Capítulo 8

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            Cesar se acostumbró de a poco a la compañía de Andrew, aunque no volvió a atacarlo sexualmente. Cesar lo trataba con brusquedad, como a todos los demás, pero con el paso de los días lograron empezar a entablar una relación algo amistosa. El muchacho le contó cosas de su vida y entre los dos se pusieron de acuerdo en lo que debería decir a su padre en los reportes que este le exigía. Cesar se dio pronto cuenta que el chico era de mente rápida y tenía asombrosas habilidades en electrónica y computación. Este hecho hizo que Cesar, en un par de meses, llegara a confiar en él, para que lo ayudara a evadir en algo la constante vigilancia de Demian.

-Desde hace cuatro años, esta casa es una maldita cárcel. Todo está intervenido. Los teléfonos, los computadores y los celulares, queda un registro de todo, incluso los celulares tienen rastreadores integrados. La casa esta llena de cámaras de vigilancia ocultas, y de micrófonos, a mi padre le gusta así; siempre quiere tener el maldito control de todo y todos. Claro, que los únicos que sabemos que todo ese sistema existe es él y yo, pero yo no tengo acceso a la información registrada, ni a deshabilitar nada.

-¿Él ve todo lo que hacen en la casa, aún en la intimidad de las habitaciones? -preguntó Andrew con alarma.

-Tengo entendido que no hay cámaras en los dormitorios, pero tal vez haya algún micrófono. Quién sabe. -le decía, mientras conducía su auto por una avenida -Incluso si miras disimuladamente el punto negro en el espejo, verás que es una cámara, pero es sólo imagen, no tiene sonido, así es que aquí podemos hablar con tranquilidad -le dijo al notar la preocupación en los ojos del joven.

-¿Porqué él hace todo eso? -musitó.

-Porque no se fía de nadie.

-¿Ni de usted?

-Menos de mí.

-Su padre es un poco paranoico, entonces.

-¡Es un viejo de mierda! Su doble moral, me tiene hastiado. Hasta conmigo juega a dárselas de hombre decente -Cesar se desahogaba con Andrew.

-¿Y porqué entonces usted simplemente no lo deja y se va? -dijo pensando en lo más obvio.

-Lo haría si pudiera. Pero estoy tan preso como tú Andrew -respondió dando un suspiro.

-Y si... yo lo ayudo... al menos podría evitar un poco la vigilancia... -ofreció dudoso, sin saber si estaba haciendo bien o no- ... y a cambio... prométame que me devolverá la libertad cuando pueda... ¿por favor?...

-¿Puedes lograr algo así? -dijo frenando el auto de improviso y viéndolo directo a la cara, al oír tal ofrecimiento que era como un rayo de esperanza.

-Pruébeme  -le dijo con una mirada de complicidad.

Verdaderamente Andrew era un chico hábil. Con su ayuda, Cesar neutralizó el rastreador del celular y luego de comprar ocultamente un montón de pequeños aparatos electrónicos que Cesar no sabía qué eran o cómo funcionaban, descubrieron los lugares exactos en la casa de las cámaras vigías y de los micrófonos, y retiró el que intervenía el teléfono del dormitorio de Cesar, y luego siguieron con la computadora, con la que luego de bastante esfuerzo, logró obtener el acceso a los registros de todo lo intervenido, con eso Cesar podría manipular la información, para que su padre no se diera cuenta de nada.

Ambos sabían que era peligroso lo que hacían, sobretodo Cesar comprendía que si su padre se enteraba, su nuevo asistente personal correría grave peligro, pero lo peor de todo, era que tal vez Cesar estaría poniendo en riesgo, nuevamente la vida de Ryu, eso era lo que más le asustaba, pero por otro lado si lograba tener nuevamente libertad, podría contactarse con él, de alguna forma... anhelaba desesperadamente saber como estaba. Era todo o nada. Tendría que tomar ese riesgo.

A medida que empezaron a vulnerar todos los sistemas de protección de su padre, muchas cosas empezaron a salir a la luz. Cesar se encontró cada vez con más y más información delicada y confidencial, que lo hizo ver que el gran imperio de su padre no se debía exclusivamente al trabajo duro y la eficiencia. Ahora entendía que su padre estaba mucho más ligado con la mafia de lo que él mismo suponía.

En tres meses Cesar logró acceder a información que jamás se hubiera imaginado que existiera, todos los sucios secretos de su padre, guardados bajo siete llaves, aparecían ahora ante sus ojos, y todo gracias al habilidoso rubio de ojos grises, a quien ya consideraba su amigo y aún más el cómplice para desenmascarar a su padre y recuperar la libertad y su vida. Y se habían acostumbrado a fingir el rol de cada uno delante de su padre, Cesar comportándose como el frío e irritable hombre que siempre era con el servicio, llegando incluso a fingir maltratos, para hacerlo más creíble, y Andrew fingía ser el sirviente nervioso y torpe de Cesar, pero todo era un teatro, para no hacer sospechar a Demian, del cual se divertían luego, al darse cuenta que una vez más habían hecho tonto al viejo.

-Te daría el Oscar a la mejor actuación, Dru -le dijo Cesar, llamándolo por el diminutivo, cerrando la puerta de su dormitorio, luego de que entraran.

-Usted estaba a punto de reírse, tiene que tratar de fingir mejor, si su viejo nos pilla, me costará la cabeza y deseo volver a ver a mi familia en algún momento.

-Lo sé, lo sé; pero no tengo tus mismas habilidades histriónicas.

-Encontré una información que estoy seguro le asombrará.

-Ya he visto tanto que nada lo hará.

-Está sí, se lo aseguro.

-¿Qué es?

-Es acerca de su amigo, de Ryu.

-¿Ryu? ¿Qué hallaste? -dijo con el corazón en la boca temiendo por un momento lo peor.

-¿Sabía que la mamá de él fue amante de su padre?

-¡¿Qué?! -la noticia lo heló.

-Y hay mucho más... ¡su padre si que es un gran bastardo!...

Pero Cesar de pronto dejó de oírlo, el corazón le latió fuerte y la idea de que tal vez Ryu fuera su hermano apareció en su mente ¿Será por eso que no quería que estuviéramos juntos? ¿Será posible? Pero entonces... ¿Porqué su padre lo trataría como a un empleado? ¿Porqué venderlo? porqué hacerle daño...

-Señor... ¿Me está oyendo? -preguntó Andrew.

-¿Ehh? Sí, sí. Dime. ¿Qué más averiguaste? -Respondió.

-Es lo que le estoy diciendo... la mujer que lo crío no es su verdadera madre, y también fue amante de su padre...

-¿Qué lo crío a quién? -dijo aún perdido en sus pensamientos.

-A su amigo... ¿Perdón, pero está usted bien? ¿Le pasa algo?

-Sólo me quedé pensando. Sigue -se esforzó por salir de sus cavilaciones.

-Trataré de ser más claro... La persona que crío a su amigo y que supuestamente era su mamá, no lo es, la verdadera mamá de él murió cuando Ryu era muy pequeño, pero lo que tienen en común estás dos mujeres es que ambas fueron amantes de su padre, y al parecer el verdadero padre de él tampoco era el jardinero que trabajó aquí...

-¿Es mi padre, verdad?... -preguntó de pronto, sintiendo un sudor helado recorrerle entero, completamente aterrado de saber la respuesta.- ¡No me respondas!... Por favor -pidió antes que el chico hablara,- ...no estoy preparado para esto.

Salió de la habitación lívido y con el rostro desencajado, bajó las escaleras y fue por su auto, subió y salió de la mansión sin rumbo fijo, sintiendo que las sienes le golpeteaban y que las lagrimas querían asomar desesperadas por sus ojos. Detuvo el auto a las afueras de la ciudad, junto al camino, y posando su cabeza sobre el volante se permitió llorar nuevamente, como cuando tuvo que hacerse la idea de no volverlo a ver nunca más en su vida hacía cuatro años atrás. 

N/A: Hola chicos y chicas, aquí les dejo un nuevo capítulo, y los dejo con la intriga, jijiji, gracias a todos los que leen, cariño para ustedes.

EL PRECIO DE AMARWhere stories live. Discover now