광년 - Años Luz

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El momento en el que toda la ilusión se iba de su cabeza, comenzaba a buscar más para volver a ese estado en el que se encontraba casi todo el día. Pronto lo que compraba se acababa, y el dinero que Taehyung le prestaba para hacer sus compras semanalmente ya no le alcanzaba para comprarle al tipo que siempre le daba la mercancía. Estaba ese momento en el que debía soportar la realidad como un castigo, hacerse pequeño, ocultarse bajo las mantas, taparse los oídos con ambas manos. Estaba ese momento en el que suplicaba poder gritar y decir tantas cosas; al aire, a la vida, a la muerte, a sus amigos, a su amor. Daba vueltas por la casa, se ocupaba de las flores y luego volvía a pasar sus pies descalzos y sucios por toda la extensión del lugar, esperando que la ansiedad desapareciera como el vaho en un día invernal.

¿A quién hablarle cuando se encontraba en un desierto? ¿Cómo podía descargar todas esas palabras que le incendiaban la garganta?

Sus ojos buscaban alguna manera, algo que saciara su consternación. Una hoja de papel arrugada y vieja, posada tranquila sobre la mesada, atrapó su mirada. Allí fue cuando, casi corriendo, tomó un lápiz y la hoja, contemplando los últimos segundos de soledad del papel antes de llenarlo con su voz muda.

«Quiero estar vivo pero no sé cómo»

Las letras, chuecas y temblorosas, se trazaron con un movimiento rápido de su muñeca, casi instintivo. Yoongi permaneció un rato mirando aquellas palabras que no eran vacías como esperó que fueran. Leerlas una y otra vez hizo que su voz las pronunciara en alto, y que sus pestañas se mojaran ante las repentinas lágrimas que asomaron por el abismo de sus ojos.

—...pero no sé cómo —suspiraron sus labios.

Sus manos siguieron moviéndose para continuar escribiendo cada cosa que cruzara por su cabeza. Olvidó el hambre rugiendo en su estómago, el tiempo recayendo sobre sus hombros, la sensación de abstinencia. Sus pupilas lloraron ante el alivio que se trataba el trazar tantas palabras escondidas y soltar aquello que había estado reteniendo. Y, sin darse cuenta, Yoongi terminó por dedicar cada una de sus letras a su lejano ángel.

«Quiero estar vivo pero no sé cómo. He hecho cosas para sentirme vivo, pero nada ha funcionado. Cosas que te causarían decepción. Por un lado estoy en calma de que no estás aquí; no tienes la oportunidad de verme en mi peor estado. Otras veces me agobio pensando en ti, en dónde estarás, qué estarás haciendo, con quién estarás hablando. Imagino que te estás riendo y es inexpresable la manera en que se oprime mi pecho por eso.

Todavía tengo en la garganta la cantidad de cosas que debí haberte dicho en el aeropuerto, pero nunca dije. No sé si es arrepentimiento lo que siento o un gran alivio, pues si las hubiese pronunciado, tú aún estarías aquí. A veces me arranca el pensamiento de llamarte al ver tantos mensajes tuyos en mi buzón de entrada, pienso que debería responderte, que debería dejarte escuchar mi voz. Pero, me conformo con que sepas de mí a través de Jungkook, con saber que él te miente de que estoy bien, de que estoy saludable para que puedas dormir tranquilo.

La verdad es que me he rendido a la vida. No me he preocupado en mantener mi salud, ni mi bienestar. Ya no me importa. Tampoco he tocado el piano hace tiempo; siento que las manos se me entumecen cada vez que pienso en las melodías que podría sacar. No como por días, vomito una vez a la semana. Quizá me estoy muriendo y ni cuenta de ello. ¿Qué importa eso ahora?

La última vez que vi a Hoseok, hace quizá ya un mes, me contó un montón de cosas. Namjoon aún sigue ahí, pegado junto a Seokjin; su familia está muy preocupada por él. La relación de Jungkook y Taehyung va de mal en peor, no sé si siguen juntos ya. Hoseok me dijo que él estaba lidiando con la muerte de su padre, pero lo vi destrozado. Y me di cuenta de que nos rodea la desgracia y parece que no hay salida de ella. Suelo mirar el chat muerto de nosotros siete, de cómo nos reíamos por cualquier cosa. Mi mente sigue confundida al intentar descifrar cómo es que todo acabó de esta manera. Sigo sin entender cómo la vida puede cambiar tan drásticamente y volverse tan insufrible.

Infinite, songs for someone ·JIMSU·Where stories live. Discover now