Prisionero del Tiempo (Nowaki x Hiroki)

CAPITULO 36 Decisiones apresuradas. Parte I.

---Eitan---

Pobre...

Pobre de mí hermoso Hiroki.

Ese maldito chupasangre lo engaño.

Pero ya estoy aquí.

No dejaré que le hagan daño.

Es mi prometido.

Desde que le dieron mi sangre.

Paso a hacer mío.

Y yo lo protegeré.

No llores más.

No por ese idiota.

Ese tipo no se merece tus lágrimas.

Solo yo puedo hacerlo feliz.

"Ven conmigo"

Él me miro.

"Te llevaré a un lugar seguro"

Sus lágrimas resbalan por sus mejillas.

-Soy patético. –murmura mientras se abraza a si mismo.

"No lo eres"

Él sonrió a medias.

"Solo confiaste en criaturas hipócritas"

Él me miro de nuevo.

"Vamos a otro lado, sígueme"

-No tengo donde ir, supongo que te seguiré.

Sonreí y corrí a su lado.

Él comenzó a acariciar mi pelaje.

Le di una lamida a su rostro y bufo.

-E-Esto es asqueroso.

"Sube"

Él subió a mi lomo y comencé a correr

-Waaaa, d-despacio.

Tengo que convencerlo.

Tengo que...

Llevarlo conmigo.

A Inglaterra

Solo ahí seremos felices.

Estaremos bien.

Lo lleve a las afueras de Transilvania.

Me destranforme y tome su mentón.

-¿Dónde estamos?
-Hiroki, quiero proponerte un trato.

Él me miró fijamente.

-Tú no mereces estar en un lugar dónde solo te han manipulado.
-...
-Mereces algo mejor y solo yo puedo dártelo.


Acerqué su rostro al mío.

-Hiroki, eres solo mío.

Él me miro por un momento.

-Yo...
-Te llevaré a un lugar seguro.
-N-No lo sé.

Sus lágrimas comenzaron a caer y lo abrace.

Al menos está vez les agradezco tanto a esos vampiros.

Ya que Hiroki está en mis brazos de nuevo

Y nadie impedirá que me lo lleve.

---Akihiko---

Maldición.

Mierda, mierda.

Esto está mal.

Maldita sea.

Yo...

Que idiota.

Él no hizo nada.

Me deje llevar por sus palabras.

Es que me sorprendió tanto que sea un vampiro.

Y sus habilidades.

Yo creí que...

En verdad soy lo peor.

Tengo que hablar con Vald.

Debo decirle que siento tanto mi actitud.

Que yo...

LO AMO.

Amo a Vald.

Más que a nada.

Quiero ser feliz a su lado.

Lo siento tanto.

En todo el tiempo que lo he conocido.

Me he portado como un maldito patán.

Debí confiar más en mis sentimientos.

Pero...

JODER.

Estoy harto.

Ya no más.

-¡¡VALD!!

Afortunadamente recordé el camino hacía la cabaña.

-Vald...

Entre a la cabaña y comencé a buscarlo.

-Vald, por favor...

Np hay nadie...

¿Dónde está?

Maldición.

¿Qué hice?

Aparte a la persona que me ama.

Lo deje a un lado.

Joder...

¿Qué haré?

¿Dónde debo ir?

No importa.

Lo voy a buscar.

Empecé a correr por el bosque.

Tengo que encontrarlo.

Decirle que lo siento.

Debo disculparme.

Tengo que hacerlo.

-Te amo...

Por favor perdóname.

Lo siento tanto.

Una oportunidad más.

Solo una...

Juro que...

Está vez no la desaprovecharé.

-Te amo Vald

Por favor aparece.

---Genji----

Delicioso...

Simplemente perfecto.

Yukio es tan lindo y tierno.

No puedo parar de hacerlo mío.

Su piel...

Su esencial...

Quiero más de él.

Este vampiro es solo mío.

Lo seguí embistiendo mientras lo besaba.

Está sentado en mi regazo mientras tomo su cintura y lo muevo de arriba hacía abajo.

-G-Genji.
-Me encantas. –susurre en su oído.
-T-Tan profundo. –jadeo.

Maldición.

No puedo contenerme más.

-Lo siento.
-¿P-Por qué s-se está haciendo grande?

Mordí su cuello.

MÍO.

ÉL ES SOLO MÍO.

No permitiré que nadie me lo quite.

Será la madre de mis cachorros.

Mordí el lóbulo de su oreja y él se abrazó mi cuello

-Ahhh m-más.

Joder, si hace eso...

Lo bese apasionadamente.

-Yukio. –susurre.

Este vampiro es para mí.

Lo quiero a mi lado.

Es tan perfecto.

Me volví a correr en su interior y él en nuestros vientres

No sé cuánto tiempo hemos estado así.

Solo que no me canso de esto.

Quiero hacerlo mío.

Que todos sepan que Yukio me pertenece.

Él recargo su cabeza en mi pecho.

-M-Me siento cansado.
-Descansa amor. –bese su cabeza.

Salí de su interior y nos recostamos en la cama.

Lo abrace a mi pecho.

-No sabía que un vampiro se cansaba.
-Cuando no tiene mucho que despiertas de un largo sueño, te quedas sin energías.
-¿Dormías?
-Digamos que sí.
-¿Cuánto tiempo?
-Por lo menos 25 años.

Él me miro.

-¿Volverás a dormir? –pregunte.
-¿Quieres que lo haga?
-¡NO! –exclame- Ahora que eres mío no te dejaré ir.

Sus mejillas se sonrojaron y desvió su mirada.

Tome su mentón y lo bese.

-Quédate siempre conmigo. –lo mire.
-Tenías razón con lo que dijiste, -susurro- siento que te conozco.
-Yukio...
-Quiero estar siempre contigo.

Lo bese y él se aferró a mí.