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Gastón llegó a la casa de Keyla justo a la hora que le había indicado, tocó la puerta con un poco de nervios y esperó a que apareciera el padre de la chica para dejarlo pasar.

—Hola Gastón—saludó Logan, el chico le dio un apretón de manos de manera amigable y entró con él a la casa—. ¿Hoy es el día?

El chico se giró a verlo, Logan se mostraba con una mueca de burla por los nervios del chico.

—¿Cómo sabe?

—Te notas nervioso—indicó—, además uno como padre sabe estas cosas.

—La llevaré al museo y luego a cenar.

—A ella le va a gustar mucho esa idea—le dijo—, te irá bien, así que relájate un poco—le movió los hombros al chico para hacerlo reír, Gastón pudo darse cuenta que tenía razón, estaba un poco rígido, algo que le hacían los nervios.

—Sí, no soy muy bueno para estas cosas—mencionó, el padre de Keyla se sorprendió ante eso, no parecía ser el chico que se ponía nervioso, pero reconociendo cómo era Gastón, era muy poco probable que saliese con muchas personas. Se veía de la clase de chico que prefería quedarse solo en casa.

—Keyla está terminando de arreglarse, debe de salir en un momento—le dijo—, ¿quieres algo de tomar? Tengo un jugo de fresas muy bueno.

—Sí, claro—respondió, el padre de la chica lo guió hasta la cocina y tomó un vaso para servirle del jugo que se encontraba en el refrigerador.

—Ten—le entregó el vaso—, me alegra que salgas con Keyla, quiero que sepas.

—Gracias, Logan—respondió, le sonrió al hombro y luego bebió del jugo—. Keyla me mencionó que está viendo a alguien.

—Keyla no se queda callada.

—No nos ocultamos nada—dijo tranquilo, Logan rio por esa forma tan fácil que tenía de decir todo lo que pasaba por su cabeza.

Keyla entró a la cocina con una chaqueta de jeans y unos vaqueros que pegaban con sus botas negras, miró a Gastón quién le dio una sonrisa y se acercó a él para saludarlo con un beso en la mejilla y luego hizo lo mismo con su padre.

—Ya llegaste.

—Soy un chico puntual.

Gastón tomó la bandolera que llevaba y se la colocó en el hombro.

—¿Nos vamos?

—Sí, tengo curiosidad, no me dijiste a dónde iremos.

—Es en parte una sorpresa—le dijo y tomó su mano para luego despedirse de Logan.

El chico la acompañó hasta el auto aparcado frente a su casa, le abrió la puerta de copiloto y la ayudó a entrar. Luego se montó en el auto para poder encenderlo y conducirlo hasta el museo.

—No sabía que conducías.

—Tuve que aprender—respondió—, mi papá me enseñó cuando a mi hermano le reprobaron el examen para la licencia. Tiene sus ventajas y desventajas.

—Como ser el que hace todos los mandados en casa.

—Y llevar a tu hermano cuando lo necesita.

—Deberías cobrarle a Dean—se rio.

—Hace parte de mis tareas en casa, estamos a mano—respondió y le echó un vistazo a la chica de reojo—. Hoy estás muy linda, ese color te queda bien—señaló a la blusa morada que llevaba puesta.

—Oh, gracias—dijo con timidez—. ¿A dónde iremos?

—Escuché por ahí que te gustan los museos.

Keyla se sorprendió, no le había contado a Gastón sobre eso.

—¿Te lo dijo mi papá?

—Me lo dijo un pajarito.

—Fue mi papá, cien por ciento segura—respondió, Gastón rio, si supiese que realmente fue Stuart que lo encontró en su Twitter.

...

Gastón tenía a Keyla agarrada de la mano mientras ella caminaba con los ojos brillosos por todo el lugar. Era la primera vez que visitaba ese museo, por lo que todo lo que se encontraba ahí le parecía fascinante. Se acercó a uno de los cuadros de Denisse Roscue.

—Ella es impresionante.

—Lo es, mi hermano la admira mucho—dijo—. ¿Sabías que es la abuela de Charlie?

—Woah, ¿de verdad? Que impresionante, imagínate visitar a tu abuela y que esté pintando uno de esos cuadros.

—No creo que lo haga mucho cuando sus nietos la visitan.

—Igual, sería increíble de presenciar.

—Un increíble día para ti, una tarde más con su abuela para Charlie.

Keyla rio por eso y continuó mirando los cuadros, Incluso en una de las veces le pidió a Gastón que le tomara una foto con uno de ellos. Los cuadros tenían un vidrio encima para poder protegerlos, por eso no había ningún problema con tomarse la foto con ellos. Había leído que era dañino para los cuadros la luz del flash de los teléfonos, por lo que intentaba siempre no tenerlo encendido cuando visitaba unos museos.

—Gracias por traerme a este lugar.

—Cuando quieras, Key—le dijo—. Tú sólo tienes que pedirlo y yo lo haré—se acercó a ella y le dio un beso en los labios.

Keyla se rio entre el beso y lo tomó del rostro para besarlo una vez más. Sin previo aviso, Gastón sintió cómo los labios tibios de Keyla rosaban los suyos, cerró los ojos y por inercia colocó sus manos sobre su cintura y la atrajo más hacia ella. Abrió un poco la boca para poder sentirla más cerca.

Una oleada de calor pasó por todo su cuerpo, sus labios tenían el sabor de Keyla encima y no quería que se perdiese. Las manos de ella, pasan de estar en su rostro a estar detrás de su cuello, rodeándolo y permitiendo que esté más cerca.

Ella se sentía de la misma manera sin saberlo. Era como un impulso, una necesidad que no la hacía dejarlo, sin embargo, tuvo que separarse, por un momento sintió que el lugar en donde se encontraba se había quedado callado, pero al otro volvió a ser ruidoso recordando que estaban en un lugar público, y con personas a su alrededor.

—Te quiero mucho, Key—le susurró Gastón sobre sus labios antes de separarse de ella.

Gastón le había dicho antes que la quería, pero esa vez se sentía diferente. Había algo de su tono de voz, en su mirada o en la manera que la había tomado cuando sucedió. Ella también lo quería, lo quería incluso más de lo que él se imaginaba.

Ese sentimiento le daba un poco de angustia, pero era Gastón, con Gastón se sentía segura.


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Decidí dejar el capítulo hasta aquí jejejeje pero espero que esa última escena les haya gustado porque me pareció muy íntima entre ambos 🥰


Lo Que Quieren Los ChicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora