—Hyung...

—Mocoso de mierda —chasqueó su lengua—. Si vas a tener pesadillas, por favor no grites como si te estuvieran torturando. No me asustes, idiota.

El joven de cabello platinado lo soltó de forma brusca, haciéndole impactar contra el sillón del cual antes lo había levantado un poquito para despertarlo; se dispuso a tomar la navaja con la que había sido injustamente herido en el pómulo y comenzó a avanzar hacia una mesa de madera en medio del pequeño vestíbulo.

Jimin se sentó e investigó el lugar con su mirada, comenzando a hacer teorías de dónde estaban y cómo habían llegado allí, sonriendo luego al recordar a Suga diciéndole: "no me asustes", refiriéndose a su pesadilla, lo cual le dio a entender que estaba preocupado por él. Posó su vista en una de las paredes de la sala, notando un cuadro enorme de alguien que desconocía y, debajo del mismo, unas fotos sobre un pequeño estante adherido a la misma, en las cuales aparecían J-Hope, Taehyung y Suga. Ahora recordaba, estaban dentro de la guarida que su hyung tenía en secreto con los otros dos... y la navaja de antes la había tomado del mismo estante aquel para sentirse protegido al descansar.

—Sabes... —habló, capturando su atención—. No sé cocinar muy bien, pero te hice una sopa.

Jimin pestañó varias veces al no poder creer lo que oía y giró su rostro hacia la dirección en donde se hallaba Suga, restándole importancia a lo demás.

—¿Es... en serio?

—Así es —se dio la vuelta y le enseñó dos platos humeantes sobre la mesa mientras mantenía un pañuelo sobre su mejilla lastimada—. Hace frío, supongo que será lo ideal. ¿Vienes a la mesa o quieres que te dé de comer en la boca?

Se notaba que Suga estaba un poco nervioso, porque rascaba con su dedo medio detrás de su oreja e intentaba evitar a toda costa contacto visual. Eso era..., bueno, algo nuevo. Una faceta diferente de él. Jimin se echó a reír a carcajadas, cayendo de costado hacia el sillón.

—¡Sí, deme de comer! —dijo entre risas.

—Imagino que... —enseñó amenazante la navaja que antes le había quitado—, aprecias tu vida, ¿verdad?

De inmediato, Jimin se sentó nuevamente y colocó sus manos sobre sus rodillas como si fuera un niño al que castigaban por portarse mal, a su vez comenzó a asentir con su cabeza, demostrando una imagen tierna. Vio que Suga tomaba asiento en una de las sillas frente a la mesa y le hacía un ademán para que se dirigiera allí con él, a lo que obedeció sin dudar. Observó a su hyung mientras se sentaba a su lado, viendo su pequeño corte ahora limpio, y luego notó que un teléfono móvil sonaba cerca de ellos. Suga tomó dicho aparato y frunció su ceño al ver en la pantalla, pero atendió de todas formas.

—Tú come, Jimin —le indicó, colocando el altavoz—. ¿Qué quieres, Hoseok?

«Suga, Dios mío... ¡Te he estado llamando desde hace horas y no respondes!», se escuchó desde el otro lado de la línea.

—Hola, J-Hope —saludó Jimin, con tonos infantiles—. ¡Los extraño mucho!

«Hola, Jimin», se sintieron ruidos del otro lado, «¡Hola, Chim!», habló Taehyung ahora.

—¡Tae! ¿Cómo estás? —se emocionó.

—Ya, niños cursis. Estoy hablando con el solecito. Tú come la puta sopita —le indicó a Jimin—. Y Taehyung, cierra la maldita boquita, ¿sí?

«Que aguafiestas eres», se quejó el mencionado y volvieron a escucharse ruidos. «Aquí estoy otra vez», habló Hoseok, «Dime en dónde están. ¿Qué sucedió?»

Pinky Hair Boy - YoonMin [+18] EN FÍSICO DISPONIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora