Capítulo 6

4.3K 326 26
                                    

-¡Tú lo vendiste, tú tienes que comprar su libertad ahora! -le gritaba Cesar a su padre, en un intento desesperado por lograr la libertad de Ryu.

-No voy a mover un dedo para ayudar a ese homosexual -respondió molesto.

-Te lo pagaré trabajando para ti, como siempre has deseado...

-¡No me hagas reír! -ironizó.

-Entonces dime... ¿Qué quieres que haga para que lo ayudes?-dijo Cesar con desesperación.

-¿Realmente estás dispuesto a hacer sacrificios por ese bastardo?

-Haría lo que fuera.

-Bien, si así es, podemos llegar a un trato; siempre que estés dispuesto a no volver a verlo nunca más en tu vida.

-¿Q...qué?-Cesar lo miró con horror y su padre sonrío urdiendo algo en su mente.

-Lo que oyes. Saco a ese mocoso de allí, pero tú no vuelves a verlo jamás. Además, te casarás con quien yo elija, no quiero un hijo desviado, y mantendrás la imagen de hombre respetable. Comenzarás a trabajar en la empresa y te volverás serio y eficiente, olvidarás todas tus niñerías e idioteces, y serás el hombre que necesito a mi lado para continuar con la expansión de esta empresa, que por demás está decir que es tu herencia y patrimonio. ¿Qué me dices? De lo contrario, haré que ese chico se pudra en aquel burdel hasta su último segundo de vida.

-Será como tú digas -dijo en un suspiró; Cesar le había prometido a Ryu que lo sacaría de allí, y que lo protegería, aunque fuera con su propia vida.

-¿Estás aceptando?

-Si, padre -contestó apretando los puños y dirigiéndole a su progenitor una mirada asesina.

-Ese es mi hijo -sonrío triunfal Demian.

-¿Puedo hacerte una pregunta?

-¿Qué?

-¿Por qué me dijiste en dónde estaba? -preguntó sospechando la manipulación.

-¿El mocoso? La verdad es que pensé que era uno más de tus caprichos, y realmente creía que aún estaría en el club de Saurus, pensé que cuando lo vieras destruido y marcado, te daría asco y ya no lo querrías. Después de todo, y aunque te haya durado más el encaprichamiento con él, sigo pensando que es sólo un juguete para ti.

-No es un juguete. Yo lo amo.

-¡No empecemos de nuevo, Cesar! Tú no sabes lo que es amar a alguien. Además, que asco es eso de amar a otro hombre, menos a uno tan poca cosa como ese chiquillo; qué de especial puede tener una criatura como esa; no sé qué tienes en la cabeza para haberte fijado siquiera en un insípido sirviente.

-Yo lo amo -dijo remarcando cada palabra.

-Cesar. Solo estás confundido. Cuando ese niño salga para siempre de tu vida verás que no era tan importante. Aunque al menos he sacado una ganancia de todo esto... tu porfía te está poniendo justo en el lugar que quiero. Recién me preguntaste ¿por qué? Bien, el porqué está aquí... tú vas a hacer exactamente lo que yo te diga, tu interés en ese muchacho te está poniendo por tu propia voluntad justo en mis manos, y lo que nunca logré por otros medios, para hacerte un hombre trabajador y honorable para la familia y las industrias More, ahora gracias a ese pobre infeliz lo estoy consiguiendo; haré de ti un gran empresario, igual a tu padre... tienes que ser como yo.

-¿Lo planeaste siempre así?

-No. Esto se dio en el camino, pero ya ves, un hombre inteligente siempre aprovecha las oportunidades, hijo.

-¿Qué pasará con Ryu? ¿Cómo estaré seguro que no volverás a hacer algo en su contra nunca más? ¿Cómo compensarás el daño que se le ha hecho? Debo estar seguro que no quedará desamparado o en la calle.

- Haremos esto. Negociaré la compra del chico, será libre de nuevo, pagaré pasajes para él a otro país, allí podrá empezar una nueva vida, si quieres, le conseguiré una beca de estudios, y pagaré su manutención por algún tiempo, hasta que pueda valerse por sí mismo. No le faltará nada, siempre y cuando tu cumplas tu parte del trato. Recuerda: Sin volver a verlo, responsable, serio y heterosexual.

-Estoy en tus manos, papá. Has que liberen lo más pronto posible a Ryu -aceptó los términos de su padre.

Ahora el preso sería él -pensaba Cesar- pero si eso significaba que Ryu pudiera tener nuevamente una vida normal, no tenía ninguna duda en aceptar el trato con su padre, aunque de sólo pensar en no volver a ver nunca más a quien más amaba, le destrozaba el corazón en miles de pedazos.

***

Una semana después, Cesar ya estaba al tanto que Ryu estaba libre, y que ese mismo día partía hacia los EEUU. Demian More, como siempre, usó sus contactos para acelerar todo, incluso la visa con la cual entraría el joven Ryu Collins a aquel país, y hasta la beca de estudios estaba asegurada ya en una muy buena universidad. El mismo Demian había hablado con Ryu para ponerlo al tanto de las condiciones y que entendiera que debía quedarse para siempre fuera de la vida de su hijo y de la familia More.

El padre de Ryu estaba en el aeropuerto esa noche; Ryu sintió una pequeña alegría de ver al menos alguien conocido que lo apreciara, después de tantos meses de no saber nada de él. Albert se acercó a dónde estaba Ryu custodiado por dos hombres de Demian, que tenían por función asegurarse que el muchacho se embarcara y que no se hallara en ningún momento con Cesar.

-Papá... -dijo Ryu esperando al menos un abrazo y un cómo estás. Pero este con desprecio en el rostro lo abofeteó.

-¡Me das vergüenza y asco! -Albert escupió en el piso frente a su hijo y dando media vuelta se marchó por donde había venido, dejando al chico tembloroso y con los ojos llorosos.

Ryu pidió permiso a quienes lo custodiaban para ir al baño. Entró, se apoyó en el lavabo y miró su triste rostro en el espejo, mientras secaba sus lagrimas con la mano. En eso, alguien salió de una de los cubículos sanitarios y lo cogió por el brazo, Ryu se asustó, pero luego vio que era Cesar que le hacía un gesto de silencio poniendo un dedo en su boca.

-Cesar...

-No podía dejar que te fueras sin que sepas algo...

-¿Tú lograste que yo sea libre, verdad? -lo interrumpió y Cesar asintió.

-Ryu, sin importar lo que llegues quizás a saber u oír de mi en el futuro, quiero que sepas que todo lo que estoy haciendo es por ti, para protegerte, y que aunque no vuelva a verte nunca más, te amo y te amaré toda mi vida...

-Cesar...

-Sé feliz allá... -le dio un rápido beso en la boca y volvió a entrar en el cubículo, justo cuando uno de los hombres de Demian entraba a buscar a Ryu.

-Ya van a abordar -dijo el hombre.

***

Los próximos cuatro meses fueron vertiginosos para los dos chicos. Ryu tuvo que adaptarse rápidamente a su nueva vida en los Estados Unidos, mientras empezaba sus clases en la universidad. Vivía cerca del campus, en un pequeño departamento de soltero, lo suficientemente cómodo para él, no quiso ir a vivir con los estudiantes, porque le costaba mucho confiar en cualquier persona, y prefería estar solo, y pronto consiguió un trabajo de medio tiempo en una floristería, donde por lo general, la gente que compraba flores solía ser más amable.

Por su lado Cesar conoció a quien sería su esposa; elegida por su padre y sin más preámbulos anunciaron públicamente el futuro matrimonio del codiciado soltero con la bellísima Lara Huge, modelo e hija de un magnate petrolero. Cesar se abocó a terminar su tesis, y al trabajo en las industrias More, y un par de meses después se casó en una gran fiesta con más de 1200 invitados, fiesta que fue comentada por toda la gran ciudad.

N/A: Hola chicos y chicas, sé que debería haber actualizado ayer, pero tengo demasiado poco tiempo y mi cabeza está metida en estos momentos en asuntos más urgentes, pero aquí les dejo un nuevo capítulo, espero que lo disfruten. Votos, comentarios, y cualquier critica constructiva se agradece, gracias por leer, los quiero.


EL PRECIO DE AMARWhere stories live. Discover now