Capitulo 11

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______ POV:

Tantas veces... tantas veces me habia llamado mi madre, que algunas veces lloraba por el hecho de que no volvería a oír nisiquiera su voz, de nuevo. Justin me había prohibido/amenazado de que sólo utilizaría mi móvil para entretenerme, y en ese ´entretenerme´, cabía jugar con Angry Birds hasta la muerte por aburrimiento. Supuse que tenía acceso a mi teléfono cuando él quisiera, sólo tenía que registrarlo por internet, y listo. Así que no me atreví a llamar a nadie, por seguridad. 

Suspiré en mi asiento, mi teléfono aún sonaba.

-Corta la llamada- dijo con autoridad, mirándome con una mirada extraña, llena de frialdad pero a la vez, notaba como poco a poco se le quebraba la voz, y es que, probablemente, él no recibía muchas llamadas de su familia.

-Por favor, déjame decirle que estoy bien y que me escapé con mi novio, sólo eso, nada más, lo prometo- supliqué.

-¡He dicho que no!, no volverás a ver a tu familia, ni amigos, ni conocidos, nisiquiera a tus putos vecinos, así que corta la jodida llamada antes de que coja tu móvil y lo arroje por la ventanilla, ahora.

Lo hice. Con lágrimas en mis mejillas, pero lo hice. Era horrible como me hablaba algunas veces, me recordaba que, mi antigua vida, ya pasó. Ahora, esta será mi vida, y poco a poco, me iva acostumbrando, aunque me duela. El caso és, que casi siempre era dulce conmigo, (todo lo dulce que pueda ser un crminal), pero lo era, y me encantaba cuando lo hacía.

Seguimos por la carretera, llevábamos en el coche, cuánto, ¿15? ¿Tal vez 20 minutos?, no lo sabía. Un silencio muy incómodo cayó sobre nosotros, solo se escuchaban mis ahogados suspiros, que poco a poco se calmaban.

De repente y sin que me diera cuenta, estacionamos el coche en una aparcamiento, miré el retrovisor.

´Starbucks coffe´, bien, un buen lugar para desayunar, moría de hambre.

Salimos del Range Rover, y cerrándo la puerta detrás de nosotros, entramos por la puerta principal.

Visualicé varias personas sentadas en diferentes mesas, parejas, señores mayores, incluso familias, al ver la estampa de una bonita familia de dos hijas, me vino a la mente la mía, y sentí como poco a poco se me nublaba la vista. ´No ____ , en público no´ me dije a mi misma.

Con Justin agarrando mi cintura, nos dirigimos a una mesa en el fondo, al lado de una gran ventana, con este frío en Canadá y  en pleno invierno, apetecía al calentito para tomar.

Nos sentamos uno en frente del otro, no habíamos pronunciado palabra desde el altercado con la llamada de mi madre, él sabía, que a mi me dolía. El caso es que le daba lo mismo.

Cogí mi menú y empecé a seleccionar lo que iva a desayunar. Podía notar la mirada de Justin en mí, me ponía nerviosa, no sólo porque no me apartaba de su vista, sino porque esa mirada era la más intensa que una vez mis ojos pudieron ver en aquella fiesta, hermosos, eso sí.

Se acercó una camarera alta, esbelta, rubia y con ojos azulados, a la vez que tetona y provocadora.

-Hola, soy Caroline y seré su camarera hoy- dijo con una sonrisa, sin dejar de mirar a Justin- ¿decidieron que van a tomar?

-Sí, yo quiero un capuccino y tortitas en chocolate con leche- dijo Justin adelantándome, después de esto, le mandó un guiño seductor, a lo que ella respondió sonrojándose ligeramente- ¿y usted?- ¿Y tenía educación conmigo? Vaya zorra.

-Yo un chocolate caliente y un gofre con miel- dije mirándola con severidad, a estas alturas, estaba ardiendo de rabia, ¿cómo podía ser tan perra? Me daban asco las personas así. 

·CUENTA ATRÁS· Justin Bieber y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora