capítulo 07.- "secreto"

1.3K 163 23
                                    

Nuestros labios unidos danzan de una forma indescriptible y única. Nunca había sentido lo que ahora siento.

Pone sus manos en mi cintura y me pega aún más a su cuerpo. El beso es lento y va más allá de lo profundo. Ninguno de los dos podemos abrir los ojos, aquella sensación placentera es más grande que la cordura ahora.

Nuestros cuerpos piden un poco de oxígeno. Maldigo tener que respirar, si no fuera por eso, me quedaría aquí tan pegada a él, por una eternidad, por más cursi que suene.

Soy la primera en poner distancia entre ambos, pero no suficiente. Sus ojos continúan cerrados, sus labios están entreabiertos; pero no me animo a besarlo de nuevo por más que quiera.

Planto mis labios en su mejilla y marco un beso para que sepan las demás que no deben hacerlo, o intentar invitarlo; porque ahora me pertenece.

Deslizo mis brazos por sus hombros y mis manos por su pecho que sube y baja despacio. Lentamente yo misma retiro sus manos de mi cintura y me aparto.

Abre los ojos por fin, me mira extraño pero por primera vez, no está enojado.

No quiero que diga ni una sola palabra o la satisfacción de haberlo besado se esfumaría por completo.

Doy media vuelta y corro lejos antes de que se digne a pronunciar algo. Giro y él viene tras de mí.

Entro nuevamente al edificio y corro escaleras arriba para llegar a mi próxima clase; pero una mano me detiene, halando la mía.

—Jos...— digo agitada y bajo los escalones que ya llevaba subidos.

—Perdona si te asusté, sólo quería saber si...,ya habías invitado a alguien al baile, porque mi mejilla o labios, aún están disponibles— no lo oculto, río.

—No iré a ese patético baile— me alzo de hombros.

—Rayos, y ya huí de muchas— suspira.

—Lo siento; pero de todas formas mañana tenemos algo pendiente— le dedico una mirada perversa y continuo mi camino.

...

Las clases terminan, estoy agotada por todo lo que ha pasado hoy. Me siento bien por lo que pude lograr con Leyva; pero por alguna extraña razón, no quiero toparmelo, no ahora.

—¡Brissa!

Giro y me encuentro con Nahomi, que viene junto a una chica desconocida para mí.

—¿Sucede algo?— cuestiono cuando se encuentran a una distancia prudente.

—Queríamos invitarte a ir al centro comercial, por un helado, un café— se alza de hombros—. Lo que quieras.

—Me parece una excelente idea— admito—; pero debo ir a mi departamento a cambiarme, tal parece que lloverá y no quiero mojarme.

—Puedo llevarte— ofrece la chica desconocida—. Por cierto, soy Ana— estira su mano y la tomo para saludar.

—Brissa— sonrío y aparto mi mano.

—¿Qué dices?

—Tu oferta es muy tentadora, la aceptaré.

Avanzamos entre risas al estacionamiento en busca del pequeño auto de Ana.

Mi vista se enfoca en Leyva, quien sube a un auto para marcharse. Raramente, Ruth no va a su lado como siempre.

Subimos al muy femenino auto de Ana; Nahomi atrás y yo de copiloto.  Comienza a conducir mientras le indico la dirección de mi edificio.

Shakespeare y Serenatas » f.lWhere stories live. Discover now