Tan sencillo como amarte //STEREK// 🄴🄳🄸🅃🄰🄽🄳🄾

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Efectivamente, Derek no pasaba tiempo en la habitación. De vez en cuando, por las tardes llegaba a darse una ducha rápida, cambiarse de ropa y se marchaba; ignorando olímpicamente a Stiles, y las veces que se cruzaban accidentalmente a Derek por los pasillos de la universidad; lo miraba con desprecio.

Stiles no había llegado con la disposición de hacer amigos, pero tampoco esperaba llevarse tan mal con su compañero de cuarto, aunque no lo hubiera querido de un principio. Una vez trato de saludarlo cuando lo vio en el pasillo del campus, pero nuevamente las palabras no salieron de su garganta; ahogándolo.

Cuando la alarma de su celular sonó, ya estaba despierto. Se encontraba en posición fetal, mordiéndose las uñas y contando mentalmente. Había ocurrido de la nada como otras veces, solo que esta vez, fue por una pesadilla.

23, 24, 25...

Soñó que ese chico de segundo lo volvía a agarrar al final de la clase y se lo llevaba a los baños para golpearlo. Hoy tenía clases con ese chico, Theo; era un idiota como muchos otros con los que había tratado en el colegio.

45, 46, 47...

Faltaba poco para que terminara, pero entonces escuchó la llave entrar en la cerradura de la puerta; era Derek. Se cubrió por completo con la colcha y trató de que estar lo más quieto posible. Lo escuchó entrar; no lo podía ver, pero reconocía sus fuertes pisadas cuando llegaba a dormir; el ruido  lo despertaba, podía escuchar todo lo que hacía antes de acostarse a dormir.

51,52,53...

Stiles pensó, ¿qué hacía ahí? Él nunca llegaba temprano, y para su mala suerte, justo ahora. Lo escuchaba moverse, abriendo los cajones de su cómoda y cerrándolos; se estaba cambiando de ropa, eso lo intranquilizó más. Escuchó un tintineo: eran las llaves, ¡iba a irse!, abrió la puerta, pero no escuchó la puerta cerrarse.

59, ¡60!

Levantó un poquito la sabana, podía ver las conver negras y estaba parado en la entrada; mirándolo. Tragó fuerte, sintió que su cuerpo nuevamente iba a ponerse a temblar, por lo que, se enterró las uñas en el brazo intentando controlarse. Entonces, la puerta se cerró y Stiles pudo tomar una bocada de aire, le dolía el cuerpo por toda la tensión.

Cuando estuvo un poco mejor fue a la ducha y lloró, mientras el agua mojaba su cuerpo. Las  uñas habían dejado marcas profundas, así que se puso una camiseta de manga larga para cubrirlas. Ya era muy tarde para ir a desayunar, así que solo comió una barrita de cereal mientras caminaba a clases.

No entendía por qué había un idiota en escritura creativa, pero allí estaba: Theo Reaken que sonrió al verle entrar. No pudo concentrarse en toda la clase: podía sentir la mirada de Theo en su nuca. Miró su reloj, faltaba menos de dos minutos para que el timbre tocara el cambió de hora, quizás si salía deprisa él no lo alcanzaría.

Cuando el timbre sonó, Stiles guardó sus cosas lo más rápido que pudo y salió casi corriendo; rogando que sus compañeros no lo hubieran notado, pero aun así Theo lo alcanzó, casi llegando a los baños. Lo tomó por detrás de su camisa tirando tan fuerte que lo ahogó. Entraron a los baños y el mayor lo soltó, tirándolo al piso sucio.

―  ¿Creíste que te ibas a escapar, niñita? ― dijo mirándolo divertido, pero en realidad solo era un sádico.―  Eres mi juguete, mi nueva entretención, ¿te quede claro? Solo eres un raro que habla con nadie. No sé, qué enfermedad tendrás, pero es obvio solo eres un freak.

Stiles estaba aguantando echarse a llorar, tanto que sintió su estómago contraerse y la garganta latir; aguanto una arcada. Entonces, para su no tan maravillosa suerte, uno de los cubículos del baño se abrió, dejando ver a un Derek muy cabreado; mucho y más cuando vio que era su odioso compañero de habitación el que estaba en el suelo.

―  ¿Qué mierda estás haciendo, Reaken? ― dijo molesto, apretando tanto sus puños que se volvieron blancos.

―  Vaya Derek, tanto tiempo, pero lamento decirte que esté ―. Pateó en la pierna a Stiles, haciendo que se volviera un ovillo en el suelo― es mío, yo lo vi primero.

Derek aguanto las ganas de partirle la cara a Theo. Miró de reojo al chico que temblaba ligeramente.

― Será mejor que te largues Reaken, y lo dejes tranquilo. De ahora en adelante, si te veo cerca de él; no dudaré en volver a quebrarte un brazo ― amenazó, mirándolo burlón dijo― ¿por qué te acuerda? Esa vez que trataste de pasarte de listo conmigo y no te funciono muy bien.

Theo lo miro con odio, pero no respondió. Derek lo pasaba con creces en fuerza y si deseara, estaba seguro de que  podría matarlo a golpes; ya había visto cuán violento podía llegar a ser, y quería mantener su cara intacta. Observó al chico en el suelo con desprecio y se fue; dejándolos solos.

―  Oye ―llamó Derek, arrodillándose a un lado de él― ya se fue, puedes irte.

Stiles solo pudo soltar un sollozo contenido y lastimero que sorprendió al mayor. Hizo el intento  de levantarlo, sujetándolo del brazo herido; Stiles chillo adolorido, haciendo que Derek lo soltara.

― ¿Te lastimó? ― preguntó con expresión seria; intentado que sus palabras sonaran suaves, pero en realidad estaba conteniendo su rabia. Ese día solo había tenido problemas y ahora esto: Theo Reaken molestando a su compañero de habitación.― Oye.

Esta vez puso su mano en el hombro, pero Stiles, que estaba al borde de un ataque de pánico, se alejó de su tacto como si quemara. Levantándose a tropezones con la cara empapada de lágrimas, salió corriendo de los baños dejando a un Derek muy desconcertado atrás. Corrió y corrió hasta su habitación. Gracias al cielo, a esa hora no había nadie en la residencia: ya que todos estaban en clases.

Apenas si pudo controlar el temblor de sus manos para abrir la puerta. Ya adentro, se encerró en el baño y recostando su cabeza en sus brazos apoyados en el inodoro, lloró desconsoladamente; sucumbiendo a todos sus males, no intento controlar nada.

No fue a clases en lo que quedó del día. Cuando se despertó y pudo levantarse del suelo, descubrió con pesar que se había orinado encima. Aguantó las ganas de volver a echarse a llorar. Se quitó la ropa y se metió a ducha, relajando los músculos con agua tibia.

No era fácil, nunca nada fue fácil para él. Su ansiedad era severa, y la única forma de estas un poco bien, era básicamente estar dopado; su papá no lo permitió. Salió de la ducha envuelto en una toalla, y cuando abrió la puerta descubrió, que encima de su cama había una bandeja con la cena: una caja de jugo de manzana, sopa caliente, ensalada y el típico servicio de plástico. Miró el cuarto: había ropa de Derek esparcida en la cama; debió ir a cambiarse cuando él estaba dormido en el baño. Estuvo todo el día encerrado en el baño y recién con la comida enfrente, tuvo hambre. Devoró la comida y se acostó a dormir, pensando en las palabras que le diría a Derek para agradarle por su oportuna ayuda; en eso se quedó dormido. 

Notas de autor:

Segundo capítulo, espero que les guste.

Muchos besos.