Capitulo 18

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(Bueno chicas, lo primero es pediros perdón ya que llevo un mes sin subir capítulo por los exámenes porque estoy en finales de trimestre. Ahora que ya he terminado puedo subir más a menudo, aquí os dejo capítulo, que os encante y seguirme en twitter plis bebés @Llamame_Bieber)

JUSTIN POV:

Las luces blancas iluminaban mi cara con molestia. Las paredes eran de un color crema, parcialmente desgastadas. Olía a plástico, medicina y jabón de manos. 

Exactamente, un hospital.

Gemí varias veces antes de incorporarme con un energético movimiento, que hizo que más de un cable se soltara, despegados de mi pecho. En ese momento, un pitido empezó a sonar, alarmándome.

-Jodida mierda- dije con molestia.

En ese momento la puerta de la habitación se abrió, y dos, por lo que parecían ser, enfermeras, entraron a paso rápido y empezaron a tocar todo tipo de botones y a volver a poner los cables, una vez sueltos.

-Señor Bieber le rogamos que no haga movimientos bruscos ni se quite los cables, está en estado delicado demomento- dijo una de ellas. Era rubia, con ojos azules y tez morena, joven, de unos 27 años aproximadamente.

-¿Qué hago aquí? N-no entiendo nada, ¡suéltame!- grité cuando una de ellas me obligó a reposar la espalda contra el almohadón.

-¡Tiene que permanecer relajado! De lo contrario las pulsaciones subirán, ha tenido una fuerte sobredosis de LSD, un poco más y hubiera muerto, relájese.

Le hice caso, apoyando la parte superior de mi tronco. No recordaba absolutamente nada, nada despúes de estar en el bar de Mike. ¿Pero qué mierda?

-¿Quién me ha traído aqui?- dije esta vez con más calma, respirando profundo.

-El señor Ryan, trabaja aquí de auxiliar de enfermeria y su hija _____ Ryan. Parecían preocupados por usted, ¿es su familia?- preguntó la otra enfermera, de pelo corto sujetado en una pequeña coleta y ojos cafés-

-No- hice una pausa- no son mi familia, son--

La puerta de la habitación se abrió de nuevo, rebelando a una figura alta, delgada, de pelo castaño ondulado hasta la mitad de la espalda y ojos oscuros, con labios verdaderamente deseables.

-Pueden irse, está todo bien- su voz era suave, insegura. Añoraba esa voz.

Las dos enfermeras salieron , dando lugar a un incómodo silencio. Quedamos mirándonos, sin sentimiento alguno, No sabía que decir, y creo que ella tampoco. Esto era demasiado para mí, había llegado a límites que ni me imaginaba que podría llegar algun dia de mi vida. Perdí la cabeza, sin ninguna justificación. Cada vez estaba más seguro de que la quería, es más la amaba. La deseaba cada mañana, cada tarde y cada anochecer, rogando por mi cuerpo. Volviendome loco solo como ella lo sabía hacer. Oler su perfume, su tacto, sus ojos, la manera en como se enfada como una niña. Me di cuenta de que las mujeres complicadas valen la pena de perseguir, pero nunca imaginé que llegaría a este punto, nunca.

-¿No vas a decir nada?- habló desde la otra parte de la cama.

Fruncí el ceño, volviendo mi cabeza a la ventana, aún tumbado en este molesto y pequeño colchón.

-¿Enserio? Me arriesgo a que mi padre sepa toda la verdad, bueno mi padre, ¡toda mi familia! y no me dices nada, te callas como un puto sin poder--

-¡Cállate! ¡No sabes nada! ¿que quieres? ¿que te de las gracias por traerme a este puto hospital? ¿eh? - hice una pausa- ¿quieres eso? pues si es así, ¡Gracias!, ¿contenta?

·CUENTA ATRÁS· Justin Bieber y Tú.Where stories live. Discover now