Capítulo 6: Acordes en solitario.

131 16 7
                                    

Pasé de contarle mis dudas a Paul. Tengo la cabeza hecha un lío tan grande que ni si quiera supe cómo contarle, y sé que aunque me diese un buen consejo, yo tendría dudas respecto a este.

Después de que Alice me sonriera a través de la ventana, le di mil vueltas al asunto, incluso he pensado que todo fue producto de mi imaginación.

Me encuentro de pie, sin hacer nada, mirando a la pared, pensando en tantas cosas mientras espero tener la suerte de que Alice vuelva a aparecer en la ventana. Miro de reojo hacia la ventana, y no veo nada.

Esta tarde es la presentación. No invité a Alice del bar, obviamente. No sé cómo  me sentaría verla, en realidad. Tampoco sé si debo forzar las cosas, en parte creo que estoy esperando una señal del destino o algo así, además creo que tocar me vendrá bien para relajar mi mente.

Miro la hora. Se me ha hecho tarde para el último ensayo. Tomo mis cosas y corro hacia la puerta. Corro lo más rápido que puedo hasta la parada del autobús, pero no tengo suerte pues no lo alcanzo.

Tomo aire y descanso un poco dispuesto a irme a pie a casa de Lennon.

—¡George! —dice una voz conocida.

Miro en la dirección de donde proviene esa voz y me siento estúpido.

—¿Qué haces aquí? —pregunta John.

—Yo... venía a buscarlos...

—Sabemos llegar a tu casa —dice Paul en un tono que me resulta irritante.

—¡Lo sé!

Levanta una ceja.

—¿Aún sigue en pie ensayar en tu casa, cierto?

—Sí, vine a buscarlos porque demoraban mucho.

—Estamos bien en la hora... ¿Y por qué venías con guitarra?

—¡Porque olvidé que era en mi casa! Creí que iba tarde al ensayo, por eso corrí hasta aquí.

Me miraron en silencio por un segundo hasta que una gran carcajada de Lennon invadió el ambiente.

—¡Qué tonto! —gritó entre risas—. Debimos demorar más para que llegara a mi casa y luego tuviera que devolverse —dice sin dejar de reír.

Arrugo mi frente.

—Vamos —digo y caminamos.

El ensayo va bastante bien. Nos arreglamos y vamos al lugar donde tocaremos. La gente empieza a llegar mientras arreglamos todo. Intento concentrarme, siento que mi cabeza está en otra parte y no quiero echarlo a perder.

Cuando vamos casi por la última canción veo a Alice, la chica del bar. Me sonríe y entonces lo sé. Esa es mi señal. La alegría me recorre el cuerpo y parece que ya no hay más dudas.

Terminamos, la gente aplaude y aplaude. Lennon tiene una sonrisa de satisfacción en su rostro. Alice está de pie aplaudiendo.

Algunos amigos se acercan a saludarnos. Dejo mis cosas y me peino un poco dispuesto a ir a saludar a Alice.  Pareciera que ella me está esperando también. Doy pasos largos, como si no pudiera esperar más para hablarle pero alguien se interpone en mi camino.

—Hola. —Sonríe—. Eres George, ¿verdad?

Alice, mi vecina, está parada frente a mí con una gran sonrisa. Me quedo tieso.

—Ahm...sí.

—Soy Alice, tu vecina. Sabía que tocabas en una banda pero no sabía que era esta.

Something.Where stories live. Discover now