1.- Encuentro.

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Las converse de Hoseok resonaban contra el piso a la espera de que alguien le abriera la puerta. Llevaba quince fastidiosos minutos esperando allí y Hoseok... Odiaba esperar. La espera lo hacía poner ansioso y fastidioso. Él no podía dejar de chasquear sus dedos y mover sus zapatillas contra el piso a ritmo de una melodía vieja que resonaba en su cabeza, algo así como "Hey Jude" de los Beatles.

Hoseok estaba por irse, se sentía como un idiota a la espera de que le abran la puerta. Seguramente el profesor había olvidado que hoy tenía una clase. Estaba a punto de darse media vuelta para irse hasta que escuchó el sonoro ruido de unas llaves detrás de la puerta. Suspiró un poco y puso una cara algo amargada, las facciones de su cara se contrajeron un poco, y sus labios crearon ese triangulo tipico de él, le gustaba demostrar que estaba enojado.

La puerta con una tonada algo vieja resonando contra el piso se abrió dejando a la vista de Hoseok a un hombre que parecía bien dotado. Una corbata se ajustaba hasta el final de su cuello con un delicado moño de esos que son fáciles de desarmar, una camisa blanca abrochada hasta el último botón, incluso los de las mangas con un delicado brillo dorado de costado, unos tenues jeans ajustaban sus flacas piernas y marcaban el notable bulto en sus pantalones. Hoseok pestaño incontables de veces y se reprochó así mismo por estar mirando de esa forma al que sería su profesor. Todavía no lo había mirado a la cara y se sentía avergonzado en hacerlo, él había fijado la mirada en su prepotente entrepierna. Y le reprochaba a su mente el no poder tener la valentía para mirarlo a los ojos. Se retó a sí mismo y bajo la mirada hasta sus pies, se sentía completamente avergonzado, sus mejillas estaban teñidas, no de rojo, ese color era bordo.

Se sorprendió un poco saliendo del enriendo que eran sus pensamientos cuando su profesor lo tomo por debajo de la barbilla subiendo su mirada hasta la de él. Hoseok observó su mirada y pudo notar el hueco frío en sus ojos. Sus labios estaban sellados, no podía murmurar nunguna palabra y sus mejillas cada vez se sentían más caliente. Cerró sus ojos ante la vergüenza y arrugo un poco su nariz.

-Nunca bajes la mirada. - escuchó el susurró de su profesor sintiendo como soltaba su barbilla logrando que su cabeza caiga de vuelta, pero inmediatamente la subió.

-Lo... Lo-o- Lo siento- tartamudeó Hoseok a causa de la vergüenza consigo mismo.

- ¿Tienes problemas para hablar? ¿Eres tartamudo acaso? -musculló Yoongi corriéndose de la puerta y dándole paso a Hoseok para que se adentrara al estudio.

-No. - dijo firmemente Hoseok apoyando sus pequeñas converse en el primer escalón de las escaleras.

-Sube hasta arriba, primera puerta giras a la derecha, siéntate en el sillón. Estaré en un segundo.- afirmó Yoongi haciéndole un gesto con la mano en tono desinteresado.

Hoseok subió los escalones casi corriendo y siguió la dirección que el profesor le dio derribando una larga cortina gris para entrar al estudio. Sus grandes ojos de almendra brillaron de alegría, las paredes tenían un color naranja muy vivo y el piso era blanco. Lo único que resaltaba en la habitación era el negro piano de cola que brillaba de lo limpió que estaba. Se acercó hasta allí pasando sus dedos con suavidad por él, de un momento a otro cerró con fuerza sus ojos y apretó su labio inferior contra sus dientes casi sintiendo el gusto de su propia sangre. Gimió en silencio reprochándose por la imagen que había indundado su mente. Su profesor de cabello negro y ojos gatunos semi desnudo contra su cuerpo desnudo que reposaba contra el piano haciendo resaltar su bronceada piel. Apretó sus manos con fuerza ante tal pensamiento que no era típico de él. Hoseok NO pensaba esas cosas. Inhaló y exhaló, pero su respiración no le permitía calmarse, estaba acelerado, su pecho se inchaba una y otra vez. Pero él continuaba intentando calmarse aún con sus ojos arrugados pero el fuerte ruido de la puerta al abrirse lo hizo girarse con rapidez para enfrentarse ante el cuerpo de su profesor. La inocencia de Hoseok abundaba en su cuerpo. Él no había notado que lo que abordaba en el centro de sus pantalones iba a causar un caos. Pero su profesor prometía otra cosa...





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El Instructor de Piano +18-YOONSEOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora