassandra, esta la toma y me vuelve a mirar, sujeto su mano y Nicolás toma la mía, posterior mente Bastian hace lo mismo hasta que Vincent es el ultimo en sujetarse.

–Bien, es hora de partir.–agrega Nicolás, cierro los ojos al igual que los demás y por unos segundos siento una descarga eléctrica recorrerme todo el cuerpo, tomo aire y abro los ojos, estamos en lo que parece ser un parque un tanto abandonado y desolado, me recuerda a la Sabana de San José, es inmenso y está rodeado de árboles, es de noche y hace frío, bastante frío. Suelto las manos de Cassandra y Nicolás y me abrazo a mi misma.

–Gracias por traernos Karima.–esta solo asiente ante mi agradecimiento y desaparece.–Supongo que no le gusta hablar.

–No te lo tomes personal.–me dice Vincent.–algunas ninfas hacen votos de silencio.

Me encojo de hombros y observo con más detenimiento el lugar donde estamos, las letras en los rótulos me son incomprensibles.–Pavlodar es la capital de Kajastizán.–el pelirrojo estornuda debido al clima.–Estamos a 405 kilómetros de Rusia, no podemos usar ningún transporte público, así que tendremos que alquilar un auto.

–La fiesta será en tres días, solo tenemos 72 horas.–nos recuerda un Bash preocupado.

–Solo necesitaremos 40.–termina por decir Vincent.

Cuarenta horas de viaje, casi dos días, pero es necesario, los cinco nos damos una mirada antes de asentir, lo primero que hacemos es buscar un renta car, no sé como lo hacen pero al parecer ellos entienden el idioma, no tengo la menor idea de que hora es, pero en cuanto salimos del parque pude notar que hay bastante movimiento en la calle, Cassandra me ha pasado una gorra y lentes, la gorra es color rojo pese a que no tengo problemas en la vista me he puesto los lentes y por dicha no tienen mucho aumento, la gente camina ignorándonos por completo, parecemos solo un par de mochileros, aunque solo Bash y Nicolás llevan mochilas, Vincent va sumergido en su celular por lo cual creo que está usando Google Maps, aunque no tengo la remota idea de cómo ha conseguido conectarse alguna red wifi o tener datos.

Últimamente no tengo idea de muchas cosas.

–Estás muy callada.–miro al robusto Bash, le doy una sonrisa de medio lado.

–Estoy pensando.

O tratando de pensar...

Los demás van delante de nosotros, cada tres minutos Nicolás da una mirada hacia atrás para confirmar que sigo detrás de él, lo cual me parece gracioso y hasta un poco tierno.

–¿Puedo saber en qué?–pregunta con inocencia el chico.

Para el aspecto un tanto intimidante que tiene Bastian es muy amigable lo cual me parece curioso. Los chicos se detienen y nosotros igual, hay que cruzar la calle y el semáforo aun sigue en verde.

–¿Cómo logran comprender este idioma?-pregunto con tranquilidad.

–Es kazajo, cuando cumplimos los 12 años empezamos nuestra formación educativa, tanto en idiomas como combate, tecnología, etc. –comienza a explicar el castaño, el semáforo se pone en rojo y nosotros al igual que las personas que van a nuestro lado avanzamos.–la parte de idiomas es fundamental, no solo las lenguas comunes, sino también las mitológicas, el kazajo es una lengua de la familia turca, pero lo cierto es que la mayoría de los letreros son en ruso y bueno, el ruso es una de las lenguas madres.

Cassandra nos da una mirada y se detiene unos segundos para caminar a nuestro lado–En la academia te enseñan tres lenguas por fuerza, español, inglés y mandarín. Con forme pasan los años los vigilantes piden traslado de bases a bases y así adquieren mayor conocimiento en idiomas.

–Suena como un intercambio estudiantil.–agrego y ellos dos asienten.

–Solo que en la escuela mortal no ven técnicas de combate.–dice a modo de broma el castaño, la rubia y yo reímos.

Vincent y Nicolás se detiene por lo cual nosotros también, noto que estamos fuera de un renta car.–Bueno, es hora de escoger.–puedo notar la emoción en la voz del pelirrojo.

–Es fan de los automóviles.–me susurra Cassandra.

Es más que evidente.–Miren esa belleza.–Bash pasa al lado de nosotros y se acerca a la vitrina.–Tenemos que llevarlo.

–De ninguna manera, iremos en el audi.–responde Vincent.

–Por eso no tienes novia, no sabes escoger autos.–refuta Bash, Cassandra rueda los ojos y su mano derecha va al puente de su nariz. Y creo que la he escuchado susurrar un "niños"

–Iremos en cualquier auto.–dice Nicolás, este me da una mirada señalando la entrada del lugar, camino a la entrada del local con él y un dependiente se nos acerca, este comienza hablar con Nicolás en lo que creo que es ruso, no entiendo nada de lo que dicen pero los demás se han esparcido por todo el complejo admirando las maravillas de autos que hay en el lugar.–Escoge uno Phoebe.

¿Yo? ¡Oh Dioses, oh Dioses!, debo admitirlo, es emocionante, nunca en mi vida he tenido la oportunidad de escoger un auto. Uno blanco me llama la atención, no sé nada sobre autos pero sé cuando es uno doble tracción, me asomo con discreción a la ventana de los asientos traseros, se ve espacioso y cómodo, teniendo en cuenta que pasaremos cuarenta horas en una lata con ruedas, tenemos que ir cómodos.–Este.–Nicolás me sonríe y asiente, le devuelvo la sonrisa pero esta se transforma en una mueca al ver las caras de Vincent y Bash, los dos me miran incrédulos.
–Al menos es un audi Vinz.–comenta divertida Cassandra, vuelvo a sonreír y Nicolás comienza hacer el papeleo con el sujeto, después de treinta minutos logramos salir del renta car con el auto, al ser la única que no sabe conducir me ha tocado ir de copiloto, la primer ronda se la lleva Nicolás, Cassandra va en medio de Vincent y Bastian, lo cual me divierte ya que desde que salimos del renta car no han parado de quejarse por mi elección y la rubia ya se ve molesta.

–Oh Dioses, ¡ya basta!–termina por explotar esta.–Es solo un auto, entiende que la única función de esto es llevarnos hasta Moscú.

–Habían mejores opciones.–susurra Vincent, este se queja después. Miro su rostro por el retrovisor y puedo decir que Cassandra le ha dado un golpe con su codo, parecen niños.

Esto será un viaje interesante.

Abro los ojos con lentitud, el cuerpo lo siento entumecido con cuidado comienzo a mover mis piernas seguidamente brazos y cuello, el sol aún no ha salido pero sé que son las 5:30 a.m gracias al reloj del auto, Cassandra va al volante esta vez siguiendo las indicaciones de Waze, la rubia me da una mirada rápida y me sonríe.–Buenos días bella durmiente.

Han pasado 39 horas desde que salimos de Pavlodar.–Hola.–mi voz suena ronca por lo cual me aclaro la garganta.–¿Hace cuanto fue el ultimo cambio?

–Una hora o menos.

Me responde esta, los cuatro se han turnado cada cinco horas para manejar, solo nos hemos detenido tres veces en el camino para estirarnos, hacer necesidades fisiológicas, recargar el auto de gasolina y comer algo al lado de la carretera, para nuestra suerte la comidas de las ninfas no sabe tan mal.­–Lamento no poder ayudarles.

–No hay problema, me gusta manejar, además, cada turno es mi momento de paz ya que esos tres caen en los brazos de Morfeo.–río ligeramente y miro hacia el frente, a lo lejos puedo notar ciertos edificios.

–Para ser una organización secreta a nivel mundial, su resistencia para el sueño es muy mortal.–bromeo.

–Somos vigilantes, no Dioses.–responde esta en el mismo tono de broma, ambas sonreímos.

Algo en su oración me llama la atención, sé que Cassandra es una de las vigilantes más antiguas, lo sé porque en una de nuestras conversaciones lo había mencionado.–¿Has viajado mucho?

Esta asiente.–Cuando cumplí los treinta años de edad decidí salir de Atenas, conocer el mundo pero en esa época todo era... bueno, antiguo. Habían muchas limitaciones, tardabas días en llegar a una ciudad, si tenías caballo tardabas menos, pero aún así, amaba esa época.

No quisiera ser entrometida, así que me guardo mi siguiente pregunta y esta levanta una ceja.–Dilo.–frunzo el ceño y esta sonríe de medio lado.–Cuando has vivido tanto tiempo, es más fácil interpretar las señales de las personas.

–¿Nunca te has enamorado?

Esta niega moviendo con suavidad su cabeza.–Relaciones fugaces, pero no. Vi lo que el amor le hizo a mi madre, decidí que eso no me pasaría a mí.

Oh, no sé que más decir así que permanezco en silencio.–Pero...–agrega esta–me he enamorado de ciudades, si eso cuenta–Cassandra ríe para sí misma–oh mira, estamos llegando.

Volteo mi atención hacia el frente y abro los ojos impresionada al ver la ciudad que tenemos en frente, los árboles que nos acompañaros desde el momento que abrí los ojos han dejado de ser parte del paisaje, Cassandra dobla en una desviación según la indicación del Waze y dejamos aun lado la pista por donde veníamos.

–Mi contacto está en el distrito de Prensensky–la voz de Vincent nos sobre salta a ambas a lo cual la rubia maldice en un idioma que no conozco–Esa boca está muy sucia Cassandra.

–Cierra la boca y pon la dirección en el Waze.–ordena esta.

Tomo el celular que está en el tablero y me volteo ligeramente para entregárselo a Vincent este lo toma y mi atención se centra en Nicolás, sigue dormido, su cabeza va apoyada al cristal de la ventana, se ve preocupado, Bash por otro lado va apoyado al hombro de este con la boca abierta, hay un rastro de baba seca por su mejilla.

–Listo–Vincent me extiende de nuevo el celular, lo tomo y lo coloco en su lugar inicial.–¿Hermoso no?–dice este señalando a Bash, finjo una mueca y este ríe–Te encantará conocer a Laryssa.

Hasta este momento no sabía nada de los contactos de Vincent, menos que era una mujer la que nos iba a recibir.–¿Ella si es de confianza?–pregunta con preocupación la rubia.

–Por supuesto, e incluso se ha tomado el tiempo de buscarnos trajes para mañana.

–Solo espero que no sea una de tus conquistas.–responde Cassandra con un tono cansado, miro a Vincent por el retrovisor y este me da un guiño.

–¿Celosa Coleman?

–Ya quisieras.

–Algún día lo aceptarás.–dice este con un aire de grandeza.

Miro a Cassandra y esta alza una ceja con una sonrisa burlona–Vinz, cariño, no eres mi tipo.

–Soy el tipo de todas.

–Él mío no.–respondo en broma y Cassandra ríe.

Miro de nuevo al pelirrojo por el retrovisor y este finge una mueca de dolor.–Golpe bajo Phoebe.

–Girl Power–contesto, Cassandra me extiende su puño y choco el mío con ella.

–Interesante conversación.–se nos une Nicolás–Agh, que asco.–Vincent, Cassandra y yo reímos al escuchar al vigilante, Nicolás se sacude el hombro y Bash se despierta–No me babees puerco.

Este primero parpadea varias veces desorientado y rápidamente se limpia la cara con su mano.–Carajo.

Su destino está a menos de cinco minutos.

Nos informa Waze. Tengo que decir que esta zona se ve muy lujosa, los rayos del sol golpean los ventanales de los edificios, el auto se de tiene frente a uno de estos edificios.

–Bien, hemos llegado.–nos anuncia el pelirrojo.

Los cinco bajamos del auto, Vincent toma el celular antes de bajarse del auto y parece que empieza a llamar a alguien, este cuelga luego de unos minutos y sonríe.–Ella bajará.

Asentimos al mismo tiempo, la gorra comienza a molestarme pero me siento paranoica por lo cual no me la quito. El edificio de en frente es igual de hermoso, toda esta ciudad es hermosa, hay varias marcas fuera del edificio de cristal, tanto de comida como de ropa.

–Oh, ahí está.–volteo mi mirada a Vincent y sigo su mirada, una chica pelirroja se nos acerca, su cabello va sujeto en una coleta alta, pero eso no evita que su largo cabello rojo se mueva con el viento, su piel blanca contrasta de maravilla con el vestido negro que lleva, trago con fuerza porque es sumamente hermosa, pero hay algo raro en su aura.

–Una súcuba.–escucho decir con molestia a Cassandra.

–Pero de las buenas.–responde esta con una bella sonrisa.–Un placer, mi nombre es Laryssa.–habla a la perfección el español, pero su acento ruso no se pierde, ahora que está más cerca noto el color de sus ojos, son de un verde intenso.–Y tú debes ser ella.–sus ojos se posan sobre mi, tienen un brillo de emoción.–Nunca había visto a una de tu clase.

–Sí.–responde Nicolás y da un paso delante de mí a modo de protección.

–Tranquilo guapo, no me la voy a comer.–dice esta en broma.–a menos que ella quiera...

–Si... Laryssa, hace frío, ¿entramos?–interrumpe Vincent y esta asiente.

–Por supuesto, deben estar cansados, me tomé la libertad de pedirles comida.

–Ella si es de las buenas.–dice Bash. La sexy pelirroja nos hace un ademán de seguirla.

–¿El auto?–pregunta Cassandra.

–Un valet vendrá por él.

Los cinco asentimos y la seguimos al interior del edificio, que por dentro aún es más lujoso, el portero nos da una rápida mirada y se queda embobado con la pelirroja, realmente nadie puede culparlo, esta le da una sonrisa y camina directo al ascensor, Laryssa se detiene frente a las puertas del elevador y presiona el botón, las puertas se abren y esta entra, la seguimos sin decir una palabra y las puertas se cierran.

Ella presiona lo que creo que es el ultimo piso.–Ventajas de construir tu propio complejo.–acota esta.

Miro de reojo a Nicolás y este mantiene su mirada seria, más de lo habitual, sujeto su mano y este me mira, le doy una pequeña sonrisa y este me aprieta con suavidad la mano, el sonido del ascensor capta mi atención, las puertas se abren y abro los ojos impresionada.

Es todo un piso, lujoso, muy lujoso, parece que estoy en un episodio de Keeping Up With The Kardashians.

–Mi casa es su casa.–Laryssa es la primera en salir del elevador.

Y lo primero que mis ojos captan es la maravillosa vista que se filtra por los grandes ventanales, toda la ciudad se puede ver desde acá. La chica nos invita a entrar en el lujoso piso y la seguimos obedientemente.

–Me he tomado la libertad de ahorrarles la ida al centro comercial por trajes y vestidos para la gala de los Hills.–mis ojos viajan a un perchero móvil que la pelirroja señala.–Pueden tomar el que más gusten.

–Eres un sol Laryssa.–Vincent se acerca a la pelirroja y besa su mejilla, la pelirroja le sonríe en respuesta y con timidez me acerco hacia el perchero, los trajes y vestidos están cubiertos con una bolsa plástica para protegerlos, uno llama mucho mi atención, es blanco hueso, con forma de corazón, en la parte de las mangas lleva unas líneas de perlas.

–Te verás hermosa en ese.–su voz me sobre salta, y ella ríe ligeramente.

–Es muy amable de tu parte, gracias.–Nicolás se sitúa a mi lado y esta le da una sonrisa un tanto forzada.

–Deben de estar muy cansados, les enseñaré las habitaciones, lastimosamente cuando pensé en mi piso no lo hice pensando en tener una familia, por lo cual solo tengo disponibles tres habitaciones, contando la mía.–Laryssa se mueve por en medio de una enorme sala, que cabe mencionar está decorada en tonos pasteles de violeta hasta llegar a blanco, nos dirige por un pasillo y nos enseña dos puertas, una frente a otra.–Cada una tiene su propio baño.

–No hay problema, esto es demasiado no tenemos como agradecértelo.–la gratitud se puede escuchar claramente en la voz de la rubia.

Laryssa nos da una mirada seria.–Eviten lo que él quiera hacer, no está dentro de mis planes volver al tiempo de la esclavitud.

–Eso hacemos.–murmura Bash.

–Los dejaré, tengo cosas que hacer, el almuerzo será servido en cuatro horas, descansen.–los cinco hacemos espacio para que la Laryssa pase entre nosotros y pierdo su visión cuando esta entra en la sala.

–Tomen una ducha, repasaremos el plan en unas horas.–los cuatro asentimos ante las palabras de Nicolás, Cassandra abre la puerta a nuestra izquierda y me hace un ademán para entrar, no la hago esperar y entro en la habitación, mi boca se abre una vez adentro. Es enorme, con una magnifica vista, camino anonada hasta las grandes ventanas y me quito la gorra que oculta parte de mi cara y cabello.

–Nunca había visto algo así. –susurro.

Cassandra se detiene frente al gran ventanal y la imito, nos quedamos en silencio admirando la ciudad, el sol comienza a ocultarse y la miro de reojo una lágrima recorre su mejilla pero ella no la quita, ni se inmuta.

–Si algo me llega a pasar protege a Leila.–su tono de voz es muy serio, frunzo en ceño y la giro mi rostro completamente.

–No te va pasar nada.

Esta me da una sonrisa triste.–Durante décadas pensé lo mismo Phoebe, creí que ser un vigilante era lo mejor del mundo, creí que éramos alguna especie de súper héroes, de súper soldados. Y lo cierto es que tiene sus ventajas.–la sonrisa triste de su rostro pasa a ser más alegre pero aún no se gira a mirarme.–Esta es una de sus ventajas.–la rubia posa su mano en el cristal.–He visto el atardecer una y otra vez, desde docenas de lugares diferentes, he visto ciudades enteras construirse, me he enamorado, me han roto el corazón, he conocido a muchas personas.–una risa sale de sus labios y por alguna razón sujeto su mano libre y esta me recibe gustosamente.–Y ha sido maravilloso, porque siempre he tenido a mi madre a mi lado, porque todo lo he vivido junto a ella y ahora...–su voz se quiebra y una lágrima rueda por mi mejilla, Cassandra sorbe por su nariz.–ella no está... porque no somos invencibles, somos igual de mortales que una persona común.–Cassandra gira su rostro y me mira, sus ojos azules están rojos y vidriosos.–Pero tú no y tienes que prometerme que si algo me llegara a pasar protegerás a Leila como si fuera tu familia.

–Con mi vida.–esta me da un apretón de manos y limpia su mejilla con su otra mano.–Estamos juntas en esto Cass.

La rubia asiente y traga con fuerza, esta toma una bocanada de aire y me sonríe, me da una sonrisa genuina.–Iré a tomar esa ducha.

Asiento, esta suelta mi mano y camina en hacia una puerta que está al otro lado de la habitación, el sol se ha ocultado totalmente y las luces de la ciudad la hacen lucir más hermosa, mi mano derecha va hacia el collar que está en mi cuello.

Sea como sea, voy arreglar esto.

Transcendence la Profecía(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora