Capitulo 8

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MICHELLE POV:

Estaba en la habitación, todo lo tranquila que pudiera estar, sentada en la esquina izquierda de la cama, mirando hacia el frente, una mirada perdida, acuosa, sólo con pensar que estaba lejos de mi familia... esa idea me volvía loca, yo tan solo fui a un fiesta, ¡por dios!

Y es que, poco a poco me vinieron los recuerdos de ayer por la noche, como explicarlo... horrible, espantoso, sinceramente. Yo no era virgen ni entonces ni ahora, pero eso, no importaba, había sido violada y golpeada por uno de los hijos de puta más grandes que tuve la desgracia de conocer en toda mi vida, francamente, era asqueroso.

En cuanto a _____, era buena persona. Supuse que ella también había sido violada por el otro hijo de puta, y es que, solo la idea de que hubiéramos sido vendidas y exportadas esa noche, me entraban ganas de llorar, y poco a poco, esa idea estaba más presente en mi mente.

Ya era de madrugada, la una de la mañana aproximadamente, tenía que olvidar esto, tenía que hacerlo después de dejar las cosas claras, aunque luego haya consecuencias, pero tenía que hacerlo, a mi no se me trataba como un puto juguete, siendo latina, tenemos esta valentía en  la sangre. 

Aún llevaba la ropa de la otra noche, y sólo había comido en todo el día medio bocadillo de chope, asqueroso, pero moría de hambre, como ahora, de hambre y de asco de mi misma, ´Por favor Dios, sácame de a--´pensé rápidamente antes de que me interrumpiera el sonido de la puerta, oh Dios, otra vez no, por favor.

-Tenemos que hablar- dije poniéndome de pie mirándolo, no sé de donde saqué el coraje a implantarle cara, pero yo no era de las que callaban y obedecían, yo no iva a ser sumisa de nadie.

-Nena, tú y yo no tenemos nada de qué hablar, ahora, quítate esa porquería de ropa y métete a la ducha, no me voy a acostar contigo de nuevo con esas pintas, así que-- lo interrumpí.

-Hazte la ídea de que no voy a ser tu sumisa, ni de ti ni de nadie, por mucho que me amenaces no servirá de nada, así que ahora me vas a decir qué coño está pasando, sácame de aquí ahora mismo o cuando salga vas a poner tu inútil culo en la carcel- dije mirándole fijamente, cada palabra que decía goteaba veneno.

Me empujó contra la pared fuertemente, por unos instantes, no pude respirar, me asusté pero no para bajar de nivel de enfrentamiento. Se juntó a mí de repente, obligándome a quedarme completa y jodidamente quieta.

-¿Y quién te dice que vas a salir de aquí?- dijo alzándo una ceja ligeramente, yo solo lo miré- porque la última vez que recordé tu ERAS MÍA, y lo vas a seguir siendo, acatando mis órdenes como una puta perra, que es lo que eres ¿no nena?.

Acabando de decir esto, me acarició el cuello con sus sucias manos, antes de dejar besos húmedos en el, succionando y moridendo, todo a la misma vez. Agarrándome de las caderas autoritariamente, empujó contra mí sexo, haciéndo que poco a poco vaya notando su gran erección contra mi torso.

-¡NO!¡DÉJAME EN PAZ! Jodido desgraciado...-grité a la vez que lo empujaba hacia delante con mis manos en su pecho, se separó ligeramente.

Un puñetazo se estrelló contra mi mejila derecha, seguidamente cogió mis brazos, enterrando sus añas en mi suave piel. Grité de dolor mientras mis lágrimas luchaban por salir.

-Cuando yo te diga una cosa, la haces, o sufrirás las consecuencias, yo no soy como el estúpido de Bieber nena, yo soy Jason Conery, y tú, una puta jodida perra, más te vale no hacerme enfadar o sufrirás- escupió enfadado, nunca lo había visto así, ya que me amenazó a punta de pistola con que me mataría si no follaba con él, claramente, lo hice, ahora era diferente, me había puesto una mano encima.

-Maldito desgraciado- dije llorando a mares, podía sentir como el lateral de mi cara se hinchaba lenta pero dolorosamente, ya no sabía que hacer, no, no lo sabía.

-Todo lo que quieras nena, sal de mi vista ahora mismo si no quieres que tu precioso cuerpo acabe sin vida porque, sinceramente, tengo ganas de matar a alguien- escupió alejándose, vi como cogía las puntas de su cabello y se estiraba.

-Hijo de--

En ese momento, me vi en el pasillo, tirada en el suelo con lágrimas deslizándose por mis mejillas, con moratones en la cara y cuello y cortes en mis brazos debido a sus uñas, esto era una pesadilla. 

Después de unos minutos, me levanté silenciosa pero valientemente, tenía que pedir ayuda, aquien fuera, pero lo tenía que hacer y pronto.

Rozándo las paredes, y sin llamar a la puerta, abrí una de las del pasillo, girando el pomo y abriéndose, me apoyé con dolor en el  tabique izuierdo, sólo esperando que alguien me ayudara.

JUSTIN POV:

Esa era una de las escenas más horribles que había visto, una belleza de mujer, golpeada y cortada, y sinceramente sólo se me venían dos preguntas a la cabeza.

Quién y porqué le habían hecho eso.

Para cuando pude reaccionar, ______ ya estaba posándola en la cama.

-Hay que bañarla y curarla, necesitamos vendas , alcohol y yodo, ahora mismo- dijo mirándome, una mirada de preocupación, la compadecí.

-Qué eres, ¿enfermera?- escupí con diversión.

-Mi padre es auxiliar de enfermería imbécil, ahora, dime donde está todo, hazlo por ella.- la miré y luego dirigí mi mirada a Michelle, fruncí el ceño- está en el baño, iré a ver qué coño a pasado, mierda joder, no puedo tener ni un puto minuto de descanso- salí de la habitación, cansado de toda esta mierda, y sinceramente, Jason va a cobrar, y no exáctamente con dinero.

Bajé las escaleras rápidamente, entrando a la cocina directamente, sabiendo que Jason estaría allí, cuando está nervioso, le da por beber. Y efectivamente, allí estaba, acabando la botella de Whiscky.

Alzó la mirada mientras me apoyaba en la puerta.

-Dime que coño a pasado con Michelle bro- dije tranquilamente, a mi Michelle me la traía floja, pero no podíamos tener a las chicas heridas, pronto les sacaríamos probecho.

- Le ordené, desobedeció e insultó, y ahí la tienes- estaba ebrio, podía notarlo con solo una palabra. 

-¿¡Qué coño te pasa bro!  ¿Enrealidad piensas que pegándola te hará caso? ¡ella no es así! Ella es jodidamente valiente y con suficiente coraje como para encarar a cualquiera de nosotros, y sinceramente no podemos tener a las chicas heridas, pronto les sacaremos probecho man- dije con molestia a la vez que me sentaba en la barra y me servía un trago de Whiscky.

- ¿Y tú desde cuando te preocupas por las mujeres? Que yo sepa bro, trabajas contra la voluntad y el respeto de la mujer y para ser honestos, ponte serio o acabarás en la puta jodida calle- escupió con desprecio- tu familia no te quiere ni te acepta, ¿amigos? sólo los del trabajo, con este oficio no puedes confiar en nadie,  ¿y amor? Oh vamos bro, eso es sólo para fracasados sin--

Le interrumpí mientras lo tiraba al suelo y me ponía encima de él, apoyando todo mi peso sin dificultad.

-Vuelve ha hablar de mi familia y tu cadáver no será encontrado en la puta vida, no juegues conmigo man, sabes lo que soy capaz de hacer si te pasas de la jodida raya, y cómo vuelvas a tocar a una de las chicas te juro bro, que haré que tengas la muerte más dolorosa y lenta que no has tenido la desgracia de conocer en toda tu puta vida- hablé con un nivel de enfado extremo. Cogía su cuello apretadamente.

-Y a tí qué coño te importa la zorra de Michelle, le he dado lo que se merece y esta noche le daré más y más duro- habló como pudo, obligando a sus pulmones coger aire de donde fuera.

-¡Porque ella fue mi jodida novia! sinceramente, maldito sea el día en el que decidimos ir a la puta fiesta. 

·CUENTA ATRÁS· Justin Bieber y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora