Capítulo 2: "Llamadas descolgadas."

80 2 1
                                    

"Hijo de puta."

"Qué mierda hacía el contestando el celular de mi chica."

Esas frases y más se escuchaban murmurar en la habitación.

Su nudillo que en un pasado reciente había sido blanco como la nieve, ahora se veía tan rojo que llegaba a doler de sólo verlo.

Y ni hablar de su rostro, que representaba una mezcla de frustración, enojo, tristeza, decepción y algo más que no sabría definir. Lloraba como un niño perdido en el centro de New York, su rostro empapado y rojo que ahora estaba escondido entre sus manos.

-De seguro ya me olvido, nunca me amo. La odio, la odio, ¡LA ODIO!

Y ahí estaba otra vez, encerrado, llorando, sufriendo, solo.

Y es que ya había tomado una desición, y esta sería definitiva. Desde ahora no le importaban las mujeres, no le importaba como estuviera ella. Ni donde. Desde ahora solo le importaría su música, su trabajo y su familia.

Nada más que tuviera que ver con ella.

***

-Oh vamos tengo sueño, mañana te pago la apuesta, ¡lo juro! -Chillé somnolienta.

-Por supuesto que no, además mañana no vendré. Reunión familiar, primos y esas cosas. Así que anda moviendo ese trasero. -Me obligo señalando la puerta.

Me levante a puras penas, busque las llaves de la puerta en el primer cajón y le eche una última mirada.

-Me las pagarás idiota. -Y salí.

-"¡AYAAAAAYAYAÍ EJALÉ! LA CUCARACHA, LA CUCARACHA, Y COMO DICE GENTEEEE!"

Entonces ahí estaba yo, con una guitarra, en el parque, de noche y en pijama de ositos con un sombrero mariachi, sin olvidar el bigote.

Como te odio Irwin, no sabes como.

-¡Y ESTA ÚLTIMA SE LA DEDICO A MI MÁS FIEL AUDIENCIA, ASHTON IRWIN! -Y volví a cantar la última ranchera.

****

-Oye ya puedes parar de reír, hace más de una hora que llegamos. -Dije lanzandole un cojín.

-Vamos admite que fue genial, te adoran en... -No lo deje terminar.

-¡ASHTON FLETCHER IRWIN DIME QUE NO ME GRABASTE!

-¡Oooops! -Levanto sus manos como si lo arrestaran.

-¡Te odio tanto! -Grité atacando su cuerpo que era unas dos veces el mio como mínimo, sobre mi cama donde hace unos segundos estabamos sentados. 

-Y-ya para, ¡lo siento de verdad! -Me decia con dificultad a causa de que aun se reía.

-¡No puedo creer que me obligaras a hacer todo eso maldito! -Gritaba entrecortado mientras lo golpeaba repetitivamente con cojines.

De un momento a otro yo ya no tenía el control de la situación y ahora el estaba sobre mi.

-¡Vendetta! -Y comenzo el bombardeo.

-¡Y-YA BAS-BASTA! -Decía intentando no orinarme por las cosquillas.

Luego de que me masacrara unos 15 minutos con cosquillas se detuvo a causa de que las cosquillas me vuelven violenta y, realmente, sin querer lo golpee en su amigo.

Ahora yo reía.

Jajá Irwin, en tu cara amigo.

-¿Ashton estás bien? vamos no fue tanto. -Dije acercandome a el luego de ver que no cambiaba de posición.

Mala idea, mala idea.

Se volvio a lanzar sobre mi pero esta vez fue incomodo. No por tenerlo encima, si no porque estaba a creo que menos que milimetros de mi boca.

No, no, no, no, no, no, y no.

Quería decir algo, algo inteligente que le cambiara el sentido a la situación, y que a la vez no le hiciera daño, algo que no sonara malditamente infantil, pero no pude. No pude articular nada. Ni una puta palabra.

Nada menos que una inhalación profunda bastaba para acabar el espacio, por eso, intente aguantar la respiración.

No deciamos nada, solo nos mirabamos. Es como si de pronto el mundo hubiera decidido detenerse para nosotros dos. Unicamente para estos dos simples desconocidos.

Ashton me miraba como pidiendo permiso, y con... ilusión.

No quería, no debía y no podía. No quería herirlo, no debía ilusionarlo y no podia dañarlo así el había sido mi amigo aquí, en poco tiempo el chico me había demostrado demasiado.

Pero quizás debí pensar menos porque resulta que tengo a Ashton pegado a mi por medio de mis labios.

No lo detuve, lo seguí. Me perdí en su dulce aroma, en su calido roce y en lo encantadora que es su forma de besar.

No quería terminar aquel beso, me sentía ilusionada nuevamente, y también sentía miedo, de volver a caer.

Pero la ley de la vida nos ganó y necesitabamos aire. Así que se separó, despacio y con cuidado de mis labios, dejando su mano en mi mejilla y su frente pegada a la mía.

No deje de mirarlo, acerque mi mano a su cabello y lo acaricié, así como una madre lo hace con su hijo, aun que esta situación era completamente distinta, pero la admiración y el sentido de intentar protegerlo era igual.

-Ashton sabes que no puedo. -Dije al fin en un susurro cerca de él aún.

-Sé que no debía, pero era una necesidad hacerlo, lo siento. -Pronuncio en un susurro cerca de mi aún.

-Sabes que te aprecio mucho. -Dije sonriendole.

Que zorra, que zorra.

Nos quedamos mucho tiempo en silecio, sin movernos. Hasta que el decidio romper la calma.

-¿Recuerdas aquella pelicula que vimos hace 2 días? -Asentí. -La chica le decía al muchacho que ya no podían estar juntos, porque no resultaría. Y entonces el va y le dice "Por favor dame una oportunidad, dejame hacerte el amor hasta el cansancio y si no te gusta no te volveré a molestar nunca más". -Volvía a asentir perdiendome en su mirada, procesando lo que intentaba decirme.

-Sé que no es el mejor de los ejemplos, pero entonces yo ahora te digo, -comenzo a susurrar en mi oído.- intentemoslo, no te prometo una relación perfecta, porque se que peliaremos y todas las noches seguiremos discutiendo por cual género de película ver, también porque quiero pizza con queso y tu no, pero lo que sí, puedo asegurarte que te haré feliz, y si me lo permites, te haré el amor hasta el amanecer.

Perpleja. Así es como me encontraba. No mentiré, este chico era muy directo y estaba haciendome sentir cosas, pero maldita sea Niall aún atormentaba mi cabeza, sus recuerdos, él, aún estaban en mí. Su cuerpo aún estaba en mi, grabado.

-Lo podemos intentar, pero necesitarás paciencia. -Advertí.

Su sonrisa se amplio de la forma más linda que jamás había visto.

-Gracias. -Dijo y acomodo sus antebrazos a cada lado de mi cabeza para continuar con algo pendiente. Y no lo detuve. Enrede en su cabello mis dedos mientras que con la otra mano acariciaba su suave rostro. No sé exactamente cuando estuvimos así, pero sí sé que no estaba siendo sincera.

Ni un poco.

Remember. n.h / a.i [FANFIC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora