Prisionero del Tiempo (Nowaki x Hiroki)

CAPITULO 27 Empezando de 0.

---Kaoru---

Lleve a Ryu a uno de mis restaurantes favoritos.

Me siento tranquilo de tenerlo a mi lado.

Pensé que lo perdería.

Pero en verdad soy afortunado.

Si no hubiera actuado.

Tal vez me odiaría.

Aunque...

Soy un idiota.

Le hice daño.

Pero...

Aquí esta.

Frente a mí con esa bella sonrisa.

Tome su mano y sonrió.

-Tienes una linda sonrisa.
-P-Pero que dices. –se sonrojo.
-Solo la verdad.
-B-Baka.

Solté una risita y miré a Ryu.

-Lo siento. –me disculpe.
-¿Por qué? –me miro- Acaso tú te arrepentiste de...
-No, para nada. –me apresure a decir.
-¿Entonces?
-Siento tanto no haberme dado cuenta de lo que siento por ti antes.
-Kaoru...
-Lo siento tanto, pero voy a reparar mi error.
-...
-Te quiero, y sé que me enamoraré de ti.
-K-Kaoru.
-Lo prometo.

Puedo ver las lágrimas en los ojos de Ryu.

-No llores lindo. –limpie sus lágrimas.
-L-Lo siento.

Me incline un poco hacía él y lo bese.

Su sonrojo es tan hermoso.

Mi pecho se llena de alegría.

Realmente es muy hermoso.

Ordenamos nuestra comida y acaricie su mano.

Le empecé a preguntar acerca de él.

Su familia, amigos, trabajo.

Quiero saberlo todo.

Conocer hasta el más mínimo detalle.

Quiero saber todo de él.

Enamorarme por completo.

Poder olvidar a Hiroki.

Sé que lo conseguiré porque...

Ryu es muy especial.

-Ryu.
-¿Sí?
-Eres hermoso.
-P-Pero que dices.
-Decidí ser sincero.
-¿Eh?
-Como tu novio debo de serlo ¿no?

Él se sonrojo y sonreí.

-Es un comienzo. –rio.
-Lo sé.

---Eitan---

Maldito Alucard.

Solo quiere provocarme.

Pero sabe que no lo va a conseguir.

Estúpido vampiro.

No permitiré que me lo quiten.

HIROKI ME PERTENECE.

Es solo mío.

Y él no me lo quitará.

Como lo hizo con ella.

JODER.

Está vez no Alucard.

Hiroki es solo mío.

Desde que es un pequeño bebé fue marcado para mí.

Tiene parte de mi sangre.

De mi esencia.

Es parte de mí.

Y nadie lo puede dudar.

Ahora que estoy en sus pensamientos.

En cada uno de sus sueños...

Es solo mío.

SIMPLEMENTE MÍO.

Pronto estaré a su lado.

Aunque...

No...

Quiero que venga a mí.

Que solo sea mío.

Pero tal vez debo ir por él.

Kamijou Hiroki.

Mi hermoso castaño.

Mi hermosa luna.

Mi amuleto.

Joder...

Quiero tenerlo.

Hacerlo solo mío.

De solo recordarlo...

Quiero hacerle de todo.

Tenemos una unión.

Por eso lo conozco.

Por eso puedo entrar a sus sueños.

Ese lazo que nos une es algo que jamás acabara.

Hermoso.

Debo esperar a que sea Luna Nueva.

Nos encontraremos.

Dónde te haré mío.

Te daré mi marca especial.

Pronto...

Ahora debo entrenar.

-Señor.
-Preparen todo, quiero estar cerca de Hiroki.
-Sí señor.
-¿Los señores Kamijou? –pregunte.
-Ellos murieron hace años.
-Ya veo.

Tal vez Hiroki no sabe nada.

Pero yo me encargaré de que lo recuerde.

-Vámonos.
-Sí.

---Miyagi---

Me siento diferente.

Son varias cosas que no puedo describir.

Pero ver a mi Shinobu.

Verlo a él...

Me hace sentir tan feliz.

Se ve tan hermoso.

Acaricie su mejilla.

Tan suave.

Su aroma es muy exquisito.

Sin poder evitarlo abrace fuertemente a mi Shinobu.

-Auch. –se quejó.

Me aparte un poco de él y lo mire.

-Eres fuerte grandulón. –comento.
-Lo siento.

Él rodeo mi cuello con sus brazos.

-Me gustas. –susurro.
-¿Mucho?
-Demasiado.

Acaricie sus labios y sonreí.

Tan suaves.

-¿Y me besaras o...?

Lo sujete de la cintura y lo tome de la barbilla.

-Eres hermoso.
-Ya me lo habías dicho. –rio.
-Pero ahora te vez mejor.
-Es decir, ¿estaba feo?
-Para nada.
-Ven aquí galán. –sonrió.

Me beso apasionadamente.

Junte más su cuerpo al mío.

Maldición.

Sus labios son tan adictivos.

Su cuerpo parece estar hecho para mí.

No siento la necesidad de respirar.

Puedo estarlo besando por horas.

Deslice mi mano por su espalda hasta acomodarla en su trasero.

-P-Pervertido. –sonrió.
-Hay tantas cosas que quiero hacer. –susurre en su oído.
-Tranquilo, todo tiene su tiempo.
-Te amo Shinobu-chin.
-Y yo a ti Miyagi.

Nos volvimos a besar.

Realmente.

No quiero apartarme.

Es mi amado.

Y ahora puedo protegerlo.

Tengo la fuerza.

-Bebe. –destapo su cuello.
-¿Y tú? –lo mire.
-Ya me alimente.
-¿Estás seguro?
-Sí.

Me acerque a su cuello y sentí como mis colmillos salían.

Es extraño, lamí el cuello de Shinobu y lentamente fui encajando sus colmillos.

-Ah. –gimió.

Mordí su cuello y comencé succionar su sangre.


Manjar tan delicioso.