- Víctor - lo nombró por cuadragésima vez la morocha. - Mi papá se llamaba Víctor.
- Es increíble. Una historia de locos. - comentaba Luz, su amiga.
Dalila había quedado en shock y repleta de información que le contó Micaela. Pidió el resto del día libre y fue a lo de su amiga para contarle y poder descargarse.
Tenía millones de preguntas en su mente, quería buscar a la rubia y que le contará todo de nuevo, pero por lo que conocía Micaela, presionarla no iba a dar frutos.
- Él murió Luz. Nunca voy a conocerlo, ¿sabes lo que es eso? - sollozo Dali. - Durante toda mi vida me lo imagine... y ahora, ahora sé que nunca voy a llegar a verlo siquiera una vez.
- Amiga, lo siento tanto. Es devastador por lo que estas pasando, yo voy a estar a tu lado y ayudarte en lo que necesites. - La consoló su amiga.
- Necesito respuestas. Necesito conocerlo. Necesito saber de él. Necesito que no hubiera muerto. - gritó enfurecida y entre llantos Dalila.
●●●●●●●
Bianca y Lucas habían compartido todo el día juntos. Yendo al cine, a comer, recorriendo el shopping viendo tiendas de bebés, y más.
Ella sentía que lo perdía, no era tonta, desde que habían vuelto él estaba distante y desconfiado, incluso parecía como si hubiera perdido todo el interés que antes tenía en la morocha. Pero Bianca era persistente, no iba a dejarse vencer fácilmente. Iba a recuperar al Lucas atento y amoroso que estaba acostumbrada a tener.
Volvieron bastante cansados por el paseo, habían cenado en el restaurante en el que se conocieron, según Bianca, su lugar. Él esta agotado y solo quería bañarse e ir a dormir, pero eso no entraba en los planes de su novia que estaba dispuesta a todo para reconquistarlo. Así que ni bien él entro a ducharse, ella se quito la ropa y lo siguió.
- Bian, ¿qué haces? - preguntó sorprendido Lucas viendo como su novia se metía bajo el agua con él.
- Te hago feliz - contestó ella besándolo.
Entre besos y caricias, Bianca sentía que él volvía a ella. - Te amo Paio - dijo ella sumergida en el momento y no reconociendo como lo había llamado. Para su drama, Lucas sí había oído bien.
ESTÁS LEYENDO
Dueña de mi silencio, esclava de mis palabras
Teen Fiction"Las palabras se pueden manipular, pueden perder su valor o tener demasiado. En cambio el silencio es más noble. El silencio es algo que se puede compartir. El silencio es estar en control. El silencio es poder. Dicen que somos esclavos de nuestras...