Los problemas de Stiles se incrementaron cuando descubrió que Derek Hale el chico problemático del campus iba a ser su compañero de pieza, pero eso no era su principal problema, dejando de lado que Stiles había pedido una habitación individual gener...
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Stiles abrió la puerta de la habitación aún con el libro entre sus manos, Derek cerró la puerta y dejó caer su bolso al suelo.
- Voy a entrar a bañarme – dijo quitándose la chaqueta. – aun tengo arena.
- Está bien.
El moreno tomo un cambio de ropa y entro al baño, Stiles se quedó mirando un rato la puerta cerrada antes de dirigirse a su propia cajonera y sacar su pijama, cambiado de ropa se acostó en su cama sin hacer nada.
Habían vuelto relativamente temprano de la playa, por lo general siempre regresan ya casi oscurecido, pero esta vez Derek quiso volver antes y a Stiles no le importo, le dolía un poco la garganta por leer varios capítulos en voz alta. Se sonrojo al recordar como Derek le pidió que siguiera leyendo, a simple vista el mayor se veía como una persona ruda, quizás bruta, nadie se imaginaria verle decir por favor, pero Stiles había escuchado esas palabras salir de la boca del moreno y eso, le revolvió el estomago, no como cuando quiere vomitar de los nervios sino, como si miles de mariposas revolaran allí dentro. En resumidas cuentas, Stiles no pudo decir que no.
Derek aun no salía del baño, y el castaño ya estaba aburrido, no le apetecía estar frente a su computadora ni estudiar, miro el libro que había dejado en la cama del mayor, apretó los labios y sintió los nervios subir por sus brazos, se estiró sin salir de su cama y tomo el libro volviendo a recostarse de lado con el libro abierto donde lo dejó.
- No te cansas – comentó el moreno saliendo del baño, dejando salir el vapor caliente.
Stiles intento ignorarlo, pero no pudo evitar su sonrojo, por lo que alzo un poco el libro ocultando su cara.
- No – espetó. – me gusta leer.
- Lo suponía, aunque no sabía si te gustaba esa clase de libro – señalando su libro con la barbilla.
El castaño se encogió un poquito.
- Son mis favoritos... -murmuró.
Derek lo miró y sonrió socarrón, dejó extendida la toalla con la que se estaba secando el pelo en su silla, y en un movimiento ágil se subió a la cama del menor, gateó hasta su lado echándose igual que Stiles de lado, apoyando su cabeza en su mano para poder mirar por encina del castaño el libro que este sostenía.
- ¿Qué haces? – preguntó atónito Stiles.
- Leer – respondió sin más.
- Pe-pero... pudiste pedirme el libro... -farfulló.
- Ya me lo tienes secuestrado ¿qué más da?
- Pero...
- ¿o prefieres que te lo quite? – dijo frunciendo el ceño, haciendo encoger aún más al chico.
