Día Treinta y seis
No me permiten salir de mi departamento ahora, hasta que gane más peso. Los managers no quieren que la prensa le eche un ojo a mi nuevo y pequeño cuerpo, y que de esta manera empiecen a circular rumores que no son ciertos. No creo que lo esté sobrellevando bien, y creo que es un poco obvio a este punto.
Los chicos siguen disculpándose, diciendo que tendrían que haberme puesto más atención en el primer mes, y que deberían haber estado ahí para mí cuando los necesité. Aunque les dije que lo comprendía, ellos también tenían su propia pena y dolor.
No necesito niñeros, pero parece ser que estoy atrapado con ellos desde ahora.