Capítulo 10

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Derek se quedó observando a Madison, quien en este momento caminaba en dirección a su clase. Estaba completamente​ seguro de que las repentinas ganas de ayudar a la castaña estaban resultando confusas para ella.

Era algo justificable, después de todo ninguno de los dos habían tenido entre ambos encuentros agradables, y el hecho de estar sacándola de varios agujeros negros mareaba bastante las circunstancias.

—¿Te vas a quedar ahí parado, idiota?—Derek parpadeó varias veces.

Al parecer no estaban siendo muy extrañas para Mad, pues aparentemente actuaba como de costumbre.

—Claro—dijo—. Oye, Siempre has sido una chica muy simpática ¿verdad?

El rubio  vio como la joven fruncía el ceño, debido a su sarcasmo.

Se rió.

—¿Te crees muy gracioso, verdad?—ella rodó los ojos—. Payaso.

—Un payaso terriblemente sexy—le susurró en el oído.

—No vuelvas a hacer eso—Madison se apartó rápidamente, teniendo una mueca de molestia en su rostro.

—¿Por qué?—cuestionó—. ¿No te gusta?

Ella comenzó a reírse a carcajadas, como si hubiera escuchado el chiste más gracioso del mundo. Derek al ver que la joven no  detenía su acto, comenzó a sentirse ofendido.

—¡Deja de reírte! No te he contado ningún monólogo—él se cruzó de brazos.

—Lo siento, pero me fue imposible—respondió después de limpiarse una lágrima que le salió del ojo a causa de la risa—. Es que a veces dices unas cosas que...

—¿Qué? ¿Qué cosas?

—Deberías pararte a pensar en lo que sueles decir. No sé si te has percatado de ello, pero empiezas a soltar cosas que crees que pueden gustarle a todo el mundo.

—Yo no hago tal cosa—Derek arqueó una ceja.

—¿No?—la castaña contuvo la risa.—. Es triste que seas inteligente para unas cosas y tonto para otras.

El rubio arqueó una ceja, y en cuestión de segundos la miró con malicia junto a una sonrisa sardónica. Sin siquiera darle tiempo a reaccionar la apoyó contra la pared, sujetando su cintura.

—Vuelve a llamarme tonto y ten por   seguro  que acabarás tragando tus palabras—estaba claro que quería intimidarla y hacer que aunque fuera un poco, le tuviera un atisbo de miedo, pero aquella intención se veía cada vez más nublada por la mirada con la que Madison enfocaba al chico. Era ira, y no tardó en darla a relucir, propinándole al chico una patada en la entrepierna—. ¡Joder!

—Vamos a dejar una cosa clara entre los dos—Mad le sujetó de la barbilla a Derek—. Tú solamente me "ayudarás" a subir las notas, nada más. Por lo tanto, te aconsejo que intentes contener tus ganas de ligar conmigo, y no volver a pasarte de  a la raya.—Dios, el jugador de baloncesto se habría reído por el comentario de Madi, pero el dolor se lo impedía. ¿Realmente llegó a pensar que sus intenciones con ella eran esas?—. Veo que me has entendido.

«Eres un hueso duro de roer, Britt, pero me eres útil, así que no me rendiré». Pensó Derek mientras veía a la joven entrar a clase cuando él intentaba levantarse, soportando el dolor de sus partes íntimas «Mierda, me ha dado fuerte».

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La hora de la comida llegó.

Derek estaba sentado junto a Ayden en la cafetería, quien con mucho descaro coqueteaba con Sasha Karrey, la animadora de su equipo de baloncesto. Era sorprendente lo mujeriego que podía llegar a ser su amigo, le encantaba estar constantemente alrededor de una chica, y si eran más, mucho mejor«No cambiará nunca».

Madison #PGP2019©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora