XXVlll

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El día apenas comenzaba, algunos de los caballeros que estaban en la mansión kido habían desaparecido junto con Hyoga, no habían regresado desde que fueron al restaurante a comer y, bueno, es que ellos estaban de parranda todavía mientras que Hyoga quién sabe en dónde estaba metido. El peliverde estaba tan preocupado porque ya tenía dos días en que no llegaba su novio y por ende no había probado algún bocado por estar pensando que hasta se preocupó más cuando miró a Ichi entrar, le preguntó que si sabía en dónde estaba Hyoga o que si todavía seguía con ellos a lo que este le contestó que no lo había visto después de comer, salió dejándolo más preocupado y justo en ese momento había sonado el teléfono de la sala, corrió lo más rápido y contestó con esperanza; su mirada reflejaba cierto brillo y su respiración estaba tan entrecortada. No había nadie en la línea y decidió mejor colgar y se preguntó asimismo que si era él el quien llamó, tan rápido rechazó la idea y mejor se sentó en el sillón mirando hacia la puerta, todo con la intención de esperar a a qué horas llegaba.

— Hyoga. — Murmuró triste, además de que no había comido bien tampoco pudo dormir y podía notarse por las ojeras marcadas en sus dos ojos.

Hizo una mueca de disgusto tras recordar a Seiya el cual no quiso hablar con él y prefirió a su maestra Marín, estos dos se encontraban en la habitación del pegaso.

Las puertas del gran salón fueron abiertas causando un gran estruendo, Shun volteó rápido viendo cómo una de las sirvientas de edad avanzada entraba.

— Disculpe joven Shun, saldré hoy, iré de compras a la ciudad. He dejado el almuerzo en la cocina, debería de comer. — La sirvienta propuso algo preocupada ya que notó que en esos dos días el pequeño no había bajado a la cocina a probar ningún bocadillo.

— Mmm, este... bien. — El peliverde asintió poniéndose de pie, la sirvienta caminó hasta la salida no sin antes inclinarse y salir.

Quizás si debería ir a comer algo, mis tripas gruñen. Pensó a la vez que tomaba su estómago, abrazándolo.

Toc.. Toc..

Levantó su vista al frente y resopló.

Algo se le ha olvidado. Supuso y fue hasta la puerta para abrir.

Shun

Abrí la puerta dejando ver a alguien tan familiar.

— Hola, ¿Está Seiya?— Preguntó con un sonrojo yo solo asentí, —¿Puedo pasar?—Miró adentro y yo solo le abrí paso.

Hace tiempo que no miraba a Miho, me sorprende que esté de paseo por aquí en la mansión.

— He traído una lasaña para él. — Sonrió, le observé bien y me di cuenta que en sus manos hay una cazuela cubierta con aluminio.

El aroma que desprende es agradable.

— Él está arriba en su habitación. — Apunté y ella miró las escaleras con algo de pena.

Me pone algo feliz saber que quizás la visita de Miho le agrade y tal vez pueda sacarlo de su estado, algo que yo no pude hacer.

— Gracias. — Caminó hasta al frente rumbo a las escaleras, yo me giré yendo hasta la cocina para tomar un vaso de leche y comer algo del almuerzo que han preparado.

En la mesa hay variedad: Fruta picada, panes tostados, quesos, yogurt, jugo y leche. Sonrió ante la imagen, todo se ve demasiado delicioso. Y sin perder el tiempo tomo asiento, agarro un par de tostadas en las cuales embarro yogurt con queso y kiwis con fresas. Dirijo el pan hacia mi boca dispuesto a morderle pero me detengo a causa de una toz.

— Veo que tu aprovechar comer cuando no hay nadie. — Volteo y miro a un Jabu con papel en la nariz, sus ojos parecen estar acuosos.

— ¿Te ocurre algo? —Pregunto y el solo niega.

MI SHUN  |BlUE DREAM|         HyogaxShun  Where stories live. Discover now