Prisionero del Tiempo (Nowaki x Hiroki)

CAPITULO 22 Planes.

---Arashi---

Maldita sea.

Debo pensar algo.

Tengo que recuperar a mi Nowaki.

Maldición.

Es solo mío.

Solo yo puedo complacerlo.

Yo fui su primer amor.

El primero en probarlo.

Me hizo suyo muchas veces.

Y estoy seguro que su cuerpo me extraña.

Somos el uno para el otro.

Simplemente eso.

Estoy seguro que si lo seduzco su cuerpo reaccionara al ver al mío.

Oh Nowaki.

Te extraño tanto.

Sus besos.

Tus caricias.

La forma de follarme.

Quiero sentirte en mi interior.

Que me hagas tuyo.

Nowaki.

Quiero que me tomes a la fuerza.

Por favor.

Lo extraño tanto.

Fui un tonto por dejarlo ir.

Pero...

Era necesario.

Necesitaba más poder.

Estando aquí no iba a conseguir nada.

Nowaki no quería transformarme.

Es un cobarde-

Pero aun así...

Es solo mío.

Solo yo puedo satisfacerme con él.

Solo yo puedo complacerlo.

Lo vi saliendo de una habitación.

Se dirigía al baño.

Sonreí y me cole al baño.

-¿QUÉ MIERDA HACES AQUÍ?
-Deberíamos de ahorrar agua. –relamí mis labios.
-¿Con una puta como tú? No lo creo.
-Sí, una puta que te complace. –me quite la ropa.

Él me sujeto fuertemente de mis muñecas.

-QUIERO QUE TOMES TUS PUTAS COSAS Y TE LARGUES DE MI CASTILLO.
-Pero Nowaki...
-PERO NADA, AGRADECE QUE NO ACABO CONTIGO IMBECUL.
-Prefiero que acabes conmigo de otra forma. –dije con lujuria.
-LARGATE ARASHI.
-Vamos Nowaki, -acaricie su miembro- hay que recordar viejos tiempos.
-SUÉLTAME IDIOTA.
-Es tan grande como lo recuerdo.

Me empujo con fuerza y me saco del baño.

-MALDITA PUTA LARGATE O CREEME QUE TE MATARÉ, NO LOS QUIERO EN MI CASTILLO.
-Sabes que me deseas.
-AL ÚNICO QUE DESEO ES MI HIRO-SAN, SOLO A ÉL.

Rechine los dientes y volví a mi habitación.

---Zen---

Me siento desesperado.

Tengo que encontrar la forma en romper ese estúpido lazo.

Me siento tan impotente.

¿Qué puedo hacer?

Joder.

Incluso si acaricio su vientre el contacto es normal.

Se supone que debo sentir más calidez.

Maldita sea.

VOY A MATAR A ATSUSHI.

Solo así romperé más rápido el lazo.

Tengo que hacerlo.

Mi amado Yokozawa está muy aturdido.

Se siente tan culpable.

Solo me siento un poco enojado.

Solo eso.

Lo amo.

Sé que en parte fue mi culpa.

No debí presionarlo tanto.

Tomarlo con calma.

Pero quería saber que era solo mío.

Que correspondiera a mis sentimientos.

Yokozawa no tiene toda la culpa.

También es mía.

No lo dejaré.

Menos ahora que acepto sus sentimientos por mí.

Que por fin dijo que me ama.

Después de comer mi osito me miro.

-Zen.
-¿Sí?
-Quiero volver al castillo.
-Solo si estoy contigo.
-E-Eso mismo te iba a decir.
Sonreí felizmente y lo abrace.
-Te amo Yokozawa.
-...
-Anda osito, dime que tú a mí.
-E-Es vergonzoso.

Lo senté en mis piernas y bese su cuello.

-N-No estoy acostumbrado. –murmuro.
-Entonces haré que te acostumbres pronto.
-B-Baka.
-¿Vamos?
-Sí. –susurro.
-No estés triste amor.
-Lo siento, es que es mi culpa, yo... ¿Qué hago Zen? Dime... ¿Cómo puedo arreglarlo?
-Tendremos que ir con el gran sabio, un viejo lobo, él conoce sobre esto.
-¿Dónde vive?
-Con los de mi especie.
-No importa.
-Takafumi.
-Soy capaz de enfrentar lo que sea, con tal de que nuestros hijos te reconozcan como su padre.

Lo bese tiernamente.

-Sabes que te protegeré.
-Sí, y es por eso que te pido que me lleves a ese lugar.

Es como meterlo a la boca del lobo "literal".

-Takafumi.
-Tengo que hacerlo, por ti y nuestros hijos.

---Miyagi---

Me quede preparando la cena junto con los demás cocineros.

Quisiera estar a todo momento con Shinobu-chin.

Pero sé que él debe tener otros asuntos que atender

Y no quiero que se moleste.

O en vez de avanzar, retroceder.

Quiero ganármelo completamente.

Además él ha dicho que me transformaría.

Podré protegerlo.

Demostrarle cuanto lo amo.

Mi lindo niño.

Decidí preparar sus frutas favoritas, cubiertas con miel.

Quiero consentirlo.

Al terminar camine a su habitación.

Estaba a punto de tocar la puerta hasta que escuche unos ruidos.

-P-Para.
-Maldición, necesito entrar en ti.
-N-No quiero.

No aguante más y abrí la puerta.

Vi a ese infeliz tratando de quitarle la ropa a mi amado.

No sé cómo llegue a él y le pegue con fuerza con la charola de la comida.

Sé que no le causaré dolor pero...

Debo distraerlo para que lo suelte.

Ese vampiro me miro y gruño.

-MALDIT HUMANO.

Me dio una bofetada tan fuerte que me hizo estrellarme en la pared.

-¡¡¡MIYAGI!!!

Mi niño en un segundo estaba a mi lado.

-Miyagi, mi amor.
-E-Estoy bien. –murmure.
-MALDITO. –gruñó mi amado.
-Vamos Shinobu, no te molestes, vamos a pasarla bien.
-Imbécil.

Mi niño me miro.

-Estás sangrando.
-No es nada.
-Lo siento Miyagi.
-TU VIENES CONMIGO SHINOBU.

Él cerró los ojos y vi a mi jefe, al gran Kusama Nowaki aventar a Shido hacía la ventana.

-TOMA A TUS PUTAS Y LARGATE DE MI CASTILLO.

Shido se reincorporo y gruñó.

-Eso...

El amo Nowaki le dio un par de golpes y lo tiro por la ventana.

-LARGO.

Camino hacia nosotros y estiro su mano hacía mí.

-¿Estás bien Miyagi?

Yo parpadee un poco.

-S-Sí. –murmure.

Él me ayudo a levantarme.

-Eres de mis sirvientes más confiables, no permitiré que te lastimen, además ustedes son pareja ¿no?

Pude ver a mi niño desviar su mirada.

-Interpretare su silenció. –sonrió.

En todo el tiempo que he estado aquí, jamás había visto sonreír a mi amo.

Siempre mostraba un porte serio.

Un gesto neutro.

Realmente es impresionante.

Es como si estuviera enamorado.