— ¿Por qué?

— ¿Por qué, qué?

— Nadie da tanto dinero, sin ningún motivo. Usted apenas la conoce. Ayer se la llevó y viene hoy a pagar su deuda. Es muy extraño, a menos que ya se conocieran.  — me mira levanto una ceja.

— Hablemos claro. Usted lo único que le importa es el dinero y yo se lo daré. No importa si ya la conociera o no, lo que quiero es que ella ya no siga aquí.

— La verdad no sé si quiero dejar a mi mejor chica. Muchos clientes preguntan por ellas y..

— No creo que le convenga negarse.

— ¿Que quieres decir?

— Este lugar aunque parezca legal, es menos eso. Tengo amigos poderoso que me pueden ayudar a cerrar este lugar y llevarlo a usted preso, por vender a jóvenes a hombres que pagan por ellas, y no solo eso. Sé que usted vende droga y lo facilita y eso señor no es legal. Entonces dígame: hacemos tratos, ¿sí o no?

— ¡Bien! — Camina hacia un caja fuerte y pone unos dígitos y saca un papeles. Se da la vuelta y regresa conmigo y me los tira en la mesa — Esa es la deuda.

Lo abro y me sorprendo ver una gran cantidad, lo miro sorprendido y él se encoge de hombros.

— ¿Esto es la deuda?   

— Sí.

— ¡Es un robo!

— ¿Quiere pagarla o no? Si no, solo disfrute lo que pagó por ella y ya. Usted hizo su amenazas señor Lanzani, yo solo le muestro lo que ella adquirió con el paso del tiempo. Usted dice si quiere pagarla, ¿si o no?

Lo miro molesto, pero ya tomé la decisión y no pienso echarme para atrás.

— Lo pagaré, pero solo le diré que ella es libre de hacer su vida, ya no va volver aquí nunca más. No volverá a utilizarla.

Sólo se encoge de hombros nuevamente.

— Lali, será libre. Pero volverá a mí, ella no sabe hacer nada y necesita algo que la vuelve loca y yo soy el único que se lo puedo dar.

— Le aseguro que ella no lo va necesitar nunca más — me mira molesto. — yo me encargaré de que lo deje y viva la vida que merece vivir lejos de esto.

Saco mi chequera y escribo el número de la cantidad. Le doy el cheque y sonríe al verlo.

— Lali es libre de ahora en adelante. — Le digo.

— Sí, sí, sí cómo sea. — se sienta.

Me llevo los papeles de ella, salgo de esa oficina. Todas las chicas me quedan viendo me acerco a la chica que me atendió.

— Hola, ¿puedes llevarme al cuarto de Lali?

— Em... Si. Vamos. —Llegamos al cuarto y ella lo abre. — ¿Que necesita?

— Todas las cosas de Lali.

— Bueno, ella no tiene mucho. Sus cosas están en esa maleta lo demás es de este lugar.

— ¿Ella no a sacado nada?

— No, ella dice que sus cosas no lo une con lo del local.

— Bueno me lo hace mas fácil. ¿Dónde está la maleta?

— Abajo de la cama.

Me agacho y veo la maleta, lo tomo, y la saco.

— Sabes eres demasiado joven para estar en este lugar.

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