capítulo 41.- "ilusiones"

545 97 18
                                    

Escucho la puerta de un auto, lo que me hace separarme de Freddy.

Los dos miramos por la ventana. Un taxi ha dejado a mi padre y a mi madre en la entrada de la casa, lo que me pone nerviosa.

—Ven— lo tomo de la mano y avanzo rápido hasta las escaleras.

—Habías dicho que a tu madre le habría gustado verme— me dice caminando tras de mí.

—Pero no a mi padre. Quiero evitar un show desagradable.

Lo meto a mi habitación y cierro bien la puerta. Él mira curioso a su alrededor.

Suelto un suspiro. Aún no puedo creer que esté aquí. Que haya venido de tan lejos solamente para encontrarme.

—Y dime...— me mira con el ceño fruncido—, ¿Quién era aquél tipo del que le hablaste a tu compañera de departamento?

Me quedo igual de seria que él.

—Un ayudante de mi padre.

Lentamente se acerca hasta mí y yo retrocedo.

—Eso no me gusta para nada.

—Estoy tratando de recuperar mi vida.

—Tú me amas— dice apretando la quijada.

No me extraña mirar de esa manera a Freddy. Él siempre ha sido una persona que se enoja demasiado fácil. Y que crea que me está perdiendo, lo pone aún peor.

—Lo hago, lamentablemente.

Él llega hasta mí, tomándome con fuerza de la cintura.

—¿Cuándo planeas salir con él?

Dispuesta a hacerlo pagar un poco por lo que me hizo pasar la última vez que nos vimos, le confieso:

—Esta noche. Hace muchos viernes que he evitado salir; pero creo que esos días de sólo quedarme a sufrir por tu recuerdo se han acabado.

—¿Qué tratas de decirme?

—Haces demasiadas preguntas, Leyva.

Tomo su mano y la levanto a la altura de su rostro. Su anillo de compromiso queda visible para ambos, pero más para él.

—Creo que ya no tienes algo que reclamarme.

—No puedo soportar la idea de que estés interesada en alguien más, cuando yo estando con otra persona no puedo dejar de pensar en ti.

—Es lo mismo.

—Claro que no— dice tomando mi rostro entre sus manos—; porque tú quieres a otro para olvidarme, para dejar atrás lo que alguna vez sentiste por mí, mientras que yo estoy con otra para protegerte a ti. ¿Dudas de mi amor?

Sus palabras me tocan el corazón. Sé que él sufre igual o más que yo desde que nos separamos.

Me siento tonta por echar a perder la oportunidad que tengo ahora de estar por lo menos unos minutos a su lado.

—Sal conmigo esta noche— me dice ante mi silencio—. Solamente tengo hasta hoy para estar aquí. Mañana temprano debo regresar a la Ciudad de México para resolver algunas cosas y luego irme a Los Ángeles nuevamente. No quiero marcharme enojado contigo, pensando que pudimos pasar un día maravilloso juntos.

—¿Por qué lo tienes que hacer todo más difícil?— cuestiono poniendo un poco de distancia entre los dos—, así nunca voy a poder olvidarte.

—Porque no quiero que me olvides nunca.

—Freddy...

—Recuerda esa vez que te dije que, aún estando lejos o separados, siempre iba a ser tuyo. Y quiero que tú mantengas esa promesa, que seas mía.

—Manteniendo esa promesa, yo nunca podría ser feliz.

—Lo seremos— dice con una pequeña sonrisa en su rostro—, sólo debes esperarme.

—Estás creando falsas ilusiones en mí.

—No son falsas. Debes confiar plenamente en mí.

—Si mañana te vas...

—Sí, voy a irme, pero regresaré por ti.

Mi corazón late velozmente. Siento como mis ojos se cristalizan.

Freddy me abraza. Hundo mi rostro en su cuello y me aferro fuertemente a él.

Acaricia mi espalda con delicadeza.

—No debía decirte nada todavía, pero sé que si no lo decía, ibas a hacer de todo para alejarte de mí, y no podía permitirlo.

Nuevamente me separo para verlo a los ojos.

—Y yo voy a estar esperándote. Aún si te tardas mil años. Porque mi amor por ti me domina.

Él sonríe.

—Acepta mi invitación, Brissa. Salgamos a demostrarle al mundo la hermosa pareja que hacemos.

Ahora soy yo quien sonríe.

—Contigo voy hasta el fin del mundo.

—Perfecto. ¿Paso por ti?— pregunta entusiasmado.

—Es mejor que mantengamos esto en un secreto. No quiero que mi padre se entere. No todavía.

Escucho un fuerte grito perteneciente a la última persona que acabo de nombrar. Está discutiendo con mi madre.

Recuerdo que olvidé mis análisis en la sala. Lo que me asusta demasiado.

—¿Estás bien?— inquiere Freddy al mirar mi expresión.

—Debes irte— me apresuro a decir.

—Pero...

—Te veré en la noche, te lo prometo. Sólo dime en dónde.

—En el restaurante Sagrantino, a las ocho. ¿Te parece?

—Claro que sí— le sonrío.

Con sigilo abro la puerta de mi habitación. A escondidas caminamos hasta la cocina para sacarlo de mi casa por la puerta que hay ahí. Afortunadamente no hay nadie a la vista que pueda vernos.

—Con cuidado— le digo indicando que ya puede irse.

Freddy se acerca y me da un pequeño beso. Le sonrío al separarnos.

—Nos vemos luego.

—Ahí estaré.

—Te amo.

—Yo más— le respondo y se va.

...


Gracias al cielo, mi padre no sé ha enterado de que estoy embarazada. Su enojo fue por otra cosa. Mi mamá evita decirle que estoy aquí para no desgastar más mi ánimo con peleas absurdas.

Él se va a trabajar y me da libertad de andar por la casa a mis anchas, aunque evitando tener algún contacto con Adrien.

A las seis de la tarde decido empezar a arreglarme.

Me pongo un vestido holgado. A primera impresión, no quiero que Freddy note mi vientre; pero he guardado en mi bolsa la prueba de embarazo que me hice en mi departamento un día después de enterarme en el hospital que estaba esperando un bebé.

Si sus promesas de regresar para estar juntos son ciertas, quiero que tenga un nuevo motivo para luchar por nuestro amor. Esta noche le diré que vamos a ser papás.

...

Últimos capítulos!!♡

Shakespeare y Serenatas » f.lWhere stories live. Discover now