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Derek como dijo ayudó a Stiles con su trabajo, pero no hizo nada más, tampoco preguntó

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Derek como dijo ayudó a Stiles con su trabajo, pero no hizo nada más, tampoco preguntó. El resto de los días Stiles no lo vio por los pasillos de la universidad. Escuchó por ahí a uno de sus compañeros que los estudiantes de Ecoturismo se habían ido a una actividad práctica a la costa.

No le molesto que Derek no le hubiera contado, solo era su compañero de habitación, pero aun así, no pudo explicar las ganas de echarse a llorar cuando escuchó aquello de alguien quien no conocía, porque en el fondo deseaba que Derek le avisara de su ausencia, pero ya era algo cotidiano; el mayor solo llegara de parada y se marchara nuevamente.

Tenía el presentimiento que había hecho algo mal, tal vez algo que dijo que provocó que Derek dejara de hablarle; quería preguntarle si pasaba algo, si podían volver a conversar, pero los nervios le consumían y terminaba fingiendo estudiar mientras el mayor se paseaba por aquí y por allá, antes de tomar la mochila e irse. Y la presión de la exposición no ayudaba.

Quedaban dos días, y Stiles estaba totalmente descompensado, los ataques de ansiedad se volvieron recurrentes, más de lo normal: sudaba en frío, la piel le picaba y el dolor en pecho era persistente. Cuando los síntomas aumentaban de intensidad, se encerraba en uno de los cubículos de los baños en la universidad y lloraba en silencio, hasta la que presión del pecho aliviara un poco, luego se lavaba la cara y volvía a clases. Como si nada hubieses pasado. El problema era que cada vez que se acercaba más el día de la exposición, los ataques eran aún más fuertes, dejándolo agotado y alterado; llegando a tomarse en una semana los medicamentos que eran para un mes.

Al final llegó el día. La exposición era por la tarde, y Stiles no asistió a clases en la mañana, intentando mentalizarse y bajar la ansiedad. Estaba usando pijama, sentado en la cama con los audífonos puestos y dopado con los calmantes. Miraba a la nada cuando llegó Derek. Se veía cansado, con la ropa arrugada y el cabello opaco; tenía la barba de días.

 Hola saludó desganado, tirando su mochila y quitándose la camiseta para echarse a la cama boca abajo.

 Hola dijo Stiles en voz baja, mirándolo recostado en la cama―. ¿Cómo te fue?

 Agotado. Solo mierda que ya sé.

― Ya.

No supo qué más decir; quería hablar, decirle que hoy tenía que esa presentación y que sentía mucho miedo, pero Derek estaba cansado y era evidente que no tenía ganas de hablar; solo sería una molestia. Se quedó mirándolo dormir, aguantando las lágrimas que amenazaban por desbordarse. Miró la hora en su celular, faltaban dos horas para ir al auditorio. Se entró a bañar y aprovecho de desahogarse en la ducha, usando el ruido del agua para que el mayor no lo escuchara. Intentó vestirse con normalidad, pero sus manos no dejaban de temblar; no pudo ponerse la corbata así que solo se quedó en pantalón negro, camisa blanca y zapatillas. Tomó la mochila, pero antes de salir por la puerta, el brazo le tembló al girar la manilla; sintió ganas de vomitar.

Tan sencillo como amarte //STEREK// 🄴🄳🄸🅃🄰🄽🄳🄾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora