- Mira... - digo señalándola y poniéndome delante de ella – estoy harta de esta situación, ¿puedes dejar de comportarte como una niñata? ¡necesitas ayuda! ¡¿o es que no lo ves?! Mírate, estas echa una mierda Olivia, nadie sabe que hacer contigo, puedes dejar de ser una egoísta ¿y hablar con alguien? Si tanto te molesto pues mira, háblame para decírmelo desde el primer momento, pero necesitas salir de esta puta habitación y empezar a hacer tu vida de nuevo,! esto no te puede joder!

- ¿Que no me puede joder? Te recuerdo que nos han secuestrado y me han violado ¡Joder, Armida! Me han violado ¿Cómo quieres que este después de eso? ¿Cómo quieres que mire a la gente? Odio cuando hablan, ¿y el instituto? Eso va a ser un puto infierno no me quiero imaginar las caras de pena, de desprecio, como las vuestras o las de papá y mama, no quiero estar bien no me da la puta gana, yo lo elegí por salvarte a ti, asique ¿sabes qué? Deja que pase mi mierda como a mí me dé la puta gana, ahora ¡iros de mi puta habitación los dos! no quiero a nadie cerca.

- No, no quieres a nadie cerca que no sea ese tal Axel, ¿no? – la voz de Aarón me pilla de improviso.

- Cállate – dice Olivia matándole con la mirada

- No, no me da la gana, el salió corriendo porque le acojono ver de la manera que dependías de él sin ni siquiera conocerlo – Aarón me coge de la mano y me va llevando hasta la puerta – para tu interés, él ha pedido el traslado y pasara el próximo curso aquí.

No la dimos tiempo a decir nada, porque salimos de la habitación pero juraría que vi en su cara un poco de esperanza y la verdad es con Axel he tenido poco trato pero ella se aferró a él como un clavo ardiendo.

- ¿Es verdad? – le pregunto cuando estamos mas alejados de la puerta.

- Bueno... digamos que Axel no va estudiar, va a dar clases.

- ¿Clases?

- Sí, veras.... Después de todo lo que os a pasado a vosotras los profesores han decidido dar clases de defensa personales minio cinco obligatorias.

- ¿enserio?

- Sí

- Bueno... supongo que es lo que tiene que no sepan el pasado de nuestros padres.

- Armida... si eso pasara creo que no os dejarían estar ni escolarizadas – se empieza a reír y nos mete en mi habitación.

- ¿Qué haces? – le sonrío y cierra la puerta detrás de nosotros.

- Nada... - me empieza a besar – Solo quería preguntarte algo.

- Para de hacer eso – le digo retirándole de mi cuello

- ¿El qué? – me sonríe

- Sabes perfectamente el que – nos sonreímos y después de una sesión de besos se aparta de mí

- Tenemos que parar aquí, porque si no lo vamos a tener que acabar – se sienta en un lado de la cámara. - quería preguntarte algo.

- Me estas asustando.

- No es nada, de lo que te tengas que preocupar tú – me mira y hace un gesto para que me siente a su lado en la cama.

- ¿Qué pasa? – me siento a su lado y el coge mi mano.

- ¿Quieres venir conmigo al baile? – me sonríe.

- Pues... no lo sé la verdad – le digo seria.

- ¿Cómo que no lo sabes?

- Nos invitas a mí y a mi hermana y como ella a dicho que no ¿soy tu segunda opción? No crees que deberías habérmelo pedido a mi primero y luego haberme insinuado lo de mi hermana, porque eso lo has hecho tú porque has querido, sin consultarme.

- Pero...

- Cállate, no he terminado de regañarte – me mira sorprendido pero vuelve a callarse – encima lleva sin dirigirme la palabra y empieza a hablar y es para sacar mierda por esa boca ¿en qué momento de mi vida pensé que iba a cambiar? En fin no tiene remedio, pero tú... - me acerco a él – tengo que darte las gracias por ese maravilloso plan, porque me demuestras que te importo yo y que me quieres ayudar – le beso en los labios – eso... o que querías ir con dos chicas al baile. – se empieza a reír.

- Me has pillado, todo, eres una chica demasiado lista... por eso creo que cada dia me enamoro más de ti.

- Te quiero – me siento encima de sus piernas y le miro – de verdad que gracias por eso, aunque ella no lo sepa ver, se que lo has hecho con buena intención.

- Armida, solo había una intención y era sacar a tú hermana de la habitación, quería ayudar, solo te quiero a ti, la reacción que tú has tenido de no saber nada la ha hecho darse cuenta de que no era una encerrona tuya, si no mia, asi que espero que no se enfade demasiado.

- Lo sé y gracias por eso... ¿crees que vendrá?

- Seguramente – nos tumba a los dos en la cama

- ¿no has visto la cara que ha puesto cuando he mencionado a Axel?

- No la verdad.

- Pues yo sí.

- Pero él no va a ir, no es alumno.

- Lo sé, pero déjame encargarme de esa parte.

- Por favor... no hagas que me odie mas.

- No te odia cariño.

- Si que lo hace.

- Si lo hiciera... no se hubiera puesto en tu lugar en el secuestro

Nos quedamos un rato más en la cama, hablando y planeando todo para el baile, teníamos que comprar la ropa.

Ya no quiero vivir sin ti.Where stories live. Discover now