Los problemas de Stiles se incrementaron cuando descubrió que Derek Hale el chico problemático del campus iba a ser su compañero de pieza, pero eso no era su principal problema, dejando de lado que Stiles había pedido una habitación individual gener...
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El campus central estaba casi a la afueras de la ciudad, así que Derek no le tomó mucho tiempo en salir de la ciudad. Por la carretera podía apreciarse el horizonte del mar con las costas rocosas. Habían transcurrido unos quince minutos cuando pasaron por una zona repleta de cipreses formando un pequeño bosque frente a la arena y la orilla del mar. Derek disminuyó la velocidad, miró hacia atrás por la ventanilla para ver si venía otro auto; nada. Giró el volante y se internó entre los árboles, por un camino de hojas secas y barro. Stiles iba atento a todo movimiento, volteó la cabeza y vio que ya no podía ver la carretera, Derek estacionó el auto cerca de una gran roca, que parecía realmente un muro de piedra.
― Ven ―dijo el moreno bajando del auto, cerrándolo con llave.
― ¿A dónde vamos? ―preguntó un poco temeroso al no ver nada― ,¿no íbamos a la playa?
― Sí, solo ven y cállate.
Caminaron rodeando el muro de piedra hasta una entrada que lucía como una caverna, Stiles quedó sorprendido por la belleza del lugar. Caminaron rodeando la laguna que se había formado de quizás años atrás; el agua tenía un color turquesa y brillaba por la luz que se filtraba desde los huecos que había en el techo rocoso, dejando ver el cielo en lo alto. Siguieron caminando hasta que debajo de sus pies dejó de ser solo roca, sino arena; blanca y fina.
A la salida del túnel de toca, la luz le encandilo por unos segundos, cubriendo con una de sus manos sus ojos, pero poco a poco la retiró hasta que pudo ver la hermosa playa a unos metros de él.
― Es hermoso... ―susurro Stiles, maravillado por el fiordo.
― Lo sé ―Derek extendió una mano, hasta tomar de la barbilla al chico, obligándole a mirarlo a los ojos―. Stiles, este lugar es un secreto, no puedes decirle a nadie ¿entendido?
El castaño tragó en seco y solo pudo asentir; Derek pareció satisfecho y lo soltó, comenzando a andar por la arena. Stiles tuvo que tomar una gran bocada de aire, para volver a la vida su cuerpo. Sentía las mejillas arder y aún podía sentir el cálido tacto de la mano de Derek en su mentón; no pudo evitar que en su rostro se formara una sonrisita tonta.
― ¡Stiles, ven! ―gritó el mayor.
El castaño se golpeó las mejillas con las palmas de sus manos, para espabilar totalmente y trotó hasta quedar a un lado del mayor. Juntos caminaron por la arena, hasta llegar a lo que parecía una vieja construcción al aire libre de surfistas.
― Esta es "La Choza" ―dijo Derek, palmeando un viejo letrero que se mantenía colgada por un solo clavo oxidado, arriba de la entrada―, fue construida por unos surfistas que encontraron esta playa años atrás, desde entonces se ha mantenido como un secreto este lugar, solo algunos saben de su existencia.
― Es... increíble ―comentó Stiles. Era un lugar maravilloso, tanto que parecía estar en las costas brasileñas, entonces una duda le asaltó el pensamiento― Derek, entonces ¿eres surfista?
