Ultima canción // Final.

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Los largos dedos de Hoseok se deslizaban sobre las teclas del piano, sus pupilas se mantenían centrados en la fina hoja que descansaba sobre el stand, sus cejas estaban en una posición arqueada y su oído se agudizaba intentando encontrar el ritmo perfecto de aquella melodía. Sobre el ambiente no volaba ni una sola mosca, ni el más mínimo rastro de polvo, por momento parecía que el tiempo se había congelado, tan sólo eran Hoseok y su concentración, más Yoongi a su lado tarareando levemente la melodía para acompañarlo y que no de perdiera, y cuando lo hacía volvían a comenzar.

Las facciones de Hoseok cambiaban cuando sus dedos marcaban algo incorrecto pero sus largas pestañas nunca dejaban de batirse como si danzaran al compás de lo que él hacía, sus labios se mantenían semi-abiertos y a veces su cabeza se ladeaba de costado como si con ese movimiento conseguiera agudizar el sonido que creaba en el ambiente.

Algunas personas saben perfectamente que la música se siente y el cuerpo expresa todo aquello que una canción puede llegar a transmitirnos sin que muchas veces nos detengamos a ver como se manifiesta nuestro ser. Desde la piel erizada, desde ese pequeño cosquilleo que se acentúa en alguna parte nuestra como si fuese una luz, los movimientos que realizan nuestros brazos, la danza involuntaria que se genera en nuestra cadera, los pies moviéndose al compás de lo que sea que estemos escuchando y nuestro cuerpo se siente volar cuando oímos algo que nos hace sentie emociones, sean las que sean, hasta que la canción finaliza, uno respira y piensa para sus adentros algo así como "que gran canción"

De esa forma se sentía Hoseok cada vez que sus dedos estaban sobre las teclas y a su lado Yoongi acompañandolo porque la armonía que transmite la música a veces se siente mejor si compartimos nuestras emociones con alguien que lo interprete y sienta de las misma forma que nosotros.

                            👌👈

Las fuertes manos de Yoongi estaban sobre las de Hoseok y se movían juntas, por algunos momentos se disparaban algunas risas provenientes del castaño cuando Yoongi lo pellizcaba al equivocarse. El pequeño miraba hacía su costado en algunas ocasiones para dedicarle una ojeada al perfil del pelinegro y sus ojos reposaban varios segundos sobre sus labios hasta que los leves golpes de Yoongi sobre sus dedos le explotaban esa órbita que había creado. Era imposible no perderse en sus rostros y por esa razón Yoongi sentía que Hoseok lo atravesaba con la mirada.

El ambiente se estaba volviendo espeso y las respiraciones de ambos habían cambiado, el panorama era otro completamente distinto porque se sentía cierta tensión entre ambos cuerpo. Una tenue idea rondaba en la cabeza del castaño y no tardó mucho tiempo en llevarla a cabo, dejó que sus impulsos dominaran esta partida. Su cuerpo se movió de forma rápida y sin pensarlo sus rosados labios terminaron sobre los finos de Yoongi, quien a pesar de la sorpresa ante aquel repentino acto no tardó demasiado en responder el beso, sus bocas se movían a un compás lento que comenzó a volverse más fuerte y excesivo pidiendo más participación de ambos. La lengua del mayor delineó el labio inferior de Hoseok y éste abrió su boca permitiendo quella entrada que lo atacó sutilmente, permitiéndole recorrer toda la cavidad de su boca. Fue un estallido de sentimientos cuando sus lenguas se enredaron mezclándose los sabores que ambas bocan guardaban, creando un beso apasionado que prometí ir más allá.

Se separaron escasos centímetros y la conexión de miradas que se produjo entre el negro y almendra fueron el sí a todo. Las manos de Yoongi fueron a parar hasta las caderas de Hoseok levantándolo con facilidad para ubicarlo sobre sus piernas, sus manos lo atrajeron más hacía su cuerpo pegando sus pélvis con brutalidad, sintiéndose a través de sus pantalones, logrando que Hoseok soltara pequeños gemidos sobre sus labios creando una vibración exquisita. La ramera del menor no tomó tiempo en desaparecer de la escena abandonando su pulcra piel para dejar que los dedos de Yoongi hicieran un recorrido sobre su torso desnudo. Las yemas de sus dedos se estacionaron sobre quellos botones rosados para apretarlos sin mucha fuerza y causar que el castaño se removiera sobre su cuerpo creando un lento movimiento que implicaba que ambas erecciones ya despiertas chocaran. La boca de Yoongi se perdía entre la piel de Hoseok dejando cardenales y marcas de mordidas rojizas. Su boca podía sentir los latidos que daba el pecho del menor, subiendo y bajando como si una corriente eléctrica chocara sin piedad contra su cuerpo, descargándose contra él. La camisa de Yoongi se perdió por el espacio y ahora eran las manos de Hoseok las que recorrían su torso con algo de timidez sobre sus dedos otrogando unas caricias que se sentían tan inocentes que Yoongi quería recordarlas para siempre.

El Instructor de Piano +18-YOONSEOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora