3.- Cuerpo y Alma. 1/2

16.6K 1.3K 505
                                    

El cuerpo de Yoongi se apegaba de forma violenta contra el de Hoseok con ansias de querer tomar todo de él, sus pulsos acelerados y el calor concentrado de ambos cuerpos pidiendo salir. El choque de ambas respiraciones mezclándose; almíbar, menta, tabaco. Sus lenguas creaban una conexión casi gloriosa, mordiendose los labios para evitar que los gemidos se convirtieran en ruido. La masculinidad de Yoongi rozándose de forma lenta y apaciguada contra la de Hoseok creando un toque sublime y mágico, un vaivén suave pero fuerte que pedía mucho de ambos. Las manos de Hoseok comiéndose la espalda de Yoongi, dejándole caminos rojos y cuando tenía oportunidad de escapar de su boca, su lengua recorría sus lunares perdiéndose en ellos, mordiendo su piel ante la exitación. Y Yoongi gemía ante el toque, ante las marcas que Hoseok estaba dejando sobre su piel, los escurridizos dedos de Yoongi navegaron por el contorno de la suave y cálida piel de Hoseok, algo brillante debido al calor corporal que en ese momento envolvía a su desnudez; sus dedos expertos bajando por su cintura trazando una pequeña cicatriz que Hoseok tenía en su estómago, descubriendo su piel, desnudándolo de alma, dejándolo en la tempestad del sentir. Y Hoseok ahogado por la excitación contorsionándose entre las sabanas de su habitación, apretándolas con fuerza hundiendo sus dedos en ellas, su almohada callando sus desesperados gemidos y su erección palpitando urgida contra el colchón.

El reloj marcaba las seis en punto, el cuerpo de Hoseok colapsó haciéndolo despertar del sueño a punto de venirse en su bóxer, gimió de enojo de la presión que sentía debajo de sus piernas, lagrimeó en un tono leve y verificó que la puerta de su cuarto estuviese bien cerrada. Al comprobarlo sus ojos se cerraron tenuemente y su cabeza se hundió en la almohada, en el intento de calmar su corazón que estaría por explotar. Su mano bajó hasta su erección y comenzó con toques lentos y suaves, queriendo hacerse un bien, imaginando que aquellas manos eran las de Yoongi masturbándolo, recordando su sueño.

Su mano se envolvía en la base de pene subiendo y bajando, experimentando lo que era tocarse, descubriéndose a sí mismo de qué forma le gustaba, si más lento o más rápido. Delineó su glande con su pulgar y su espalda se arqueó un poco, descubriendo que si se trazaba aquella zona de la piel tan sensible, se volvería loco. No quería correrse tan rápido, no quería que aquella sensación tan íntima y sumamente exquisita se acabara; pero el orgasmo divino lo alcanzaba y sin más se corrió, soltando un suspiro largo, colapsando entre sus sábanas y sintiendo el líquido escurrirse entre sus dedos manchando su mano, pero lo más íntimo de todo fue haber soltado ese cortado "Yoongi" con su voz apaciguada al final de su corrida.

Después de haberse duchado, sintiéndose más limpio y sobre todo calmado, Hoseok bajo las escaleras para comer algo en su desayuno, visando las agujas del reloj sabiendo que cuando dieran las once y cuarto él debía salir de su casa para dirigirse a la de su profesor de piano, de sólo pensarlo su respiración se agitaba, pero su mente le ratificaba que debía calmarse, que quizás el percance que había pasado con Yoongi no iba a volver a ocurrir, y eso lo desilusionaba un poco, él solamente quería volver a sentírse como en esa tarde, tan libre, tan puro. Acomodó su espalda en la silla del comedor y su cabeza se dirigió al techo, en una posición muy pensante, sin dejar de liberar suspiros que tenían nombre y apellido, por supuesto; Min Yoongi.
Su mente daba vueltas y giraba perdiéndose de forma nublada, ahogándose en sus propios pensamientos. ¿Con qué cara miraría a Yoongi hoy? Con la misma del otro día, Hoseok. Se respondió a sí mismo, pero su mente le retrucó otra pregunta. ¿Con la misma con la cuál llegaste a su casa, o con la misma cara con la cual te corriste cobre su mano?. Cerró sus ojos con algo de fuerza y soltó una risa nerviosa ante el ambiebte que su mente estaba creando.

El reloj marcaba las once y veinte pasadas, y Hoseok no se movía del sillón de su casa pero era consiente de que debía ir a las clases que Yoongi le porporcionaría, sin embargo su cuerpo no se movió de allí, su cuerpo permaneció acostado, con la mente en blanco. Sabía que Yoongi iba a pensar que Hoseok era un cagón de primera, pero no le importo porque cuando estaba por cruzar la puerta de su casa para dirigirse hasta su destino se acobardo, la timidez y la vergüenza volvieron a hacerse participes de su cuerpo, llenándose de eso. Cerró sus ojos y mordió su labio dejando caer algunas lágrimas sintiéndose completamente estúpido, ¿por qué no podía simplemente ir? Y que pase lo que tenga que pasar y ya; para Hoseok no era fácil, para su cuerpo menos ya que estaba experimentando sensaciones que nunca antes le habían sucedido. Entre ida y vuelta de pensamientos, su celular sonó, limpió sus lagrimas y tosió unas cuantas veces en el intento de aclarar su voz, no quería que su madre notara que había estado llorando, no quería preocuparla y menos por semejante tontería de niñato. Se sorprendió al ver que el número de la llamada entrante marcaba como "desconocido" así que sin pensarlo dos veces corto la llamada; pero inmediatamente el móvil volvió a sonar y Hoseok suspiró rezando para que no sean los idiotas de la compañía a la cual su línea telefónica pertenecía.

El Instructor de Piano +18-YOONSEOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora