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La película se había acabado, ahora se estaba reproduciendo un documental. Los jóvenes se habían quedado dormidos en medio del film, el ambiente cálido y relajante les permitió a ambos caer en brazos de Morfeo con facilidad, casi como de costumbre ambos lobos se encontraban acurrucado; Un viejo hábito que tenían desde sus primeras pijamadas, cuando la cama del menor era tan pequeña que o bien dormían acurrucados o uno dormía en el piso.

Con el tiempo se hizo una costumbre y ahora lo hacían sin conciencia, sus pechos subían y bajaban con calma, respirando con tranquilidad el aroma del otro. El teléfono móvil en la mesita de noche empezó a sonar, el Alfa fue el primero en despertarse y en movimientos hábiles se aparto del menor, contesto la llamada sin saber de quien se trataba y bajó hacia la primera planta para evitar perturbar al chico.

—Diga—la voz del Alfa sonó algo ronca, una risita se escucho al otro lado de la línea.

—Buenas noches, Hyung—el Alfa sonrió al saber quien era el de la llamada, solo dos personas le decían así. Pues eran los únicos doungseans a quienes les permitía ese honorífico y no un shi.—¿Cómo estás?

—Buenas noches, Taehyung—se sentó en el sofá de cuero blanco ubicado en la sala—. Muy bien, ¿A que debo la llamada?

—Oh si, es que—una puerta fue abierta y cerrada del otro lado de la línea—... Me dijeron que usted iba a cuidar de Jimin, y quería saber que tal se siente, en la tarde hablé con él y me dijo que no se sentía muy bien.

—Ya veo-rio un poco—, si efectivamente lo estoy cuidando. El me contó que no se sentía muy bien así que le recomendé unas medicinas, le prepare un té y ahora está durmiendo.—se escucho a Tae suspirar.

—Omo~ que dulce que eres hyung—el Alfa rio haciendo reír al Omega a través de la línea—, si yo estuviera en la situación de Jimin ya tendrías un altar en tu honor.

El mayor estaba apunto de hablar pero el sonido de un grito desde la habitación de arriba lo alertó, debió haber sido Jimin fue lo único que el Alfa pensó.

—Tae, creo que Jimin ya despertó—no quería alterar al menor por cualquier cosa—. Hablamos luego—no espero a que el menor se despidiera cuando ya había colgado la llamada y corría escaleras arriba.

Un fuerte olor azotó sus sentidos en cuanto llego a la segunda planta, este se hacía mas intenso cada que el mayor avanzaba hacia el cuarto de Jimin, ese olor estaba nublando sus sentido. Era tan dulce y tan fresco, olía a Cerezas y eucalipto, respiró profundo el aroma llenándose de el, que aunque no supiera con claridad de donde provenía era exquisito para sus sentidos.

Su lobo gruñó dentro de si, quería saber que era, pero antes ambos sabían debían ver si Jimin estaba bien o no. Yoongi se precipitó contra la puerta abriéndola rápidamente, al entrar a la habitación casi pudo sentir que su cuerpo temblaba y sus piernas flaquean, el olor venía de esta habitación no cabía una duda de eso.

Yoongi notó como Jimin se revolvía en la cama con desesperación—¿Jimin?—el menor soltó un sonoro quejido, Yoongi de manera apresurada se acerco al chico—Minnie, ¿Estás bien?

—Hyung yo, yo—la voz del rubio salía arrastrada, mientras varios quejidos salían de su boca—Hyung.

El mayor quedo perplejo ante la imagen del menor, tenía las mejillas sonrojadas, su cabellos se pagaba ligeramente a su frente húmeda, sus labios se encontraban mas rojos por la presión que ejercía al cerrarlos y al morderlos y su ojos tenían un brillo peculiar en ellos. Yoongi sin notar su acción llevo su mano al rostro del menor, estaba ardiendo en fiebre, siguió bajándolo hasta su cuello; Al no recibir una protesta acercó su rostro al cuello del menor, justo en el punto entre su cuello y su hombro, paso suavemente la nariz por la unión logrando que bajito y pesados suspiros dejaran los labios del chico, por fin percibiendo el increíble aroma de su fuente, Jimin estaba despidiendo un aroma tan dulce, Jimin estaba teniendo su primer celo.

Casi como si una descarga eléctrica hubiera llegado el cuerpo del mayor este se aparto de Jimin. Jimin estaba teniendo su primer celo, esto no estaba bien, tenía que irse pero no podía dejar solo al ahora aparentemente Omega; Sentía que si no salía de ese cuarto en esos momentos haría algo de lo que se arrepentiría.

—¿Hyung?—Jimin pregunto algo sofocado al sentir la ausencia del mayor en su cuello.—Hyung, qu-
El menor sentía que su voz quedaba atorado en su garganta entre los quejidos que el dolor le estaba provocando.

—Jimin, esto es malo, muy malo—se llevó las manos a su cabello y tiro de este tratando de pensar, lo que se le complicaba al tener al menor expeliendo ese dulce y embriagante aroma.—Pequeño, estas teniendo tu primer celo, yo no debo estar aquí... estaré en problemas si me quedo.—Yoongi debía recibir un premio por saber como controlar sus instintos, en serio que se sentía desfallecer.

El lobo de Yoongi gruñía y arañaba en su interior por lanzarse hacia el chico y marcarlo, lo estaba reclamando como suyo, su Alfa estaba diciendo que Jimin era su destinado y eso dejo perplejo a Yoongi. El mayor siempre sintió un afecto especial hacía el pequeño, él siempre lo había interpretado como cariño de hermanos o amigos pero al parecer se había equivocado; Su lobo jamás saltaba al ataque o jamás trataba de controlar su mente, siempre habían estado sincronizados y nunca habían tenido inconvenientes pero en esos momentos sentía que si no salía de esa habitación podría volverse loco.

Podría ser que Jimin fuese su destinado, pero el mayor no quería aprovecharse de el, quería mucho al pequeño omega como para hacer algo que tal vez el chico no quería. Si el Omega era su destinado el quería cortejarlo y tratarle con auténtico afecto, no aprovecharse del chico indefenso en su primer celo, era un Alfa pero no un animal.

Jimin casi como instinto olvido el dolor al escuchar al mayor decir esas palabras, se sentía acalorado, incómodo y sobre todo extraño pero no quería que Yoongi lo dejara, eso era lo que menos quería.

—Yoongi-hyung, por favor no se vaya—se revolvió un poco en la cama, su voz salió pesada y atorada—, no me deje sólo.

—Diablos Jimin—el Alfa sentía la necesidad de darse una cachetada, no podía estar pensando de esa manera del menor. Necesitaba mantener la calma.

—Por favor, no se que es esto, pero ayúdeme.—leves gimoteos salían de los labios de un tono rojo brillante y Yoongi debía estar bromeando si decía que no deseaba a ese pequeño.

Su mente se estaba nublando, su cordura se estaba yendo a la basura. Tener al menor rogándole por ayuda y en esa imagen era insano para su cuerpo y sus instintos.

—¿Seguro que quieres mi ayuda pequeño?—la voz del mayor sonó una octava mas ronca haciendo que los vellos de Jimin se erizaran—¿Estás muy seguro?—se acercaba a la cama con calma, como una pantera cazaba a su presa.

—Si, hyung por favor ayúdeme.

El lobo había tomado control del pelinegro y si el menor le pedía ayuda, él no era quien para negarla.


Made Just For Me 🍬 YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora