Día Noventa y ocho
Entré en Twitter por primera vez en años, solo para encontrarlo inundado de menciones y a las fans que habían enloquecido por mi ausencia. Estaban preocupadas por mí, y es realmente difícil leer todos estos mensajes llenos de sentimientos, solo para darme cuenta de que mañana no estaré más.
Envié un último tweet, fingiendo mi felicidad pero sintiendo cada palabra dicha:
“Perdón por no haber estado mucho en Twitter amores… pero las amo a todas, jamás olviden eso! Xx”
Y casi de inmediato, mi Twitter comenzó a llenarse de mensajes aliviados y respuestas a mi post, preguntándome dónde mierda me había metido. Pero solo los ignoré, e inmediatamente apagué mi laptop, permitiéndome tener un último buen sueño.
